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¿Cuánto cuesta un coche eléctrico?

¿Cuánto cuesta un coche eléctrico?
Cuánto cuesta tener un coche eléctrico es algo que cada vez será más caro. La subida del 78% que acumula la tarifa de la luz doméstica en los últimos 10 años, las que se avecinan y la nueva ley de distribución energética, amenazan al coche eléctrico...

El precio de tener un coche eléctrico parece que va a ser amenazado. Al comienzo de 2013, el Ministerio de Industria mantenía la más que halagüeña previsión de que, para el año 2020, en España habrá unos 2,5 millones de coches eléctricos circulando. La cifra no chirría tanto como la que ofreció en 2007 su predecesor Miguel Sebastián: ¡nada menos que un millón de coches eléctricos para 2014!

Es bueno volver a recordarlo justo ahora, aunque solo sea para remarcar el desapego de la clase política por la realidad y las leyes de la lógica. Con un boyante 1,5% de las matriculaciones de coches eléctricos del año pasado ocupadas por vehículos a pilas e híbridos conjuntamente, parece que las ayudas oficiales, que se van a mantener este año, son claramente insuficientes para hacer despegar este mercado.

Las ventas de coches eléctricos en España en 2013 no llegaron a 700 en toda España, lo que ni siquiera dobla las 484 de 2012. Sin embargo, las marcas siguen invirtiendo en esta tecnología a la espera de que despegue, como parece, al abrigo del impulso por parte de las instituciones europeas, que entre otras medidas se plantean imponer a España la instalación de 80.000 puntos de recarga públicos hasta 2020.

Ahora hay unos 1.400 postes de recarga de eléctricos en todo el país, muchos de ellos fuera de uso por falta de mantenimiento o, todo hay que decirlo, debido a actos de vandalismo. Por suerte, en la mayoría de los que funcionan como es debido, los usuarios pueden recargar sus coches eléctricos de manera gratuita.

Por supuesto, no pasa lo mismo cuando lo haces en la red de tu domicilio. Y menos este año en el que se avecina una nueva escalada en los precios, empezando por el 2,3% que ha subido la electricidad doméstica desde el 1 de enero y siguiendo por el 10% que, según la mayoría de los expertos de las eléctricas, veremos tras la próxima subasta, que tendrá lugar el 1 de marzo.

Es verdad que no hay muchos usuarios de coches eléctricos todavía, pero este práctico le resultará tan interesante  al que se lo esté pensando de verdad –como es mi caso- como a cualquiera que todavía no se haya percatado de que su recibo de la luz ha subido un 78% en los últimos 10 años.

¿Cuánto gasta un coche eléctrico?

Hace unos meses estuve probando el Nissan Leaf. Durante aquellos días, según Carwings, el gestor de Nissan para este coche, obtuve un consumo aproximado de 19,2 kWh.

Esto son de media unos 192 Wh por kilómetro recorrido o, lo que es lo mismo, si pagabas 0,121 euros el Kwh en tu casa, hasta el 1 de enero, rodar con el eléctrico te salía por unos 2,33 euros cada 100 km. Si fuera a hacer esa misma prueba dentro de una semana, me saldría un consumo de 2,38 euros/100 km.

Coches eléctricos

Evito poner más decimales, pero te recomiendo que sí lo hagas a la hora de calcular tu gasto en electricidad porque pueden ser bastantes euros a lo largo del año. Las compañías lo saben muy bien y, como sucede con la gasolina, hay que pensar en los 14,6 millones de pellizcos –el número de hogares con tarifa doméstica en España, salvo aquellos a los que se la hayan cortado este invierno por impago- que se llevan en forma de estas subidas decimales, pero muy cuantiosas globalmente.

Así, mientras el mercado de los coches eléctricos aguarda su momento, hay quien se ha puesto a trabajar duro para que la movilidad con cero emisiones locales y a bajo coste sea poco menos que una quimera. Si no, ¿cómo habría de entenderse la Ley del Sector Eléctrico aprobada el pasado 27 de diciembre y que prevé multas para los usuarios que tenga instalaciones eléctricas de autoconsumo sin inscribir en un registro especial creado al efecto en el Ministerio de Industria?

Para los particulares con instalaciones eléctricas de autoconsumo regularizadas, la energía que ellos mismos produzcan tendrá los mismos impuestos y peajes que la que se obtiene de cualquier enchufe. Es decir, tras una inversión que nunca baja de los 3.000 euros y que puede superar los 10.000, terminarán pagando más por su electricidad de lo que desembolsa cualquier otro ciudadano.

