Logo Autobild.es

Toyota GT 86, disponible en julio desde 29.990 euros

Jorge Arenas

Sin artificios, en busca de una conducción ágil y deportiva, el Toyota GT 86 quiere sorprender a los que disfrutan poniéndose tras un volante. Un motor bóxer de dos litros y 200 CV, un peso muy contenido y un autoblocante Torsen son sus cartas de presentación; todo ello por 29.990 euros.

El Toyota GT 86 es un coupé de cuatro plazas y 4,24 metros pensado para disfrutar al volante. Los japoneses han rescatado un concepto de coche deportivo que nunca debió desaparecer. Ese que dice que la diversión está en la agilidad y en una buena relación peso/potencia y no en una manada de caballos que mueve toneladas de metal y electrónica. Para ellos esta filosofía es bien conocida, ya la empleaban en su Corolla Levin AE86, un modelo que hace casi tres décadas levantaba pasiones entre los nipones amantes del 'drifting'.

Lo cierto es que ya le tenía gas al Toyota GT 86. Y qué mejor que ponerlo a prueba en el circuito del Jarama para ver cómo se comporta. Como quiero conducir las dos versiones que hay (manual y automático), voy a darme las vueltas de reconocimiento con uno y las de ‘verdad’ con el otro. Para las primeras elijo el automático, de convertidor de par y seis velocidades.

Aunque al principio voy bastante tranquilo ya puedo notar que el coche efectivamente es súper ágil. Su reducido peso y su bajo centro de gravedad hacen que se mueva como una pluma. El motor bóxer de 200 CV no es nada explosivo, pero sí suficientemente enérgico para que el Toyota GT 86 acelere con brío en la parte alta del cuentavueltas. Responde de forma muy lineal y cuanto más te acercas a las 7.000 rpm más diversión encuentras. A ese régimen da la potencia máxima y solo 400 rpm por debajo, el par máximo. Esto te puede dar una idea de lo puntiagudo que es este dos litros.

Pero lo mejor es que, además de ganar velocidad muy dignamente, frena sin sensación de pesadez y responde a las órdenes de la dirección de forma rápida y precisa sin que apenas se noten inercias. La transmisión automática no me ha parecido una maravilla, pero es medianamente rápida y permite disfrutar de los cambios con las levas del volante. Por eso me parece una opción apropiada para todo aquel que quiera olvidarse de pisar el pedal del embrague.

Ahora sí, llega el momento de subirme al manual. Me pongo el cinturón y desconecto el control de estabilidad. Porque este coche, señores, ha nacido para ir de costado. Así de claro. Comienzo a rodar y me da la sensación de que esta versión anda más. Por lo que se ve, la transmisión manual de seis marchas aprovecha mejor el motor. Ya desde la primera vuelta voy buscando los límites del coche y… ¡qué maravilla! Si juegas con los pesos y con el gas en marchas cortas, este Toyota se convierte en un pequeño driftero que derrapa de una forma muy sana y controlable. Tanto, que se convierte en un vicio  y te acabas entregando al contravolante en cuerpo y alma. Mi primera conclusión es la siguiente: bien por la dirección y el cambio, bien por el motor y muy bien por el diferencial Torsen de deslizamiento limitado. Pocas pegas le puedo poner al Toyota GT 86 en cuanto a su conducción. Que narices…¡ninguna!

En el interior no esperes un gran despliegue. Un diseño moderno y más bien sobrio, te da la bienvenida dentro de un habitáculo con cuatro plazas. Todo está mano y al servicio de la conducción, no hay duda.

El esperado deportivo tiene un precio de partida de 29.990 euros -90 euros más caro que su hermano el Suabaru BRZ- con cambio manual y de 33.490 euros con el automático. Solo hay un único acabado que incluye xenón, llantas de aleación, LED y luces antiniebla... Las únicas opciones disponibles en el catálogo son la pintura metalizada (500 euros), la tapicería mixta cuero/Alcántara (1.500 euros), protección cerámica ‘protect’ (450 euros) y navegador Touch & GO (750 euros). 

Personalmente, cuento los minutos hasta la llegada del calor para que vuelva a pasar por las manos de AUTO BILD -las primeras unidades llegarán en julio- y podamos disfrutarlo más a fondo por todo tipo de carreteras.

Valoración

Nota9

Sin artificios, en busca de una conducción ágil y deportiva, el Toyota GT 86 quiere sorprender a los que disfrutan poniéndose tras un volante. Un motor bóxer de dos

Lo mejor

Ligero. Divertido. Un pequeño driftero que derrapa de una forma muy sana y controlable. Diferencial Torsen.

Lo peor

Transmisión automática no me ha parecido una maravilla, pero es medianamente rápida.

Conoce cómo trabajamos en Autobild España.