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Ferrari: una factoría de sueños

Ferrari: una factoría de sueños
AUTO BILD visita uno de los templos más importantes del mundo del automóvil, el lugar desde el que salen con cuentagotas algunos de los coches más impresionantes de la Tierra. Dentro de un edificio innovador, el trabajo manual, que caracteriza a la marca italiana, se mezcla con un ambiente natural. Y entre motores, asientos y múltiples piezas, asoman modelos exclusivos, encargados por algún apasionado de Ferrari.

AUTO BILD visita uno de los templos más importantes del mundo del automóvil, el lugar desde el que salen con cuentagotas algunos de los coches más impresionantes de la Tierra. Dentro de un edificio innovador, el trabajo manual, que caracteriza a la marca italiana, se mezcla con un ambiente natural. Y entre motores, asientos y múltiples piezas, asoman modelos exclusivos, encargados por algún apasionado de Ferrari.

Cuando aterrizas en Bolonia empiezas a respirar el aroma Ferrari por todos lados. Incluso hasta el más acérrimo porschista empezaría a ver con otros ojos la marca del Cavallino. Al llegar a Maranello, el ambiente rosso se convierte en una marea impresionante: tiendas, restaurantes, colegios con el nombre del gran Enzo y hasta parques con restos de carrocerías Ferrari. En la ciudad viven 15.000 personas, de las cuales la mayoría trabajan directamente para la marca o en algún negocio relacionado con ella.

Al atravesar el pórtico de la factoría, situado en el número cuatro de la Via Abetone Inferiore, un nudo se aferra a mi garganta. Voy a entrar en un verdadero santuario, al que sólo se deja acceder a unos pocos elegidos: si no eres distribuidor o cliente Ferrari con invitación te encontrarás con la valla cerrada a cal y canto.

La entrada al santuario: Via Abetone Inferiore, número 4; 41053, Maranello

Esta confeccionadora de sueños tuvo como lugar de nacimiento la ciudad de Módena. No obstante, en 1943 y a causa de la Segunda Guerra Mundial, las fábricas del país tuvieron que distribuirse por todo el territorio para evitar que un bombardeo masivo acabara con ellas. Finalmente, se ubicaron definitivamente en la pequeña localidad de Maranello. En el año 1997 recibió el impulso definitivo y la renovación de todas sus áreas, convirtiendo a Ferrari en un imperio del automóvil.

Como comentaba, la mayor parte de la ciudad trabaja para la marca del Cavallino. De formar a la plantilla se encarga el Instituto Profesional para la Industria y el Artesanado, que después pasa directamente a trabajar en la fábrica automovilística.

Las oficinas en el interior de la fábrica presentan un diseño moderno y vanguardista

Trabajadores motivados con su propio Grand Prix

En la actualidad hay 150 trabajadores, que entran a las nueve de la mañana y salen a las cinco de la tarde. Cada departamento tiene su propio Grand Prix que evalúa a los trabajadores. De esa manera se incentiva la productividad con una competición sana, que es tomada con toda seriedad por parte de todos los trabajadores.

Los trabajadores de la fábrica tienen su propia competición, una buena forma de motivar

La parte manual sigue constituyendo una tarea básica

En la zona del atelier se confeccionan las tapicerías, los revestimientos, los cueros y los acabados a mano

Ferrari es el máximo exponente entre tradición e innovación. Cada día salen de la fábrica treinta coches que se elaboran en un entorno envidiable. No en vano, el año pasado la firma consiguió el premio a la mejor empresa europea. Mucha culpa de esto lo tiene el hábitat del que disfrutan los trabajadores, con numerosas plantas (algunas de ellas de grandes proporciones), zonas ajardinadas y luz natural.

Las plantas y la luz natural hacen más agradable el lugar de trabajo

Si tienes un poco de paciencia podrás observar desde la Via Musso los coches espía que salen de la factoría: nuevos modelos o prototipos con aditamentos en motor o carrocería que son probados constantemente en los alrededores de la fábrica.

Pide y se te concederá: este Ferrari de color azul no estándar, es una solicitud expresa de un cliente

Desde este lugar también puede verse el famoso túnel de viento, diseñado por el arquitecto italiano Renzo Piano en el año 1997. En él se prueba cada coche de serie y, sobre todo, los fórmula uno. Es un lugar al que resulta imposible acceder: muy pocas personas han podido ver lo que ocurre en el interior de estos muros. Lo que pasa ahí dentro es el secreto mejor guardado de Ferrari, ya que cualquier filtración puede ser nefasta para el desarrollo de los modelos.

El túnel de viento de Ferrari: un lugar inexpugnable

El despegue definitivo de la fábrica llegó con la remodelación de 1997

La planta aglutina todos los departamento de la marca italiana: administración, motores, mecánica, montaje, pintura, mantenimiento y, por supuesto, competición -de donde salen los laureados f1-.

Joyas bajo lonas: andar junto a carrocerías del 599 GTB es parte de la rutina de los trabajadores

En las proximidades de la fábrica se encuentra otra pata fundamental en el día a día de la marca: la pista de Fiorano, un circuito propiedad de Ferrari en donde se prueban tanto los coches de calle como los de competición, con especial énfasis en los fórmula uno.

La fábrica de Maranello se encuentra a 16 km al sur de Módena, 
un paraje de tranquilidad

Una muestra representativa de la gama Ferrari

AUTO BILD en Maranello

El museo de la marca es conocido como la Galleria. Está situado en el número 43 de la Via Enzo Ferrari. Cuenta con 2.500 metros cuadrados distribuidos en tres partes: en primer lugar, una recreación del despacho de Enzo Ferrari; en segundo término, la competición; aquí se encuentran coches míticos de la marca, como el 47 de Gilles Villeneuve o el F2005 de Michael Schumacher; y en tercer lugar, el piso de arriba, dedicado a los modelos de calle.

Aquí están expuestos más de cuarenta mitos rodantes de la marca, desde el primer 125 S de 1947 hasta el espectacular Enzo. Más de 200.000 personas -que pagan 12 euros por entrar- visitan al año este compendio de pasado, presente y futuro de la marca del Cavallino. Uno de los museos de cuatro ruedas más importantes del mundo.

Javier de la Calzada, en la entrada de la Galleria

Los coches de Nikki Lauda, Alain Prost o Gilles Villeneuve descansan junto a otros míticos

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