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Los coches de Gadafi y Berlusconi

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Esta semana va a pasar a la historia, sin que en los países occidentales y ‘desarrollados’ hayan hecho nada por ello, porque seguramente acabe con el fin de una de las dictaduras más vergonzosas de las muchas que todavía bordean el Mediterráneo. Quizá, si hay suerte, cuando leas estas líneas Muamar al Gadafi sea ya solo un triste recuerdo para la mayoría de los libios. Aunque en estos momentos parece que se va a resistir hasta el final, y con ello ha amenazado, yo apostaría que huirá dejando atrás a sus últimos seguidores. 

Muchos de los libios que han salido ya del país están intentando llegar a Italia, única razón por la que se ha movilizado mínimamente la Unión Europea en todo este asunto. Allí, también esta semana, otro gran líder parece haber comenzado igualmente la fase final de su caída. Si Gadafi, a sus 69 años, lleva 42 al timón de Libia, la carrera de Silvio Berlusconi ha sido todavía más larga y zigzagueante. Eso sí, a sus 75 primaveras parece estar en el apogeo de sus 'dotes de seducción', al menos, cuando su objetivo es fácil de ‘engatusar’ con  un coche de lujo. 

Los italianos tienen un problema, pero no es él, sino lo que sea que les haya llevado a votarle, en una elevada proporción y hasta en tres ocasiones diferentes, para que sea su Presidente. Ahora, parece que por fin el escándalo que lo liga con nítida evidencia a los delitos de abuso de poder y prostitución de menores va a acabar, como mínimo, con la poca credibilidad y reputación que le queda. Aunque lo que no le van a quitar son sus millones, ni su villa en Cerdeña. Así, propongo desde aquí una salida digna para Berlusconi y Gadafi. 

El magnate de los medios, a quien puedes ver aquí en una foto de finales de los setenta en su despacho con su mítico revolver mágnum sobre la mesa, tiene en la exclusiva isla una inmensa propiedad en la que, al parecer, ya hay hace tiempo todo un harén. Así, el líder de la revolución de Libia tendrá allí sitio de sobra para montar su Jaima y sentirse como un verdadero mártir bien rodeado de las ‘amigas’ de Berlusconi. Él también podría agasajarlas con un coche, de hecho, que afirma haber diseñado él mismo y que sería el motor de la industrialización y el orgullo de su país. 

A mi, personalmente, el engendro que creó me recuerda al coche que diseñó Homer Simpson en el episodio en el que conoce a su hermano gemelo. Pero no pasa nada, porque Berlusconi como su compañero de harén tendrán pasta y tiempo de sobra –si la madre naturaleza sigue siendo generosa con ellos y sus conquistas no les mantienen demasiado ocupados- para ir puliendo el proyecto. La única pega que le encuentro a todo el asunto son los posibles altercados entre las ‘amigas’ del Presidente italiano y la guardia pretoriana de Gadafi, formada por 40 mujeres vírgenes entrenadas para matar de mil maneras diferentes. Sobre todo, sin don Silvio comienza a regalarles coches también a ellas…

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no tienen por qué coincidir necesaria o exactamente con la posición de Axel Springer o Auto Bild España.

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