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Cruzando el estrecho de Bering con un Land Rover Defender

Los británicos de la expedición Cape to Cape han sido los primeros en ir en coche desde Siberia hasta Alaska. Claro que su Land Rover Defender disponía de equipamiento especial...

El Estrecho de Bering, situado entre Rusia y Alaska, está congelado casi todo el año. Hasta ahora, cruzarlo en coche había sido una misión imposible. Incluso los tenaces participantes del rally Nueva York–París de 1908 prefirieron coger un barco para pasar de un lado a otro. El equipo británico del ganadero Steve Burgess, de Yorkshire, y el fabricante de jaulas de seguridad, Dan Evans, lo consiguió en 2008 con un Land Rover Defender. Su plan: del Cabo de Buena Esperanza (Suráfrica) al Cabo de Hornos, en el extremo sur del continente americano. Todo lo que sea posible por tierra, salvo un trozo de 85 kilómetros por mar.

El camino de Uelen, en el Este de Siberia, ya es bastante complicado: como la región se convierte en un pantano en verano, los británicos se enfrentan al reto en invierno. Así que: ruedas fuera y a poner cadenas al Defender. Un diseño de la empresa de Evans, Protection & Performance Ltd, con la utilización de piezas de un vehículo oruga. Éstas llevan al 4x4 inglés hasta los 30 km/h. Pero el hielo hace que el piñón de ataque se atasque. El Land Rover se ha atascado. En otras partes los tanques rusos infunden miedo, ¡pero el modelo británico le da la bienvenida! Los flotadores se ponen en el techo del tanque, y el Defender se dispone a rodar de nuevo con neumáticos de calle. Y así, remolcado, se va hasta Uelen, donde esperará hasta el verano, cuando no haya hielo.

Para el Land Rover Defender anfibio, Steve fue a inspirarse al Heritage Museum de Gaydon, donde se expone un Land Rover nadador de 1989. El experto en rallys, Dan, fabrica una versión mejorada con largos brazos que hacen que el Defender se parezca a una enorme y monstruosa araña. Dan pone un segundo árbol articulado que sirve para enviar potencia del diferencial central a la hélice, la cual se fija en el enganche del remolque. En el frontal del coche un protector y ya está lista la lancha motora.

Las pruebas en el mar de Irlanda son alentadoras: el Land Rover Defender anfibio se puede manejar con bastante precisión. Por si acaso, Dan monta un timón hidráulico. De vuelta a Uelen, por fin el 7 de julio el tiempo se calma. ¡Al agua! Steve le comenta a AUTO BILD 4x4: “Esto funciona de la siguiente manera: me voy al agua en primera y con la reductora conectada. Después pongo la reductora en neutral  y entonces las ruedas ya no giran. Después subo a cuarta y la hélice nos empuja a 10 km/h.” ¿El coche? Un Land Rover Defender 110 Tdi con algunos años a sus espaldas. Poco a poco, se va acercando la isla de Little Diomede, una roca de granito que ya pertenece a los Estados Unidos. Steve comenta: “Si no hubiéramos interrumpido la travesía en esta isla, ahora no estaríamos aquí. Al poco tiempo había olas de nueve metros.”

En realidad, el equipo sólo quiere detenerse en este punto un par de horas, pero al final va a ser todo un mes. El siguiente intento de salir de allí se produce el 13 de julio, pero tiene que ser abortado. De pronto el viento viene del sur. Steve: “Habríamos acabado en el Polo Norte.”
No es hasta el 7 de agosto cuando los británicos ven una posibilidad para continuar su viaje. A pesar de la densa niebla, Steve y Dan se atreven a meterse en el agua. Tras seis horas y media llegan sanos y salvos a Wales (Alaska). ¡Conseguido!

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