Los 5 prototipos más arriesgados de la historia de Peugeot

Los prototipos y los concept-car son esos pequeños laboratorios que nos sirven para conocer qué están tramando las marcas para el futuro de sus modelos. De su mano, se adelantan a las necesidades de los conductores imaginando un futuro en el que tendrían cabida estas propuestas. Hace décadas que existen estos experimentos y gracias a ello los fabricantes conservan piezas y bocetos para la posteridad. Estos son los cinco prototipos más arriesgados de la historia de Peugeot.

Aunque muchas veces los usamos como sinónimos, lo cierto es que hay algunas diferencias entre un concept-car y un prototipo. Los primeros suelen ser tan futuristas que es complicado hacerlos reales y los segundos son más lógicos ya que, en muchas ocasiones, son el paso previo al modelo de producción… con algunas licencias, por supuesto.

Para unos y otros, las marcas se fijan en ámbitos que, a priori, parece que no tienen mucho que ver con la industria del motor como la moda, la arquitectura o el comportamiento humano. El resultado son prototipos como estos de Peugeot que son, cuanto menos, atrevidos.

Peugeot Quasar (1984)

Empezamos por el principio: el Peugeot Quasar fue el primero de todos, el precursor de los prototipos de la marca francesa. Y el debut no estuvo nada mal: un superdeportivo biplaza con una carrocería hecha de materiales ligeros como la fibra de carbono y el Kevlar. Lo que más llamaba la atención eran sus puertas ya que se abrían con un ángulo de 180 grados, pero lo realmente espectacular no estaba a la vista. Era su motor: el 1.6 litros biturbo de 600 CV que equipaba el Peugeot 205 T16.

Peugeot Touareg (1996)

Este prototipo, signo de una película de dibujos animados, nació como un pionero todoterreno de dos plazas, tracción total… y motor eléctrico. Algo que en 1996 podía parecer algo extraño y, sobre todo, si tenemos en cuenta que su autonomía era de 300 kilómetros y le permitía superar los 110 km/h de velocidad punta. Lo que no sabemos es cómo se quedaría esa cifra tras pasar las pruebas del Ciclo WLTP.

Peugeot 4002 (2002)

El Peugeot 4002 no podía faltar en esta lista de los prototipos más arriesgados de la marca francesa por un par de razones. El primer motivo es que su creador no formaba parte de la plantilla del fabricante galo: Stefan Schulze participó en el concurso internacional que puso en marcha Peugeot y ganó con esta reinterpretación del 402 producido antes de la II Guerra Mundial.

El segundo motivo es el prototipo en sí: un superdeportivo con el habitáculo desplazado hacia el frontal, con un voladizo delantero mínimo y una trasera estilizada que deja a la vista un motor central de doce cilindros.

Peugeot EX1 (2010)

Peugeot quiso celebrar su 200 cumpleaños con un prototipo que hizo las delicias de mucho. El EX1 era un roadster biplaza impulsado por dos motores eléctricos ubicados en cada uno de los ejes, que le proporcionaban una potencia de 340 caballos. Si a esto unimos que su peso era de 750 kilos, tenemos una combinación ganadora para acelerar de 0 a 100 km/h en menos de 3,6 segundos.

Peugeot Onyx (2012)

Acabamos con un modelo con el que Peugeot trasladó la competición a la carretera; no en vano, estaba firmado por el departamento Peugeot Sport. Este hiperdeportivo bautizado con el nombre de Onyx fue una declaración de intenciones en toda regla.

Su carrocería era de fibra de carbono y cobre, mientras que el interior estaba hecho de un material ecológico que surge del reciclaje de periódicos y comprimidos. El ‘core’ del Peugeot Onyx era un motor híbrido que combinaba un bloque V8 de 600 CV con un impulso extra de 80 CV eléctricos.