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Las claves del coche conectado

Las claves del coche conectado

Sara Soria

Cada vez hay más coches conectados. Los servicios de conectividad están irrumpiendo con fuerza en el mercado y se estima que en 2020 habrá 220 millones de coches conectados a Internet en las carreteras. Pero se abren nuevos interrogantes, ¿qué ocurre con la privacidad de los datos? ¿se podrá cambiar libremente de operador? Aquí tienes las claves del coche conectado.

La oferta de coches conectados cada vez es mayor. Son coches que disponen de algún tipo de acceso a Internet,  ya sea mediante una SIM preinstalada, permitiendo una integración con el teléfono inteligente del usuario, o utilizando éste como pasarela de conectividad. Estos sistema inicialmente se están orientando a servicios de información y entretenimiento, lo que se conoce como infotainment, pero hay todo un abanico de servicios adicionales que se podrán ofrecer y que irán teniendo cada vez más importancia. 

Según un informe del Real Automóvil Club de Cataluña (RACC), disponer de más servicios en el coche conectado aportará beneficios a los conductores pero también abren muchos interrogantes sobre el conocimiento y el control que estos tendrán sobre los datos que generarán y sobre la capacidad que tendrán de elegir libremente sus proveedores de servicios en movilidad.

La previsión es que en 2020 haya 220 millones de coches conectados en las carreteras de todo el mundo, según fuentes del BI Intelligence, pero se estima que sólo 80 millones de usuarios utilizarán los servicios de Internet dentro del coche

¿Quién ofrecerá estos servicios de conectividad? 

Según el RACC, los propios fabricantes de coches podrán utilizar una situación de ventaja competitiva evidente, ya que son los integradores de la tecnología en sus vehículos. Tratarán de retener o fidelizar sus clientes por la vía del control de los datos que éstos generen y la provisión de servicios que irán más allá de la venta y posterior mantenimiento del vehículo (especialmente mientras la garantía está en vigor). 

Los fabricantes ven una oportunidad en la conectividad para ofrecer servicios de valor añadido ofreciendo, en algunos casos, soluciones propias, también desarrollan sistemas que permiten la integración de aplicaciones que se ejecutan en el teléfono inteligente del usuario. Es difícil imaginar un coche conectado en el que el teléfono inteligente del usuario no juegue un papel destacado. Estas aplicaciones se utilizan mediante el sistema de infoentretenimiento del coche y el control por voz para reducir el riesgo de distracciones. Los casos más destacables son los sistemas Mirror Link, Android Auto de Google o CarPlay de Apple

Pero a pesar del protagonismo de los fabricantes en este terreno, las diferentes tecnologías que se utilizan hacen obligatoria las alianzas y sinergias entre diferentes actores, como proveedores de servicios TIC u operadores de telecomunicaciones.

Las grandes empresas tecnológicas cada vez están más presentes. Google ha irrumpido con su coche autónomo en fase de pruebas y ha desarrollado el sistema Android Auto.

En el caso de Apple el negocio parece estar en la venta de dispositivos conectados y en conservar un papel predominante en este segmento. Ha desarrollado el sistema Car Play, que permite seguir utilizando algunas aplicaciones del iPhone mientras conducimos, y recientemente se han conocido planes de Apple para desarrollar un coche eléctrico, el Titán. Por su parte, Microsoft provee su sistema operativo Windows para sistemas embarcados de coche conectado, Blackberry desarrolla el sistema operativo QNX, uno de los más integrados por los fabricantes de coches conectados, y también existen modelos que optan por sistemas de código abierto como Linux. 

Asegurar la seguridad y la privacidad

Finalmente, se abren nuevas oportunidades para proveedores de servicio como clubes del automóvil, compañías aseguradoras, talleres de mantenimiento y reparación de vehículos, gestores de flotas… que tendrán que hacer frente a un campo poco regulado en términos de competencia y de protección de la privacidad.

La obligatoriedad de instalar el sistema de llamada de emergencia (eCall) en todos los vehículos homologados a partir de 2018 en Europa ha permitido acelerar la aparición de más coches conectados. Parece evidente que los fabricantes de coches aprovecharán la oportunidad para amortizar la SIM instalada en sus vehículos ofreciendo una amplia gama de servicios telemáticos adicionales sobre la misma plataforma. 

Según el RACC, la Comisión Europea y los estados miembros deberían garantizar que los datos generados por los coches conectados sean explotables bajo unas condiciones de acceso seguras y normalizadas, de manera que cualquier proveedor de servicios pueda desarrollar y ofrecer servicios de acuerdo con ellas y que los usuarios puedan elegir y cambiar en cualquier momento de proveedor de servicios. 

Del mismo modo habrá que poner especial atención en el control de la calidad, la seguridad y la ergonomía de las aplicaciones para evitar distracciones en la conducción, ya que tendrá que ser mucho más estricto que en el caso de los teléfonos inteligentes. El objetivo que el mercado de coches conectados se desarrolle en un marco competitivo justo que estimule la innovación y los precios ajustados, a la vez que se preservan los intereses de los conductores.

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