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Ruta 4x4 en NAMIBIA (1ª PARTE): memorias de Namibia

Ruta 4x4 en NAMIBIA (1ª PARTE): memorias de Namibia
Un país conocido por sus diamantes... pero AUTO BILD 4x4 ha descubierto que esconde otras muchas joyas de igual valor.

Cuando tienes a una leona a cinco metros de tu coche con su mirada clavada en la tuya, se te pasan muchas cosas por la cabeza...Y lo primero que se pasó por la mía es que esta ruta 4x4 había merecido la pena tan sólo por ese instante. Da lo mismo que durante los 4.500 km de la ruta, desde Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, hasta Windhoek, en Namibia, haya visto cañones escarpados, minas de diamantes abandonadas, esqueletos de ballenas o las dunas del Namib desde un globo a 1.800 m de altura. Los ojos de esa leona brillan por encima de todo. Pero hasta llegar a ese momento tan especial, situado en la parte final del recorrido y cuyo desenlace podrás ver en el siguiente reportaje de AUTO BILD 4x4, también he vivido experiencias inolvidables con mis cinco compañeros de viaje: Alfonso, Rafael, Marijo, Carlos y Gerardo, el organizador de esta aventura llamada "Vuelta al mundo Explora 4x4", que recorre el planeta a lo largo de 17 largas etapas.

A través de sus miradas y del parabrisas del Land Rover Discovery he descubierto Namibia, un país tan desconocido como fascinante y cuyo apelativo cariñoso es el de la sonrisa de África. Aunque para sonrisa, la que se quedará grabada en mi cara durante mucho tiempo.

Antes de salir...

- El pasaporte debe tener una validez mínima de seis meses.

- No se necesita visado para estancias turísticas de hasta 90 días.

- Las vacunas no son obligatorias, aunque se recomienda la del tétanos y la fiebre amarilla.

- Embajada en Windhoek (Namibia). 58, Bismarck ST 21811.TNO: +264(0)61223066. 
Mail:emb.windhoek@maec.es.

Etapa 1: Ciudad del Cabo-Fish River Canyon

Al igual que los navegantes holandeses que se asentaron en Ciudad del Cabo en 1652 y que utilizaban este puerto como centro logístico, la organización de VM Explora decidió transportar en barco desde Singapur los dos Land Rover Discovery que utilizaríamos para recorrer Namibia. De hecho, el paso por Sudáfrica fue testimonial. A pesar de esto, pude comprobar el peculiar acento del afrikaans, una mezcla de holandés e inglés, además de degustar sus vinos, cuyo cultivo se beneficia de un clima  similar al mediterráneo. De hecho Hendrik, el dueño del hotel donde dormimos la primera noche, contaba que el carácter sudafricano era más parecido al mediterráneo que al centroeuropeo. Y mientras tanto, yo lo observaba, un hombre rubio y alto, y lo comparaba conmigo, un tío moreno y de estatura ibérica, y pensaba: "¿Me estará tomando el pelo?".  Al menos en lo del vino no lo hacía...

Muy tranquila: la frontera entre Sudáfrica 
y Namibia... ¡no parecía una frontera! Uno de los atractivos del viaje era que la ruta la diseñábamos nosotros mismos

Tras cruzar Sudáfrica por la N-7, llegamos a la frontera con Namibia, donde empecé a descubrir la santa paciencia que hay que tener en este país con la burocracia. Un cartel con su escudo, sustentado por dos antílopes y un águila nos anticipaba el espectáculo natural que esconden parajes como el del Fish River Canyon, una inmensa fractura en el suelo de Namibia que se extiende a lo largo de 160 km y que puedes ver en la foto que encabeza el reportaje.

Namibia nos recibió con un caluroso 'welcome' y 37º de temperatura. Los bungalows del Canyon Lodge se encuentran situados en plena naturaleza. Los alojamientos están perfectamente integrados en el entorno natural

Etapa 2: Fish River Canyon-Lüderitz

Tras contemplar un precioso amanecer en los bungalows del Canyon Lodge (nunca me cansaré de decir que los amaneceres de este país son los más bonitos que he visto), nos encaminamos hacia el Fish River Canyon, una maravilla natural de 160 km de largo y caídas que llegan a los 549 metros. El Fish River ha ido horadando el terreno hasta crear este paraje con rocas que llegan a los 2.600 millones de años. Y entre tanta grandiosidad, unos escurridizos animales son los señores del terreno: las serpientes. El catálogo de estos bichos que puedes encontrar en la oficina del parque es inmenso... aunque yo todavía no he conseguido identificar el que apareció en mi hombro sin saber muy bien cómo, ante la mirada atónita de todo el grupo... Bueno salvo, Alfonso, que tuvo el coraje de quitármela. No puedes ni imaginarte los sudores fríos que me entraron cuando me dijeron que esa cosa estaba cerca de mi cuello...

El tamaño de este monumento natural hace aconsejable el uso de un buen GPS. El paseo a caballo por los desfiladeros me hizo sentir como Jonh Wayne en el gran cañón

Otro elemento menos peligroso, pero que también destaca en la aridez de la zona, es el Quiver Tree, un árbol capaz de soportar las duras condiciones climáticas de la zona.

