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Famosos al volante: el suspenso que merecen

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No ha terminado Famosos Al volante. Quedan unos cinco minutos de programa, pero no aguanto más.

En estos momentos, Rafa les está pegando la gran bronca. Hoy no hay circo (perdón, show, que es la palabra que ha utilizado la voz en off –para que nadie pueda acusarme de usar términos peyorativos-). Los alumnos le esperaban entre gritos y cantos (¿qué esperas, Rafa, es a lo que les tienes acostumbrados?), pero él corta la fiesta y, para alegría de los vecinos, les hace pasar al aula.

¿Qué ha pasado? Lo que era de esperar: han suspendido.

¿A qué viene esa sorpresa, Rafa? Tanto tú, como Alberto, el profesor de teoría, habéis reconocido en dos ocasiones que los alumnos no están preparados. A dos días del examen declaras públicamente que no tienen ni idea de cómo funciona el código. La solución que les propones es estudiar hasta las 4:30 de la mañana (lo que me demuestra que tu único interés es que aprueben, no que aprendan a conducir). Pero ellos, en lugar de hacer caso a tus malos consejos lo hacen aún peor y se van de fiesta (pero de las de verdad).

Su escapada no te ha sentado bien (ahí tienes razón) y sacas tu vena de ‘malote’ poniéndoles bajo un sol de justicia a hacer una prueba teórica (que, para tu sorpresa y la mía, aprueban muchos).

No Rafa. Si quieres ser duro con ellos, si quieres que de tu escuela salgan conductores de verdad, haz lo que hubiese hecho mi profesor ante semejante plan: no dejarles ir a examen.

Un día antes, Rafa Mendez te daba la clave: “Necesito más tiempo”, decía el profesor de baile.

Así que hoy, más que nunca, me alegro de que (casi) todos hayan suspendido. Porque ni uno de los suspensos se merecían otra cosa. ¿Acaso, Rafa, hubieses preferido que tu tocayo, que reconoce no tener ni idea da la norma, hubiese aprobado? Una nota favorable habría engordado esas estadísticas de las que tantos lectores se hacen eco, pero ¿a qué precio?

No quiero cerrar este post sin hablar de dos personas.

Por un lado, Soraya Arnelas. Parece ser que es la segunda vez que la cantante  pasa por la autoescuela de Cuenca. Cuenta que la primera aprobó el teórico pero agotó el tiempo para el práctico (mujer, si solo era una semana más…). A lo que voy es que tras pasar por el método de Rafa entra en un coche sin saber dónde está la palanca que abre el capó y lo que es aún peor ¡¡¡¡no sabe cuál es el pedal del freno!!!!! ¿Será esta la prueba de que lo que pronto se aprende, pronto se olvida?

Por último, pero no menos importante (sino todo lo contrario) un apunte para Trini. Ella ha conseguido que, durante unos momentos disfrutara del programa. Su vuelta a la escuela al volante de un coche adaptado a su medida (tiene 36 años y mide 1,20) ha sido de lo más emocionante.

Trini desea conducir para conseguir la libertad e independencia que hasta ahora le ha sido prohibida. Tiene ilusión, estudia (aunque se apunte a la juerguecita nocturna) y aprueba. Como debe ser.

Ahhhhh, para sorprersa de Rafa, que no daba un duro por él, Falete ha aprobado. Me da que más uno se va a acordar del profesor que le dejó presentarse a examen…

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no tienen por qué coincidir necesaria o exactamente con la posición de Axel Springer o Auto Bild España.

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