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Toyota Auris Hybrid: ¿una buena elección?

Jorge Arenas

A priori, calquiera se decantaría por un diésel D4-D o por un gasolina. El Toyota Auris Hybrid es más caro que todos ellos. Sin embargo, tiene mucho que decir. No te lo pierdas, tiene argumentos convincentes...

Para hacerse con un híbrido hay que tener las cosas claras, más que nada porque no son baratos de partida. Desde luego, el Toyota Auris Hybrid no es una excepción, pero tengo que reconocer que tras varios días haciendo todo tipo de recorridos a sus mandos he visto que tiene argumentos, quizá no de sobra, pero sí más que interesantes, para plantearte su compra.

En cualquier caso, antes de contarte cuáles son, aquí van unos primeros datos sobre el coche... Que está feo eso de no presentar al recién llegado. Para quienes no lo conozcan, este es el Toyota Auris 2013, que apenas lleva dos meses a la venta y se diferencia de la anterior por un diseño mucho más personal, tanto interior como exterior, y por la mayor practicidad que ofrece su habitáculo. Las cotas de longitud, anchura y altura varían ligeramente -es más largo y achatado-, pero tanto la batalla como las vías se quedan como estaban. Lo normal es que estas dos últimas medidas cambien con la llegada de una nueva generación, pero en este caso los japoneses han decidido quedarse con la plataforma que había modificándola, eso sí, en apartados clave como el peso o la rigidez. El resultado es un nuevo Auris que baja 50 kilos en la báscula y que tiene una resistencia a la torsión un 10% superior.

Ahora sí, voy a lo importante. ¿Qué motivos te pueden llevar a decantarte por el Toyota Auris híbrido de esta prueba y no por cualquier diésel o gasolina de la gama? El primero es que es un coche realmente silencioso en muchas circunstancias. Casi siempre arranca en modo puramente eléctrico y, si eres comedido con el acelerador, el motor de gasolina solo necesitará aportar la mínima potencia para mantener la inercia una vez en marcha. En este coche sucede algo poco habitual entre los híbridos, y es que el eléctrico tiene casi tanta potencia como el térmico, y pone mucho de su parte en las fases de aceleración. 

Eso sí, olvídate de la calma cuando quieres acelerar con ganas. Pisar el pedal derecho de la mitad hacia el final supone escuchar el motor a tope de vueltas de forma constante. Su peculiar sistema de transmisión (es un engranaje planetario que funciona parecido a una caja de cambios automática de variador continuo) tira por la borda ese silencio del que te hablaba antes. ¿Por qué no probar a hacer un híbrido con cambio manual dentro de la marca? No estaría mal mirarse en el espejo del Honda CRZ en este sentido.

Argumento número dos a favor del Toyota Auris Hybrid: el consumo. Echa un vistazo a la ficha técnica. No solo el dato medio es muy bajo, sino que el urbano y el extraurbano lo son aún más. Esto solo pasa en un híbrido, que deja de consumir combustible, por ejemplo, en los atascos a la mínima que puede. Y sigo con la lista, apuntando unas prestaciones que no están nada mal, un comportamiento dinámico muy agradable y, novedad en esta generación, un espacio de carga igual de grande -360 litros- que el del resto de la gama. Esto se debe a que las baterías ahora se alojan bajo los asientos traseros y no en el maletero, como sucedía en el Toyota Auris híbrido de primera generación.

Más 'molón' que un Toyota Prius e infinitamente más asequible que un Lexus CT200h -los tres comparten mecánica-, este Toyota me parece una opción, como mínimo, a tener en cuenta.

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A priori, calquiera se decantaría por un diésel D4-D o por un gasolina. El Toyota Auris Hybrid es más caro que todos ellos. Sin embargo, tiene mucho que decir. No te

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