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Comparativa definitiva: Opel Astra contra todos

El nuevo Opel Astra ha dado un gran paso al frente, y sin duda mejora mucho respecto al modelo anterior. Ahora llega la pregunta inevitable: ¿es suficiente para superar a lo más granado del segmento compacto? Lo comprobamos en esta comparativa, para la que hemos elegido los modelos diésel más populares. Todos persiguen la misma premisa: ser ahorradores, prestacionales, y prácticos.

Motorizaciones comparadas:

¿Logra ponerse el nuevo Opel Astra por delante de sus rivales? Lo comprobamos. Esta es la comparativa del nuevo Astra contra el Ford Focus, Hyundai i30, VW Golf, Peugeot 308 y Kia cee'd. No se lo ponemos nada fácil… ¡No te los pierdas al detalle en nuestra galería!

Peugeot 308 BlueHDI 150

No cabe duda de que es un tipo con personalidad, con su diseño elegante y deportivo e incluso ciertas dosis de refinamiento. A eso añade el punto de originalidad de su salpicadero minimalista y su volante extremadamente pequeño. Esto le permite giros directos, aunque la configuración dinámica de la dirección se ve lastrada por un peso elevado que hace que balancee más de lo deseado sobre baches y curvas. Tampoco ayuda un cambio algo difuso o unos asientos demasiado blandos aunque, eso sí, muy aparentes. 

Además, los 36,7 metros que invierten sus frenos para detener el conjunto desde los 100 km/h en caliente son excesivos comparativamente. 

Puesto: 6

Hyundai i30 1.6 CRDi

¿Aburrido? Los coreanos hace tiempo que dejaron atrás ese adjetivo. Tiene una carrocería atractiva a la par que sobria, y unos buenos acabados en su interior. Además, es el más barato de la comparativa. 

El motor de 1,6 litros, 136 CV y 280 Nm empuja bien y la suspensión filtra con eficacia los pisos irregulares. ¿Se le puede pedir más? Tal vez más asistentes electrónicos, y es que, aparte de su ayuda opcional al aparcamiento, encontramos poco más. 

Y aunque sus prestaciones son correctas, es el menos prestacional de la comparativa: con 10,6 segundos para pasar de 0 a 100 km/h, es el más lento de los seis.

A cambio, frena realmente bien: solo 34 metros detenerse desde los 100 km/h. 

Puesto: 5

Ford Focus 2.0 TDCi

Motor puntiagudo, respuesta ágil gracias al tarado dinámico de su chasis, y un sonido vivo y cautivador a cargo de su dos litros diésel de 150 CV y unos nada desdeñables 370 Nm. Recorrer un tramo de carretera de montaña con este Focus es, a todas luces, un disfrute. Algo que, por otro lado, siempre ha caracterizado al compacto de Ford. 

Ahora llega lo nuevo: además, es confortable. Y añade una batería de asistentes, eso sí, muchos desembolsando un dinero extra. Junto al asistente de carril, por ejemplo, ofrece un aviso de colisión. 

Por desgracia, su precio no es competitivo, y su valor se deprecia más que en muchos de sus rivales, con un mantenimiento costoso, de manera que sale perdiendo en el apartado de costes, demasiado lejos de los coreanos. Por eso se lleva el cuarto puesto debido a los fríos puntos, aunque es a todas luces inmerecido.

Puesto: 4

Kia cee´d 1.6 CRDI

Kia ceed

Justo lo contrario le sucede a este Kia. En la configuración elegida para la prueba, queda en torno a los 8.000 euros por debajo del Golf, pero a cambio ofrece nada menos que 7 años de garantía. 

Pero este coreano no solo destaca por barato. También tiene un buen comportamiento. En una comparación directa como esta, tan vez algo más perezoso que el Focus y el Astra ni tan refinado y silencioso como el Volkswagen, pero lo suficientemente confortable para realizar largos trayectos sin problemas, y con una capacidad sorprendente de carga de 552 kilos. 

Su diésel de 1,6 litros, 136 CV y 280 N de par es un poco ruidoso cuando se le exprime, y hay que reducir bastante a la hora de adelantar. Y en el apartado multimedia queda un poco escaso, aunque su manejo es intuitivo. 

Puesto: 3

Opel Astra 1.6 CDTi

Opel Astra (2015)

Todo nuevo, ¿todo mejor? Sí. Pero en esta comparativa no le basta para llevarse el primer puesto. Y es que el nuevo Astra ha dado un salto muy grande hacia delante, pero no logra alcanzar el equilibrio y refinamiento del Golf, su principal objetivo. 

Por ejemplo: la suspensión, a velocidades elevadas o sobre asfalto con irregularidades pronunciadas mantiene en su sitio la carrocería, pero cuando llegan los baches cortos y repetidos a menos velocidad, se notan leves y molesto golpeteos dentro del habitáculo. Aquí, el Astra debería tener un rodar más refinado.

El motor, eso sí, es un joyita: empuja con fuerza a cualquier régimen gracias a su gran elasticidad, y al tiempo es bastante ahorrador. Solo tiene la pega de que al pisar a fondo, por encima de las 3.000 vueltas, es más ruidoso de la cuenta.

La dirección tiene una respuesta directa, pero por desgracia el cambio no es todo lo preciso que nos gustaría, y además el manejo de la palanca queda entorpecido por el reposabrazos central. Y es que algunos elementos parecen algo descuidados, como la tapa de la consola que hay entre los dos asientos, de un aspecto algo barato. En tema de acabados, aunque el Astra mejora, sigue estando a distancia del Golf.

A eso hay que añadir que este Astra no es ningún chollo, ya que en esta configuración se acerca mucho a los 30.000 euros.

Puesto: 2

Volkswagen Golf 2.0 TDI

Una vez más, el Golf se impone en su segmento. Y es que su truco no es otro que prestar especial atención a los detalles más importantes, como su elevada funcionalidad, la calidad de sus acabados y un comportamiento intachable. 

Ok, su carrocería no despierta pasiones, pero a cambio conductor y acompañante van sentados en una posición perfecta y desahogada, el maletero es espacioso, el manejo de sus elementos es intuitivo y gracias a sus verticales lunas tiene más visibilidad que el Astra. 

En marcha, enseguida marca las diferencias frente a sus rivales. El 2,0 litros diésel de 150 CV y 340 Nm, relativamente silencioso, tira con fuerza y mantiene la velocidad elegida sin esfuerzo, la palanca del cambio inserta con fluidez cada marcha, en definitiva, todo dentro de este coche se hace agradable. 

El chasis merece un capítulo aparte: el aplomo de este Golf sobre el asfalto es absoluto, apenas balancea y el confort está en un nivel más que notable. A esto ayuda, eso sí, su sistema de amortiguación adaptativa, que es opcional. En modo Confort pasa con limpieza y sin sobresaltos sobre las irregularidades, y allí donde las suspensiones de los dos coreanos encuentran su límite, el sistema DCC del Golf aún ofrece bastante margen. 

Pero claro, toda cara tiene su cruz: por la amortiguación adaptativa hay que pagar más de 1.000 euros, y este Golf, en su configuración, sobrepasa holgadamente los 30.000 euros. Por eso, valga la redundancia, su victoria no es muy holgada respecto al Astra, pero aun así, se hace con el primer puesto.

Puesto: 1

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