Y pensar que este lugar fue una vez rico en diamantes...

Todavía con la imagen en la retina de este impresionante cañon, nos encaminamos a otro lugar que a principios del siglo XX brilló tanto como los diamantes que se encontraban allí: Lüderitz.

El aeropuerto de Lüderitz. Las piedras 'semipreciosas' que ves en la foto fueron uno de los pocos indicios que tuvimos de los famosos diamantes de este país

Etapa 3: Lüderitz-Sossusvlei

Cuando te imaginas un poblado en África, seguro que piensas en las típicas chozas de las tribus. Pero lo primero que vi cuando entré en Lüderitz fue el campanario de una iglesia de estilo germano. ¿Extraño, verdad? La explicación radica en que los colonos alemanes llegaron aquí a principios del s. XX buscando diamantes. De hecho, la costa donde está situada esta ciudad se denomina costa del diamante. Pero esta construcción no es lo más asombroso de Lüdertiz. Mientras paseaba por su calles, iba descubriendo casas de estilo centroeuropeo pintadas con llamativos colores. Algunas de ellas son pequeños museos donde te cuentan que su construcción se basa en el Art Nouveau y fue financiada por la fiebre del diamante. Esta fiebre tuvo su auge y ocaso en un enclave cercano llamado Kolmanskop: unas minas abandonadas situadas a las afueras, que poco a poco están siendo engullidas por las dunas. Todo el conjunto forma una especie de museo fantasmagórico.

Una de las mejores vistas de la ciudad se encuentra detrás de 
la iglesia de estilo germano que domina la costa de Lüderitz. La influencia colonial alemana en esta localidad tiene su reflejo en los edificios de estilo Art Nouveau de principios del siglo XX

Pero Lüderitz es algo más que diamantes. En su puerto existe mucha actividad pesquera, y  una empresa española, Pescanova, acapara gran parte de ella. Directamente de este puerto procedía el marisco que literalmente engullimos en la cena de Nochevieja, y que nos dio fuerzas para coger el coche al día siguiente y dirigirnos hacia un lugar muy especial, el Namib.

En la actividad portuaria de Lüderitz destaca una empresa española: Pescanova. Gran parte sus habitantes trabaja en sus factorías. El carácter Namibio es muy, pero que muy sosegado

Etapa 4: Sossusvlei-Swakopmund

Tras más de 500 km de caminos polvorientos y con ganas de meternos una buena cena entre pecho y espalda, fuimos directos al restaurante del lodge de Sossuvlei. Cuando observamos las bandejas del buffet libre, nos encontramos toda una selección de alimentos éxoticos: carne de cocodrilo, de cebra, de un antílope llamado springbok, de avestruz... Y precisamente avestruces fueron uno de los primeros animales que avistamos allí. Toda una famila corriendo delante del coche como si les fuera la vida en ello.

Springbok, además de un pueblo, es el nombre que recibe un pequeño antílope africano. El 'lodge' de Sossuvlei atesora preciosos alojamientos cerca del desierto, pero también 'tesoros' automovilísticos

Tras dejar en paz a los pobres animales, por fin llegamos al desierto del Namib. Estuvimos allí sentados durante más de una hora, como atontados, contemplando un atardecer espectacular. Si en ese momento el mundo se hubiera acabado, la verdad es que no nos hubiera importando lo más mínimo. Aunque si buscas una perspectiva diferente de las dunas, puedes subirte en un globo y observarlas a casi 2.000 m de altura. Si encima te recorre el cuerpo una sensación de vértigo, como me ocurrió a mí, la experiencia la recordarás toda tu vida. En el hotel podrás contratar esta actividad, además de rutas en quad, e incluso vuelos en avioneta... Pero nosotros no tuvimos tiempo de hacerlo, ya que debíamos continuar hacia Swakopmund, uno los principales centros de aventura de toda África, donde el subidón de adrenalina estaba garantizado. Aunque eso te lo contaré en el próximo capítulo...

El cañón de Sesriem es el aperitivo perfecto antes de visitar las dunas. Mi vértigo tuvo su máximo protagonismo en el paseo en globo

El desierto del Namib

El Namib, cuyo nombre viene de la lengua nama, significa enorme. Pero además de grande es viejo, muy viejo. De hecho, es considerado el desierto más antiguo del mundo. Se tiene constancia de su existencia desde hace 65 millones de años, para que te hagas una idea, de la época en la que se extinguieron los dinosaurios. La temperatura es relativamente templada, y puede variar desde los 5º hasta los 35º.

Las arenas del Namib esconden trampas. Su tamaño total es de unos 80.000 km2 y su longitud, de 1.600 km

Wrangler MT/R

Durante parte del recorrido, las Goodyear Wrangler MT/R fueron fieles compañeras de viaje. Sus flancos reforzados para evitar que el neumático se raje en firmes pedregosos o su capacidad de tracción en terrenos como las arenas del Namib siempre fueron de ayuda a la hora de continuar el viaje con garantías de éxito.

Juan Antonio Corrales

Fotos: Alfonso Zubiaga-WATU Acción Indígena, AUTO BILD España, Stockxpert

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