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Rolls-Royce Ghost: probamos el coche de Cristiano Ronaldo

Con más de 5,5 metros de longitud, el Rolls-Royce Ghost Series II es, a la fuerza, espectacular. Un automóvil con mayúsculas, el último juguete que se ha regalado Cristiano Ronaldo. De él destacaría tres cosas: su V12, el lujo interior y unas plazas traseras en las que te sentirás el tipo más afortunado del mundo. Su precio es igual de desorbitado: más de 350.000 euros.

Cristiano Ronaldo no para de hacerse regalos de cuatro ruedas. Si hace unos dos años se encaprichaba del un Lamborghini Aventador, más tarde se hacía con los servicios un McLaren MP4-12C que añadía a la lista en la que también figura un Ferrari 599 GTO blanco. Vamos, que a la gran estrella del Real Madrid le encantan los deportivos de altos vuelos… Y sin embargo, tampoco descarta el lujo que te brinda Rolls-Royce. Para muestra un botón: hace unos días se le vio llegar al entrenamiento en Valdebebas a bordo de un Rolls-Royce Ghost Series II y ese es justamente el coche que tengo yo entre manos. ¡Vamos a ver qué es capaz de ofrecer el último juguete del astro portugués!

Rolls-Royce Ghost Series II: enorme

Lo primero que llama la atención cuanto te acercas as él es su tamaño. Sus 5,5 metros de longitud le hacen destacar sobre el resto con una facilidad pasmosa. Es pura elegancia de líneas, una silueta inconfundible que le hace entrar en el olimpo de los automóviles con mayúsculas. La actualización con respecto al Ghost de 2010 es muy ligera. Cambian los faros, la parrilla y el paragolpes delantero. Poca cosa. Si te fijas, te darás cuenta de que las entradas de aire del motor son ahora más grandes para que, además, se puedan refrigerar mejor los frenos

En el interior, hay todavía menos cambios. Solo el diseño de los cuidados asientos cambia con respecto al modelo anterior. El resto permanece invariado salvo por un paquete opcional denominado ‘Dynamic Driving Package’ que busca encontrar una mayor estabilidad en el paso por curva y a altas velocidades. Lo necesita, porque una vez que hundes el pie derecho a fondo y sacas a pasear los 570 CV de su motor V12 sobrealimentado debes contar con la electrónica mejor ajustada para que las inercias no te den ningún susto. Y es que el ‘angelito’ en el que voy sentado pesa 2.500 kilos y eso es mucho. 

De todas formas, las sensaciones al volante las voy a dejar para después. Ahora voy a dejar que mis ojos se recreen con un salpicadero envuelto en maderas nobles y una calidad de realización exquisita. Nunca me ha gustado que en la consola central haya exceso de madera, pero en este Rolls parace casi algo obligado y no desentona para nada con un diseño sencillo y tradicional que integra perfectamente con la última tecnología, como su enorme pantalla de 10 pulgadas o su volante multifunción desde donde poner a todo el equipo multimedia a trabajar, televisión incluida. 

Todo aquí dentro quiere seguir la tradición (este año se han cumplido los 103 años de la famosa estatuilla del espíritu del éxtasis), pero sin dar la espalda a las innovaciones. Dentro de esa tradición no podía faltar el reloj que te indica la reserva de potencia de motor medido en porcentaje en el reloj de la izquierda (el del centro te informa de la velocidad). O los simples botones redondos para seleccionar los asientos calefactados, las memorias de los asientos o las salidas del climatizador. No hay porqué ponerse exquisitos con el diseño y aquí la simplicidad cobra mucho más valor. Otro detalle más: las alfombrillas tiene un mullido y utilizan un material tan suave que ya lo quisieran para sí muchas toallas de baño. Es en todas esas pequeñeces donde el Rolls te va ganando poco a poco. Al final, el que haya elementos que recuerden demasiado a BMW, su actual dueño, los pasa por encima, porque la atmósfera de lujo que te rodea está por encima de eso. 

Fila trasera: un lujo de ambiente

En las plazas traseras pasa exactamente lo mismo. Cuando te acercas a este Rolls-Royce Ghost Series II te entra la duda de si realmente quieres ponerte al volante o prefieres disfrutar del viaje en sus cómodas butacas traseras. Te aseguro que la tentación está ahí y cuando pruebas el tacto y el mullido de sus asientos posteriores rezas para que aparezca Ambrosio con su impoluto traje azul y te pregunte dónde quieres ir. 

Aquí detrás te creces, te crees más importante. Es inevitable. La atmósfera que rodea a estas dos simple butacas no la encuentras en ningún otro modelo. ¡Esto es un Rolls de verdad! Lo curioso es que nuevamente la tecnología se cuela por todos lados, pero lo hace de una forma muy sutil y sin grandes alardes. Los asientos tienen todo tipo de regulaciones, calefacción, refrigeración y hasta función masaje. Pero es que en los respaldos delanteros se integran sendas pantallas para que puedas ver la televisión, la ruta en el navegador o toda la información que te llega de Internet (seguro que quien se siente aquí detrás querrá estar enterado de lo que sucede al minuto en la Bolsa). 

Un V12 descomunal

Y ahora sí. Ya va siendo hora de que me siente delante y arranque la joya de la corona de este ‘baby-rolls’ (llamado así porque es el más pequeño de la gama). El enorme capó encierra un V12 de 6,6 litros con doble turbo que desarrolla 570 CV de potencia y asocia a una caja automática ZF de ocho velocidades que va asistida por satélite. Sí, lo has leído bien: el sistema utiliza la información del sistema GPS para ver más allá de lo que ve el conductor; se anticipa a su siguiente movimiento basándose en la posición y en el estilo de conducción actual y después selecciona la marcha más adecuada. Eso es en la teoría, porque en la práctica realmente no te enteras de nada. Y es que ese es un requisito indispensable en todo Rolls. Puede haber diez orquestas de cilindros mascullando bajo el capó que al habitáculo no llega ni un solo exabrupto. Todo es silencio. 

Tras los primeros kilómetros no me puedo sentir más privilegiado. Llevó un enorme coche de 5,5 metros de longitud y 2,5 toneladas, pero la suavidad con la que rueda este Rolls-Royce Ghost Series II es increíble. Salgo a autopista y decido hundir el pie derecho. Los 570 CV me regalan una aceleración contundente, sostenida, sin tirones… Decido soltar antes de que Pegasus me haga una bonita instántanea. ¿El consumo? Alto, muy alto, pero al fin y al cabo eso es lo que menos cuenta en un coche así, un automóvil con mayúsculas. 

Rolls ha hecho un gran trabajo en su nuevo Ghost. Seguramente a Cristiano Ronaldo se le vea más de una vez llegando al entrenamiento en él. O quizá lo utilice para ir a visitar a su madre a Portugal. Sea como fuere, estoy seguro de que disfrutará de cada kilómetro que recorra.


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Con más de 5,5 metros de longitud, el Rolls-Royce Ghost Series II es, a la fuerza, espectacular. Un automóvil con mayúsculas, el último juguete que se ha regalado

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