Autosuficiencia energética en casa

El único subterfugio que les deja la nueva Ley del Sector Eléctrico para no pagar estos peajes es la desconexión total de la red, lo que hace necesaria una inversión todavía mucho mayor para ser completamente autosuficientes energéticamente.

No es previsible que haya insumisos a esta medida porque la infracción tipificada -hay numerosos supuestos en el nuevo reglamento- puede acarrear una sanción entre grave y muy grave, con multas que van desde los 600.000 a los 60.000.0000 de euros. Justo el mismo rango en el que entraría una compañía que genere vertidos nucleares o que se salte resoluciones judiciales o leyes de rango europeo... una locura auténtica.

Casa del futuro

Sin querer apuntar (todavía más) a nadie, este es el resultado de que la liberalización sea tomada más como un bien en sí mismo que como otro instrumento cualquiera al servicio de los ciudadanos. Y de tener unos políticos y gobernantes que son como el amo o el ama de casa, que cuando hace una limpieza general, solo barre la porquería  hasta debajo de las alfombras.

¿Qué significa todo esto: TUR, déficit de tarifa, subasta...?

En 1997, era el Gobierno quien establecía el precio de la electricidad, hasta que el entonces Presidente y hoy asesor de Endesa, José María Aznar, decidió crear un nuevo sistema para el suministro basado en subastas donde pujan todas las compañías y métodos de obtención y donde, finalmente, el precio queda determinado por la fuente energética más costosa. Un cambio así de estrafalario se vendió entonces como positivo para los consumidores porque la libre competencia haría bajar los precios del suministro. Según la organización Facua-Consumidores en Acción, este sistema está necesariamente manipulado, puesto que la generación en España corre básicamente a cargo de dos compañías: Endesa e Iberdrola.

Tras esta subasta, y basándose en su resultado, el Gobierno fija un precio del kWh para el usuario final. Esto es lo que se denomina Tarifa de Último Recurso (TUR) y aunque fue creada por unos grandes defensores del libre mercado, nació con una limitación que parecía convenir a los usuarios: que nunca podría subir más que el IPC y, si no lo hacía y las eléctricas perdían dinero, el Estado debía sufragar la diferencia. A lo largo de la siguiente década, los gobiernos de Zapatero, y ahora el de Rajoy, no han atendido al resultado de esta subasta para fijar el TUR, de manera que se ha ido acumulando un desfase que ya casi alcanza los 30.000 millones de euros y que, supuestamente, habrá de ser sufragado por ‘Papá Estado’, a pesar de que en 2012 las principales compañías eléctricas arrojaron beneficios superiores a los 1.000 millones de euros.

¿Cómo afecta el precio de la energía a la productividad?

En la tabla que te muestro a continuación puedes ver cuánto cuesta la electricidad de uso industrial en comparación con otros 29 países de Europa. De los siete países en los que la energía industrial es más cara que en España, cinco son islas y los otros dos, antiguas repúblicas soviéticas. Hay quien podría tener la tentación de pensar que esto no le afecta, pero sí, porque desde que el Gobierno actual cambió la ley laboral y aplicó recorte tras recorte, la justificación siempre ha sido la misma: mejorar nuestra competitividad.

tabla precios electricidad industrial

Por suerte, esto se está consiguiendo: crecen las exportaciones y se ha traído nueva producción a las fábricas de coches eléctricos con hasta 4.000 millones de euros de inversión, pero se ha logrado sobre todo a base de reducciones salariales. Ahora, la escalada del recibo de la luz amenaza con comerse lo que se ha alcanzado a costa de los trabajadores.

Hay ciertas industrias en las que la electricidad representa el 70% de los costes. Si se tiene en cuenta que el gas natural es tres veces más caro en Europa que en Norteamérica y que la electricidad cuesta la mitad en EEUU, parece difícil que podamos ser competitivos. Sin ir más lejos, desde planta de GM en Figueruelas (Zaragoza) se advertía en octubre que, si la electricidad sube un 9,2% en 2014, se comería los esfuerzos de sus empleados, que han visto reducidos sus primas y salarios. Y eso que es una instalación gigante, porque las pequeñas están tan mal que hasta 21 fábricas tuvieron que detener su actividad en 2013 por los elevados costes de la energía, lo que supuso la destrucción de 15.000 empleos directos.

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