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El doctor de los coches clásicos vive y trabaja en Mallorca

Para Ewald Rehberger un viaje de cumpleaños se convirtió en su trabajo de ensueño. Ahora, este alemán de 69 años mima con esmero los amores de sus clientes mallorquines. Es el doctor de los coches clásicos.

La carretera sin señalizar que discurre delante de Ewald Rehberger, el doctor de los coches clásicos que vive y trabaja en Mallorca, parece realmente estrecha entre los dos muros naturales de roca que te llevan hasta Cala Pi.

El seis cilindros del Rolls-Royce Phantom II de 7,6 litros de 1934 retumba entre las rocas mientras el poderoso Spirit of Ecstasy luce con orgullo. Un coche llega de frente y Rehberger gira el enorme volante hacia la izquierda para apartarse de la carretera. Parece que la figura de la parrilla se mueve antes que el coche. El vehículo de enfrente se para y Rehberger gira de nuevo a la derecha y continúa.

Este mecánico convertido en el doctor de los coches clásicos se ha hecho hueco en Mallorca en tiempo récord. Estuvo por primera vez aquí en 2008, celebrando su 65 cumpleaños. Alguien le preguntó en aquel entonces si podía reconstruirle un Fiat Multipla de los 60. La respuesta afirmativa era obvia: llevaba ya 47 años arreglando clásicos… un término que, por aquella época, ni existía.

La buena noticia se extendió como la pólvora entre la comunidad germanoparlante de Mallorca: por fin había alguien que sabía hacer estas cosas. Y es que “en España no hay una especialidad como la mía. No tengo competencia”, asegura Rehberger cuando aparca su Rolls en su almacén de Llucmajor. Los encargos empiezan a lloverle y, a pesar de que no habla ni una sola palabra de español, comienza una nueva vida tras la jubilación.

Entre abril y mayo tiene 12 citas. Después se va un par de semanas a Alemania. En 2009, vuelve y alquila un almacén: miles de piezas de repuesto, herramientas y sitio para dos coches. Aquí tiene todo lo necesario para sus 85 clientes con sus 160 vehículos: muchos Mercedes, pero también Jaguar E-Type o Karmann Ghia.

El doctor de los coches clásicos se sube a su coche de empresa: un Renault Espace que tiene ya 230.000 kilómetros a sus espaldas y cambio automático. Pero ya se acabaron las jornadas de 14 horas, su corazón le pide ahora ir más despacio. Su mujer es la que se encarga del taller especializado en coches anteriores a la guerra que tienen en Alemania.

El primer trabajo nos lleva a la autopista occidental de la isla, pasamos por S’Arenal y Palma hasta llegar a un aparcamiento subterráneo en Portals Nous. El dueño del Mercedes 500 SL de 1987 es el gerente de un hotel y se encuentra ahora mismo en Florida. Rehberger se pone su mono limpio y comprueba las baterías, el líquido refrigerante y la presión de las ruedas.

Un par de kilómetros más adelante, en Costa de la Calma, espera Stefan Ebinghaus con su Mercedes 280 S. El hombre, de 53 años, lleva en la isla desde 1982 y no le importa que lo fotografiemos. Toda una excepción en la clientela del doctor de los clásicos, hombres de negocio y famosos que prefieren el anonimato. Entre los dos meten el coche en el garaje. Después de un par de segundos, le dan al contacto, pisan el acelerador y el W 108 arranca. Ebinghaus cambió en 1982 su Audi 80 L por este. Ahora apenas coge su coche más de un par de veces al año. ¿Se desharía de él? “Ni loco”, asegura Ebinghaus. Rehberger piensa durante unos instantes si él se quitaría de encima el Rolls.

A la vuelta, me cuenta que es uno de los 12 clásicos que posee. En su tiempo llegó a tener el doble… y la verdad es que el coche le dejaría un buen dinero. Sin embargo, Rehberger , el doctor de los coches clásicos sigue siendo un apasionado… incluso hoy en día, con sus 70 años, tiene más entusiasmo del que, en realidad, le gustaría tener.

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