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Audi R8 Plus S tronic: prueba al límite en Montmeló

Audi Driving Experience Sportcar: bajo esa denominación se esconde uno de los cursos de conducción más atractivos que existen. Yo aproveché ese momento para poner al límite a uno de los superdeportivos más radicales de la marca alemana: el Audi R8 Plus de 550 CV.

Circuito de Montemeló, Barcelona. Nada más llegar veo apostados en el pit lane a nada menos que 16 Audi R8 Plus. Están impolutos, recién ‘duchados’ para la celebración del Audi Driving Experience Sportcar. Que, ¿qué es? Sencillo: es uno de los cursos de conducción más 'adrenalíticos' y atractivos que te puedes encontrar ahora mismo. Y yo voy a aprovechar la ocasión que me brinda Audi para contarte qué se siente a la hora de intentar 'domar' los 550 CV de este superdeportivo en el trazado por el que cada año 'vuelan' los F1.

Después de recibir un corto briefing, no hay tiempo que perder: ¡al coche! Antes te diré que la Audi Driving Experience imparte sus enseñanzas tanto en invierno (sobre hielo y nieve), como en verano en los principales circuitos de la geografía española –Cheste (Valencia), Palma (Mallorca), Olaberría (Guipúzcoa), Zuera (Zaragoza), Jerez (Jerez de la Frontera), Montmeló (Barcelona) y Jarama (Madrid)–. Hay tres niveles o cursos: el más básico es el denominado Dynamic. En él se hace especial hincapié en los elementos de seguridad de los coches, como es la tracción quattro en los modelos que la llevan incorporada, los sistemas de frenos ABS o el control de estabilidad. En el siguiente escalón se sitúa el curso Progressive, donde, entre otras cosas, se aprender a abordar todo tipo de curvas de la manera más efectiva posible. Por último, el grado Sportcar, que es justo el que voy a hacer yo, donde te enfrentas al trazado de Montmelo a borod de la gama más potente de Audi.

Y ahora sí, un impecable Audi R8 PLUS S tronic me espera con la puerta abierta. Es mi turno. Uno de los monitores de la escuela, con otro R8, me va a marcar el paso para calmar mis ímpetus. Salimos despacio de la calle de boxes y cuando pasamos por el semáforo no hago concesiones: hundo el pie derecho en el acelerador y me lanzo a dar una vuelta rápida a Montmeló con el modo Sport y la palanca del cambio en el carril secuencial para cambiar con las levas. 

Los diez cilindros llegan a la zona alta del cuentavueltas y aullán tras mi espalda, mientras yo voy subiendo marchas como un poseso hasta la primera frenada fuerte. 'Clavo' en la marca de los 100 metros y me tiro al vértice de la primera curva a derechas en la que tienes que meter muy bien el morro y no salir muy abierto para encarar la segunda de izquierdas con estabilidad. Otra vez gas a fondo: aquí siento cómo la tracción 'quattro' de Audi te permite ganar velocidad con absoluta facilidad sin que tengas que corregir con el volante. Solo notas empuje...

Un motor V10 que gira y acelera como un demonio

El largo curvón de subida a derechas se hace interminable. Se hace manteniendo el gas y hay que tener muy claro cuando acelerar a fondo porque es fácil que si lo haces muy pronto tengas que levantar de golpe el pie para no acabar fuera. En la frenada de Repsol hay que tirarse al vértice muy tarde para volver a abrir gas hasta la curva Seat tras la cual comienzas a bajar subiendo marchas desde segunda hasta cuarta. Nuevamente me sorprende la capacidad de tracción de este Audi R8 Plus que es capaz de asimilar un pisotón a fondo sin vacilaciones.

Llego a la subida de la curva Campsa y su salida ciega. Hay que 'tirarse' con fe y abrir dirección para no perder velocidad y poder hacer la larga recta de atrás lo más rápido posible. Lo que viene a continuación es una fuerte frenada que da entrada a la zona del estadio. Los frenos me detienen donde quiero y siguen sin dar síntomas de debilidad. Llega la parte más difícil y técnica del circuito, donde tienes que poner el coche en el sitio, tener paciencia y jugar con las inercias para no perder tiempo. Hay que ser ágil con los pies y las manos.

Afronto la bajada antes de la curva que da acceso a la recta de meta. Gas a fondo. Termina mi primera vuelta y todavía me quedan tres más... Van cayendo a la velocidad del rayo y para cuando te das cuenta, se termina la tanda. Toca hacer la vuelta de refrigeración antes de volver a boxes. Algún acelerón más me queda... y una idea clara: este V10 atmosférico es una delicia en claro peligro de extinción. Mientras haya tiempo antes de que llegue su sustituto más pequeño y sobrealimentado, hay que aprovecharlo...

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