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Volkswagen Golf Country: hasta las orejas de barro

Juan Antonio Corrales

La marca Volkswagen eligió el año 1990 para lanzar su Golf Country, un vehículo montado sobre la plataforma del Golf II: sus ventas fueron un fracaso. Sin embargo, ahora se ha convertido en todo un clásico que te proporcionará horas de diversión.

Hace algo más de dos décadas, Volkswagen decidió darle un hermano patilargo al Golf, ya que los responsables de la marca estaban seguros de que aquello sería un enorme éxito de ventas.

Pero la realidad es que el Golf Country es uno de los mayores fracasos de la historia del grupo automovilístico alemán.

El primer viaje que realizó el Country fue sin nadie en su habitáculo: se transportó una unidad durante 931 kilómetros, desde la ciudad alemana de Wolfsburgo a la austríaca de Graz.

Te resumo cómo fue la jugada: de la fábrica de Wolfsburgo salió un Golf CL con tracción integral y cuatro puertas. A partir de él saldría, en Austria, el primer Golf todoterreno, un coche que, por cierto, nadie había pedido. Sin embargo, eso era algo que la gente de Volkswagen no sabía todavía. En Steyr le alargaron el recorrido de suspensión, le pusieron bajo la carrocería un chasis hecho de tubos de acero, atornillaron unas suspensiones y amortiguadores reforzados, elevaron su altura 18 cm y le pusieron una protección inferior al motor y dos defensas para el frontal y la zaga.

Delante, todos los faros iban protegidos con una rejilla, y detrás, en el portón trasero, iba colgada la rueda de repuesto: el primer Golf todocamino ya estaba listo… o casi. Llevaba tracción integral, pero sin bloqueo de diferencial. Sus ruedas de 195 eran especialmente silenciosas sobre asfalto, pero en el campo se ponían hasta arriba de barro y la capacidad de tracción se veía muy mermada.

A pesar de todo esto, la gente de VW se vanagloriaba en el catálogo de que se trataba de “un Golf muy especial. Un coche único para los momentos de ocio y tiempo libre, que le dará mucho juego a los más independientes”.

AUTO BILD lo comparó en abril de 1990 con el Suzuki Vitara y sus impresiones fueron bien diferentes: “Más allá del asfalto, el Golf no es capaz de llegar muy lejos. Su altura libre al suelo no está, en principio, nada mal, pero sus ruedas traseras van amortiguadas independientemente. ¿Resultado? El Golf se queda estancado enseguida y sus neumáticos de verano no son capaces de sacarle del apuro”.

El gran problema del Golf esque llegó al sitio equivocado en el momento equivocado. ¡En 1990 la segunda generación del Golf tenía ya siete años a sus espaldas! Para rematar la faena, VW presentó en las ferias del automóvil un Golf patilargo con volante de cuatro radios, asientos Recaro y dirección asistida, pero con un interior igualito que el del Golf CL. Y lo mejor, adivina qué precio le pusieron: 18.240 euros. VW pensaba que podía vender el Country a guardabosques, ingenieros y pescadores con mucha pasta, pero… un par de meses después tuvieron que dar marcha atrás: el cartero no dejaba en el buzón de Wolfsburgo tantos contratos de venta como ellos esperaban. El proyecto del Golf Country empezaba a hacer agua por todos lados.

Por 17.471 euros pusieron a punto una versión más barata, que llevaba llantas de acero, asientos de cuero artificial y que sólo estaba disponible en color verde bosque. ¿Se trataba del paso definitivo? ¡Qué va! A principios de 1991, el Golf Country tenía que ser el golpe definitivo para enganchar a miles de clientes dentro de la familia Volkswagen.

Sólo estaba disponible en color negro, con equipamiento de cuero de color crema y, sobre todo, con un enorme techo de lona que lo convertía en un cabrio con tracción a las cuatro ruedas. El precio era una auténtica pasada: 23.090 euros… ¡por un simple Golf!

Hoy en día, 21 años después, se deben de haber puesto muy contentos al ver que hemos salvado uno de esos modelos. Todavía tiene que haber escondidos por ahí los 50 modelos con motor GTI que se vendieron a los propios empleados de la empresa.

Dos décadas después es el momento de darle al Golf Country el lugar que le corresponde dentro de la historia del automóvil.

Uno de estos ejemplares todoterreno rueda en exclusiva para AUTO BILD 4x4 en un antiguo vertedero, que ahora es un magnífico espacio de aventuras lleno de montículos y barro, donde la diversión está asegurada para cualquier aficionado al offroad.

Bajo el suelo del vehículo noto un ruido que, a veces, se vuelve ensordecedor. A falta de bloqueo de diferencial central, la transmisión empieza a apestar y los discos de freno se calientan una barbaridad… Eso sí, el pequeño Golf todoterreno se abre pasosin reparos. Sus 98 CV le bastan para trepar unos desniveles con los que sólo un todoterreno deverdad se atrevería. Frena sin problemas y evita los charcos sin dificultad. Por fin, en el punto álgido de la prueba, lo meto en una poza de agua enorme, con una salida, cuando menos, complicadilla. ¿Qué quieres que te diga? Pues... ¡prueba superada! El primer Golf todoterreno no ha metido la pata en ningún momento. El problema es que en 1990 la gente no estaba preparada para un coche así… en aquellos años a ninguna mamá se le ocurría llevar a sus niños en un todoterreno.

Historia

La relación de Volkwagen con los todoterrenos estuvo durante mucho tiempo estrechamente relacionada al ejército. En los años 70, el Typ 181, con tracción trasera y la mecánica del Escarabajo, se encargó de transportar a las tropas. A comienzos de los 80, fue el Iltis 4x4 el que se ocupó de esa misma tarea. En 1989, VW presentó un 'concept' que respondía al nombre de Montana; poco después lo presentó en el Salón del Automóvil de Fráncfort. La cosa hizo furor y VW decidió fabricarlo en serie bajo el nombre de Golf Country. La producción comenzó en abril de 1990. Llevaba la plataforma del Golf Cl, cuatro puertas y una tracción integral sincronizada, que VW ofrecía desde 1986 con el Golf II. Los trabajadores de Steyr (Magna-Steyr, en la ciudad austriaca de Graz) convirtieron el Golf en el Country. En octubre de 1991, tras fabricar 77.335 vehículos en 18 meses, la empresa dió carpetazo a la producción. El gran fracaso del primer SUV de VW se debe, en buena medida, a que salía demasiado caro: el Golf Country costaba 18.240 euros. 16 años después, en octubre de 2007, llegó su sucesor: el Volkswagen Tiguan. Comparado con el Golf Country, ha sido todo un éxito de ventas.

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