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Subaru XV 2.0 D: único en su especie

Te presento al Subaru XV 2.0 D, el nuevo miembro de la gama japonesa. ¿Qué aporta al segmento de los SUV compactos? Pues esa es la pregunta del millón y lo que voy a intentar descubrir. De momento, su tracción total permanente y motor bóxer diésel prometen. ¿El resto?

La respuesta no es del todo fácil, sobre todo porque la firma japonesa tiene en su gama todo un Subaru Forester 11 centímetros más largo, con más altura libre al suelo y 250 euros más barato. Entonces, ¿alguien entiende algo? Los responsables nipones apelan a que el Subaru XV 2.0 D es un coche más orientado al mercado americano que al europeo, un coche más urbano, aunque eso tampoco me convence del todo. Entro en faena... 

Me acomodo en sus asientos de piel (son muy sencillos, pero de serie en este acabado Executive Plus) y me dispongo a echar un vistazo al interior de este Subaru XV 2.0 D (video del nuevo Subaru XV). La parte superior del salpicadero está terminada con un material blando que lo hace agradable al tacto. Lo malo es que el resto no está a la altura, al igual que el diseño.

Dos pantallas toman el protagonismo: una es la del navegador; la otra te informa del ordenador de viaje y otros sistemas, como el de tracción. Sobre mi cabeza, el techo solar de serie me quita centímetros, pero no los suficientes como para que roce. En general, la amplitud aquí delante es buena. Detrás la cosa no cambia mucho, ya que la buena distancia entre ejes (es mayor incluso que la del propio Forester) hace que dos adultos viajen holgados. Lo malo es que los asientos son muy simples y no hay salidas de aire en estas plazas. Además, el túnel central (no es noticia en un coche con tracción integral) es muy voluminoso. 

Paso al maletero. Me temo que aquí el Subaru XV 2012 tampoco me va a convencer demasiado: sus 380 litros no marcan precisamente un hito en su segmento. Para sus 4,45 metros de longitud, me esperaba más espacio. Un Ford Kuga (que tampoco es la panacea en este capítulo) ofrece 410 litros. Los pasos de rueda quedan a la vista y cuando abates los respaldos traseros (maniobra que se hace con un tirador muy simple), el fondo no queda plano (el volumen máximo es de 1.270 litros).

Ya va siendo hora de que este Subaru XV 2.0 D despierte. Su bóxer diésel me espera. Con él aparece alguna pega más: se siente bastante en el interior. Pero el problema no viene del bloque en sí, bastante suave y progresivo en su funcionamiento, sino del poco aislamiento que lleva el habitáculo, ya que a altas velocidades es el ruido aerodinámico el que se cuela sin demasiadas dificultades. 

Entonces, ¡qué pasa! ¿Que el Subaru XV 2.0 D no destaca en ningún apartado?... Empiezo a probarlo y la cosa empieza a cambiar de color en movimiento, cuando el japonés me empieza a mostrar su mejor cara. Debido a su peso de 1.510 kilos (no está nada mal), el nuevo modelo japonés acelera con ganas y recupera con cierta alegría. Además, el chasis no responde mal a las órdenes del volante, aunque las suspensiones resultan demasiado secas (la dirección es precisa y suficientemente rápida). 

Aparte de esto, apunta otra ventaja del XV 2.0 D: el consumo. Sus 6,4 litros a los 100 kilómetros están bien, ya que tienes que contar con que la fuerza de su motor de cuatro cilindros horizontalmente opuestos se deriva al asfalto de forma permanente a través del conocido sistema 'Symmetrical All Wheel Drive' de Subaru (en la gama no hay contemplada una variante 4x2 más barata). Este sistema de tracción integral es una de las mejores bazas del coche, ya que funciona bastante bien (el diferencial central que reparte el par a los dos ejes es de acoplamiento viscoso). 

Si en asfalto te puede servir para salir de un apuro cuando llueva o haya nieve, en tierra además puedes contar con una altura libre al suelo de 22 cm, lo que te evita golpear con los bajos en tus excursiones camperas. La pena es que su control de estabilidad no se desconecta del todo y llega a ser muy intrusivo en más de una ocasión. 

Valoración

Nota7

Te presento al Subaru XV 2.0 D, el nuevo miembro de la gama japonesa. ¿Qué aporta al segmento de los SUV compactos? Pues esa es la pregunta del millón y lo que voy a

Lo mejor

Acelera con ganas y recupera con cierta alegría. Consumo.

Lo peor

Túnel central muy voluminoso. Poco aislamiento en el habitáculo

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