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AFA: otra ocasión perdida

AFA: otra ocasión perdida
Un constructor barcelonés, Juan Aymerich, creó este modelo que por desgracia no pasó a la producción en serie. El Museo de Terrassa lo acaba de restaurar. Aquí tienes su historia.

En una época que se achatarran coches sin ton ni son, es loable el trabajo hecho por el Museo de la Ciencia y la Técnica de Terrassa, que ha rehabilitado el ejemplar único que ves aquí abajo.

AFA sin restaurar

Foto: Museo de la Ciencia y de la Técnica de Cataluña (MCTC)

En plena Segunda Guerra Mundial, el mecánico barcelonés Juan Aymerich, que tenía un taller de reparación de automóviles en los números 32 a 38 de la calle Rector Ubach, elaboró el coche A.F.A. que protagoniza este artículo. A la vista de las imágenes, puedes percatarte de que era un turismo sencillito, un dos puertas descapotable concebido para encontrar clientes  en las clases media y media-alta de entonces.     

AFA frontal

Métete en el pellejo de nuestros antepasados de hace setenta años, con una Guerra Civil recién terminada y un conflicto mundial que obligaba a buscar piezas sin salir de España. En esa situación, el señor Aymerich contó con la aportación de capital y colaboración técnica de Luis Fernández-Roca y de Jaime Morera, para construir este turismo biplaza propulsado por un motor de cuatro cilindros y 526 cc. La economía de la época no estaba para bromas, con la gasolina racionada y dificultades hasta para conseguir un buen juego usado de neumáticos. Por tanto, el proyecto era bastante razonable con vistas a conseguir un número suficientemente rentable de compradores.  

Detalle del motor del AFA

Con el número de patente 159.882

Pero para entender las razones que llevaron a Aymerich, Fernández-Roca y Morera a plantearse la construcción de un automóvil, hay que remontarse al 10 de febrero de 1940, cuando un decreto propone la realización preferente de varios tipos de vehículos, entre ellos “los turismos de bajo consumo y bajo precio de venta, los turismos de carrocería para furgoneta rápida y los turismos de carrocería apropiada para usos civiles”. Sin duda, aquella disposición legal debió animar a los socios para llevar su plan a cabo. No en vano, Aymerich ya había elaborado en 1922 un único auto cuya marca fue su propio apellido y en 1935 colaboró en el fallido modelo Nacional Rubí

AFA lateral

Después de completar el proyecto del A.F.A., realizaron los trámites para patentarlo. En abril de 1943 obtuvieron la patente de invención 159.882, por lo cual ya podían construir el prototipo.

Número de chasis

Todas y cada una de sus piezas tenían que ser de fabricación española. Por un lado, porque en plena la Segunda Guerra Mundial era muy complicado importar algo desde las naciones contendientes, que eran la mayoría de los países industrializados; por otro, la falta  de divisas en la España de aquel momento hacía mucho más económico utilizar componentes nacionales, sobre todo en un vehículo de precio asequible.

Cuando el A.F.A. fue presentado a la prensa de la época, hubo medios que se deshacían en alabanzas hacia el coche en cuestión y lo señalaban como el automóvil español ideal para motorizar nuestro país. 

AFA trasera

Sin embargo, el hecho de ser un biplaza limitaba por completo sus aspiraciones. Si te fijas en los modelos que se han encargado de extender masivamente el uso del automóvil, ninguno de ellos era apto para sólo dos personas. Ni el Ford T, ni el Volkswagen Escarabajo, ni el Citroën 2CV, ni el Mini, ni el Trabant, ni siquiera nuestro Seat 600, estaban pensados para una pareja, sino para al menos cuatro ocupantes y la posibilidad de llevar ocasionalmente a bastantes más.

Interior del AFA


Con el objetivo de examinar los diferentes vehículos que, a tenor del decreto del año 1940, habían creado distintas empresas privadas, se celebró la Exposición Automovilística el 10 de julio de 1944 en Villaverde (Madrid). Estaba organizada por la Dirección General de Transportes, que entonces dependía del Ministerio del Ejército, y el único turismo completo presentado fue el A.F.A. de las fotos. El resto correspondía a otros tipos, tales como bicicletas, triciclos, motocicletas, camiones y trolebuses. En el estudio presentado por A.F.A. figuraba asimismo el proyecto industrial, que estimaba una producción anual de cien ejemplares, además de la posibilidad de lanzar una versión furgoneta.

El olvido y la reaparición

Por mucho que los ingenieros del Ministerio de Industria examinaron el vehículo y comprobaron su viabilidad, los creadores del A.F.A. no recibieron ninguna respuesta oficial durante todo el año siguiente. Además, el fallecimiento del propio Juan Aymerich en abril de 1946 dejó ya aquel proyecto en total suspenso. Tras el varapalo, el prototipo quedó en manos de la familia, que durante los primeros años rodaron con él, pero que terminaron dejándolo a la intemperie en una nave de su propiedad. Hace poco, en 2008, uno de los hijos de Juan Aymerich entabló contacto con el Museo  de Terrassa, que se hizo cargo del modelo  y procedió a su restauración.


Texto y fotos: Ignacio Saenz de Cámara

Datos Técnicos

Precio: No se comercializó

Cilindrada: 526 cc

Potencia: (CV/rpm) 13/3.500

Par: (CV/rpm) 22,7/2.000

Velocidad máxima: 85 km/h

Consumo: 6,0 l/100 km

0-85 Km/h: 50 s

La/an/al: 3.200/1.320/1.280 mm

Peso/carga: 530/710 kg

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