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Probamos los primeros coches ‘chinos’ a la venta en Europa

Los primeros coches chinos a la venta en Europa se fabrican en Bulgaria por la empresa local Litex Motors. AUTOBILD.ES viaja hasta allí para probar el Great Wall H6 y el pick-up Stedd 5.

Esta semana se ha anunciado el lanzamiento del Lynk & Co 01 en Europa y EEUU, hay que señalar que no será la primera vez que una marca de ese país vende ‘aquí’. El pasado verano, AUTOBILD.ES viajó para probar los primeros coches ‘chinos’ a la venta en Europa: el Great Wall H6 y el pick-up Great Wall Stedd 5, que monta la empresa búlgara Litex Motors en una planta completamente nueva y que, por ahora, solo exporta a algunos países, entre ellos, Italia. 

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Desde 2011, al ver los carteles que anunciaban un modelo de Great Wall en Sofia había querido probar estos coches chinos fabricados en Bulgaria. Cuando me puse en contacto con los representantes de Litex Motors, el conglomerado industrial local que los fabrica gracias a una licencia, fue una sorpresa averiguar que ninguno de los modelos que vi entonces -el C10, un urbano de apenas 5.000 euros y el C30, una pequeña berlina-, se encuentran ya a la venta. Por suerte, sí me podían dejar los dos que todavía están montando en 2016: el SUV H6 y el pick-up Steed 5. Aunque tampoco van a fabricarlos mucho tiempo más, ya que la producción de un SUV más moderno denominado Haval H2 está en fase de lanzamiento, parecía una buena oportunidad para ver cómo son los coches chinos que ya se venden en Europa.

Si has leído sobre otras marcas chinas como Jiangling, tendrás la idea de que los coches chinos no pasarían por la prueba de choque menos exigente y te habrás echado las manos a la cabeza al preguntarte: "¿Y en la Unión Europea?". Sí, porque fabricando en un país de la UE se puede vender en otros territorios obteniendo la homologación individual de los vehículos, un proceso largo y costoso si vas a comercializar 10.000 unidades o más, pero que merece la pena si solo vendes unas decenas o centenares en un mercado, y más accesible si tus coches no pasan la normativa de emisiones Euro 6.

Así lo han estado haciendo en Litex Motors, donde ya han exportado pequeñas series a otros países en los Balcanes y a Italia. Pero volviendo al recelo que los coches chinos han provocado en Europa, de hecho, quizá te suene la propia firma Great Wall por el juicio que mantuvo con Fiat hace ya algunos años, dado el parecido más que razonable entre uno de sus modelos, llamado Peri, y el Fiat Panda de la generación anterior. 

Sin embargo, de los crash test del Jianglin Landwind y del asunto del Panda hace ya una década y las marcas chinas, por lo menos algunas de ellas, como hicieron los japoneses décadas antes, han aprendido y mejorado a toda prisa, aunque, es verdad, a veces copiando descaradamente. Incluso, alguno se ha convertido ya un jugador global. Great Wall, por ejemplo, es la única marca china que no es propiedad estatal y que, en la última década, no solo ha conseguido incrementar su cuota de mercado en su país de origen donde los fabricantes europeos y norteamericanos están ganando mucho peso, sino que también se ha extendido con éxito más allá de sus fronteras. 

Marcas chinas globales

De hecho, además de su socio europeo, Great Wall ya tiene fábricas en Egipto, el sureste asiático y Sudamérica -y varias más, en proyecto-, y si viajas a países como Perú o Rusia, te vas a hartar de ver coches de Great Wall cuando anteriormente todos eran adaptaciones de modelos americanos con más de una década a cuestas. De hecho, los chinos han anunciado recientemente la construcción de una nueva megafactoría en el país de Vladimir Putin.

Aquellos primeros carteles de Great Wall en Sofía vendiendo los primeros coches chinos en territorio europeo me llamaron la atención, sobre todo, porque ofrecían un City Car por el irrisorio precio de 5.000 euros al cambio o 2.500 euros de entrada con una mensualidad de 50 euros al mes. Aunque en este país donde la edad media del parque supera los 15 años y el sueldo medio no llega a 400 euros, el modelo no tuvo el éxito esperado, quizá, porque allí prefieren los vehículos usados: este mercado es, aproximadamente, 11 veces más grande que el de los modelos nuevos.

En todo caso, Litex Motors cambió su gama con los modelos que he probado como el Great Wall H6 y el pick-up Steed5 y que, para mi sorpresa posterior, se pueden encontrar en este país desde 15.000 euros. Puede no parecerte barato para un mercado como éste, pero piensa que el Steed5 -un SUV del tamaño de un Hyundai Tucson- tope de gama con cambio automático, techo solar, tracción total, 160 CV y tapicería de cuero, entre otras muchas cosas, sale solo por unos 18.000 euros.

Es posible que no te guste su estética anticuada, tampoco a mí, pero seguro que su relación metro cuadrado de coche/equipamiento/precio atraería a un  montón de conductores ibéricos y lo sabes. Por su parte, el pick-up Steed5 tuvo en 2012 el honor de ser el modelo de diseño y tecnología china fabricado en Europa y que se ha vendido en uno de los países más desarrollados de la Unión Europea, ya que en ese año se entregaron unas 300 unidades a los Carabinieri italianos. Pero no solo la escasa  producción de su planta ha impedido que Litex Motors comenzara a vender en países como Polonia. El acuerdo que mantiene con los búlgaros es para todo el territorio europeo, pero exige su aprobación cada vez que quieran penetrar en un nuevo mercado. Mientras no pueda establecer una red comercial local, Great Wall no parece interesada en extenderse mucho más allá de los Balcanes y de los antiguos países del telón de acero.

En Italia ya tienen una red

Sin embargo, esta situación podría dar un giro dentro de dos años, cuando esté lista su próxima línea de producto y una nueva marca, Haval, enfocada en el mercado de los SUV y de lujo para los estándares de China. De hecho, he podido ver dos de los modelos que se van a producir aquí, el Haval H1 y el H2, ordenados por su tamaño. Y el salto de calidad y diseño es más que notable. Según parece, Great Wall también ha cambiado de proveedores y ahora montan direcciones y cambios automáticos de doble embrague producidos por ZF, la misma firma que provee a la mayoría de las marcas alemanas. Nikolay Likyov, director de Marketing y Producto de Litex Motors me confirmó que ambos modelos se exportarán a Italia, donde ya cuentan con una pequeña red de distribuidores multimarca. 

También me adelantó que, por fin, el Gobierno parece un poco más volcado en echar un cable a la pujante industria del automóvil, y va a construir en los próximos años un centro técnico en el que podrán obtenerse los certificados para la homologación de tipo europea y también pasar las pruebas de emisiones, un aspecto que podría ahorrar a Litex hasta dos años en el proceso de introducción de modelos desde China. ¿Por qué no se ha hecho antes? Una pregunta difícil en un país en el que todo es política y esta palabra va asociada a una corrupción galopante que asola todas las estructuras del Estado -¿te suena?-. Eso sí, a diferencia de otras veces que he estado aquí, parece que las inyecciones de fondos europeos comienzan a llegar -con cuentagotas-, y hacia 2020 habrá una red de autopistas que cruce el país de sur a norte y de este a oeste. Entonces, los coches chinos podrían estar preparados para llegar al mercado español.

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