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Radio en el coche, una historia de compañía

Radio en el coche, una historia de compañía
Este jueves día 13 de febrero se ha celebrado el Día Mundial de la Radio. La historia de la radio en el coche comenzó en el año 1922, aunque tardaría varias décadas en generalizarse su uso que hoy parece un elemento tan básico en cualquier automóvil como el volante.

Desde el año 2012 en que la UNESCO lo estableció a petición del Gobierno de España, el día 13 de febrero se celebra el Día Mundial de la Radio. Aunque se trata de un invento que nació a finales del siglo XIX, la historia de la radio en el coche se inició en 1922, George Frost desarrolló un prototipo de radiorreceptor compacto que podía ser manipulado usando únicamente dos botones giratorios. El invento de Frost se colocó en un Ford Model T, el coche más popular del planeta por aquel entonces, y está considerado el primer vehículo de la historia en equipar una autorradio, aunque en realidad este nuevo extra tardaría aún bastantes años en ser incorporado masivamente en el automóvil.

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Unos años después, en 1927, la empresa de Philadelphia Firma Storage Battery CO. empezó a comercializar unas radios compactas lo suficientemente pequeñas como para ser instaladas en la mayoría de los vehículos de la época y que hoy son una preciada pieza de coleccionista. Pesaban casi 20 kg y no llegaron a comercializarse con éxito. A la televisión le quedaban por entonces casi tres décadas por aparecer, así que en los años 20 y 30 la radio era el medio de comunicación de masas más moderno y el único instantáneo, así que hubo numerosos prototipos de aparatos que podían utilizarse dentro de un automóvil tanto en EEUU, como en Reino Unido y en Alemania.

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El primer dispositivo receptor de radio en el coche que se comercializó con cierto éxito llegó en 1930, el Motorola 5T71 de Galván Manufacturing Corporation costaba entre 110 y 130 dólares, más o menos el mismo precio de algunos de los automóviles que se vendían por entonces. En Alemania, Blaupunkt llegó a un acuerdo con la marca Studebaker para ofrecer una radio instalada de serie en sus modelos más exclusivos, cuya potencia excedía de 10 CV. Todavía eran dispositivos bastante primitivos y complejos, ya que usaban tubos de vacío y varios transformadores del tamaño de una cantimplora.

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Afortunadamente, gracias al impulso tecnológico que experimentaron las transmisiones durante la Segunda Guerra Mundial, la radio en el coche fue simplificándose y generalizándose a lo largo de los años 40. En EEUU a comienzos de los 50 todavía se seguían usando receptores AM, con un teclado mecánico y varios tubos de vacío cuando, en 1952, de nuevo Blaupunkt comenzó a ofrecer receptores FM. Sin embargo, fue en 1959 cuando la Motorota FM-900 se convirtió en la primera radio de coche con frecuencia modulada que se vendía en masa. Poco después, en 1960, llegaron los receptores transistorizados, lo cual comenzó a hacer relativamente fácil manipular este dispositivo durante la marcha.

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En 1963, Delco Remy, Ford y Motorola presentaron los primeros aparatos capaces de recibir AM/FM y en 1966 Philips lanzó la primera radio de coche capaz de reproducir casetes con lectura por las dos caras. El habitáculo comenzaba a convertirse en lo más parecido a una sala de estar. El mayor avance de la radio en el automóvil durante los años 70 fueron los radio-casetes extraíbles, puedes ver la foto de uno de ellos un poco más abajo. Desde finales de los 80, la electrónica comenzó a ayudar a los conductores de los coches de lujo a sintonizar mucho mejor sus emisoras y, además, llegaron los reproductores de CD que introdujeron el sonido digital en el automóvil.

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Un poco antes de la llegada del formato MP3, a comienzo de la década de 2000, los aparatos de radio en el coche empezaron a ser capaces de sintonizar automáticamente las emisoras y a mantenerlas incluso cuando se producía un salto de dial por cambio de provincia, un engorro que muchos recordamos todavía, aunque es cierto que entretenía lo suyo. Aunque la radio digital ha sido una especie de eterna promesa para el automóvil, el elevado requerimiento de infraestructuras y el poco entusiasmo de los fabricantes de vehículos por esta tecnología va camino de lograr que se quede obsoleta antes incluso de llegar los dispositivos de masas.

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El principal motivo es que las marcas apuestan ahora mucho más por disponer de conexión a internet en el vehículo con todos los servicios que ello implica, también la recepción de radio por streaming –falso directo- o sopcast –programas en diferido- que hoy conforman aproximadamente el 15% de toda la audiencia de radio en España. Por cierto, según todos los expertos, mientras no te distraigas demasiado en su manipulación, cosa que con los mandos en el volante y los comandos por voz ya no está justificado, escuchar la radio dentro del coche ayuda a concentrarse más en la conducción y evitan los riesgos asociados a las distracciones y el cansancio al volante.

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