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Prueba del SsangYong Tivoli G16 4x2

Coches nuevos entre 10000 y 15000 euros: SsangYong Tivoli (II)
Tiene sus defectos. ¿Quieres saber cuáles?

La postura de conducción del Tivoli G16 4x2 está bien... para mí. Una pega importante es que el volante no se puede regular en profundidad, por lo que a lo mejor te toca hacer malabares para ir cómodo. Afortunadamente, no me puedo quejar porque encajo bien y además las butacas me recogen el cuerpo. Tampoco le puedo poner pegas al mullido escogido.

La pantalla central con navegador es grande y se lee bien. Pero como pasa en los Hyundai y Kia, es demasiado brillante incluso ajustada a la mínima intensidad, por lo que si te gusta conducir de noche tendrás la sensación de que llevas una verbena animándote en la oscuridad: esto se hace extensible a la botonera de la consola central, cuya luz roja no baja su potencia.

Las sensaciones positivas me animan a salir a la carretera. Cuando giras la llave te encuentras un Tivoli de gasolina que es suave al ralentí; no percibo demasiadas vibraciones.

En cuanto a las prestaciones del Ssang Yong Tivoli G16 2WD, nada más iniciar la marcha vas a notar un vacío de potencia en la zona baja del cuentavueltas: el coche te pide ir por encima de las 3.000 rpm para ofrecer algo de respuesta. Los escasos 160 Nm a 4.600 rpm no ayudan demasiado, pero estos motores es lo que tienen. Por ejemplo, un rival duro para este SsangYong Tivoli es el Suzuki Vitara (del que te dejo la prueba), cuyo 1.6 ofrece 156 a 4.400 revoluciones por minuto: poca chicha también.

Este propulsor muestra su mejor cara entre 4.000 y 5.000 vueltas, pero lo suyo es ir con tranquilidad: si te tomas las cosas con calma no vas a notar que nada desentone. A velocidades de autopista se siente cómodo; cuando ruedas a 120 km/h la aguja se sitúa en torno a las 3.000 rpm (esto es unos 40 km/h por cada 1.000 rpm), algo alejado de la zona buena de par, por lo que te tocará reducir una marcha o dos si encaras una pendiente prolongada.

En cuanto a los adelantamientos... de nuevo me topo con el 1.6 del Tivoli G16. Tienes que calcular bien si quieres sobrepasar a algún camión, sobre todo si no circulas en llano.

Si te adentras en una carretera secundaria, tómate las cosas con calma. Por muchas razones: si subes el ritmo, el consumo del Tivoli lo hará también de forma exponencial; también te puede poner de los nervios la falta de respuesta del cuatro cilindros atmosférico cuando tengas que salir de alguna curva.

La puesta a punto del Ssang Yong Tivoli G16 no es la mejor para atacar un puerto de montaña con el cuchillo entre los dientes: cuando frenas cabecea, entra en las curvas con unas ganas locas de subvirar y la dirección no ayuda demasiado, ya que el feeling que aporta tiende a la nada.

Por último los frenos del Tivoli. Una palabra lo define: mal. Ha necesitado, en el mejor de los casos, ¡43,3 metros para detenerse desde 100 km/h! Esto es demasiado...

Valoración

Nota6

En la prueba del SsangYong Tivoli gasolina, cuyos 160 Nm de par no le permiten obtener unas grandes prestaciones, descubrimos su mejorable frenada.

Lo mejor

Motor con pocas vibraciones. Buena relación precio/equipamiento.

Lo peor

Frenos mejorables. Brillo de la pantalla excesivo. Motor obliga a ir alto de vueltas.

Etiquetas: SsangYong Tivoli

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