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Prueba del Renault Megane GT 2016, la variante dinámica

Renault Mégane GT 2016
No es un Mégane cualquiera. Arrancamos y descubrimos por qué...

Con el Mégane GT 2016, Renault ha parido un modelo que puede hacer las delicias de todos los aficionados a los coches. Este Mégane GT se posiciona como un compacto moderno y atractivo, con grandes dosis de deportividad, pero lo suficientemente discreto y práctico como para que te acompañe con comodidad en tu ajetreado día a día. 

Esta versión GT del Renault Mégane se distingue del resto de la gama por sus llantas específicas de 17 pulgadas (aunque la unidad probada montaba unas opcionales de 18"), así como por sus paragolpes de formas más agresivas y el simulado difusor trasero. 

 

¡Ojo! hay otros Mégane GT Line, asociados a un motor dCi 110 o a un TCe 130, pero no hay que confundirlos con el protagonista de esta prueba, ya que sólo cuentan con el kit estético y no con el verdadero protagonista del GT de verdad, el motor 1.6 turbo de 205 CV. Sí, has oído bien. Sólo 1,6 litros y más de 200 CV. Sin duda, Renault está llevando el tema del downsizing mecánico a su máxima expresión, porque hace años para hablar de esta potencia lo normal era contar con propulsores de, al menos, 2,0 litros y, por supuesto, se trataba del modelo más potente de la gama. Así era, por ejemplo, el Mégane Sport de primera generación, que se lanzó en el año 2004 con un motor de 1998 cc y entregaba 225 CV. 

El poderío de este 1.6 sorprende, porque empuja con muy mala leche desde las 2.500 rpm y estira hasta más allá de las 6.000 vueltas. Va unido a una transmisión de doble embrague, que no es todo lo rápida que esperaba (al acelerar a fondo, en ocasiones, incluso muestra cierto resbalamiento y parece que le cuesta gestionar el envío de potencia al eje delantero), pero que le ayuda a lograr unas buenas prestaciones. 

El comportamiento del Renault Mégane GT es francamente bueno. Sin ninguna duda, lo que más llama la atención es su agilidad y rapidez en las curvas, gracias al sistema 4Control (cuatro ruedas directrices). En las rápidas transmite gran sensación de estabilidad, porque las traseras giran ligeramente en el mismo sentido que las delanteras para apoyar el movimiento; y en las lentas enseguida mis manos notan una dirección muy rápida que favorece giros muy cerrados, ya que el eje posterior se mueve en dirección opuesta al delantero. La única pega que le pongo es que cuando avivo el ritmo y entro fuerte en las curvas se muestra más subvirador de lo que esperaba de un coche con cuatro ruedas directrices. Quizás mis expectativas eran demasiado altas y lo cierto es que no permite entrar en los giros tan a cuchillo como con un deportivo de raza equipado con autoblocante delantero. 

 

Conviene aclarar que el comportamiento del Mégane GT varía en función de la posición del sistema Multi-Sense que selecciones. Cuenta hasta con cinco modos distintos: Comfort, Eco, Sport, Neutral y Perso (personalizado). En cada uno de ellos se varía la respuesta de suspensión, dirección, motor, cambio sonido de la mecánica, además de adaptar el climatizador, la luz de ambiente y la pantalla principal. 

En general funciona bastante bien y tiene un resultado muy efectivo en el que hasta la luz de ambiente te invita a practicar un tipo de conducción u otro. Aunque no termina de convencerme cómo adapta el funcionamiento del sistema de climatización, que parece que no se aclara: a veces te mueres de calor y no sopla con suficiente fuerza y otras parece que vas dentro de un iglú. 

En el interior lo que más llama la atención, al margen de los detalles en color azul específicos de este modelo, es el sistema R-Link 2 con pantalla vertical de 8,7". Me parece formidable que un coche de este segmento pueda montar un dispositivo de estas características por sólo 312 euros, aunque creo que Renault debe revisar la ubicación y nomenclatura de algunas funcionas, ya que no resulta demasiado intuitivo al principio.

Si vives al margen de la moda SUV y prefieres un compacto deportivo que te ponga una sonrisa en la cara no dejes de plantearte este Mégane GT. Sí, es un coche más para el día a día que para exprimirlo continuamente en carreteras de montaña, pero también es capaz de eso si se lo pides. Además, es la alternativa más barata que vas a conseguir con más de 200 CV por este precio, ya que rivales como el Focus ST o el León FR, aunque más baratos, ofrecen 20 CV menos. Y el GT, además, tiene cuatro ruedas directrices.

Valoración

Nota8

En esta prueba del Renault Mégane GT descubrimos la versión de cuatro ruedas directrices del superventas compacto francés. Sorprende por su buena respuesta.

Lo mejor

Comportamiento dinámico, estética exterior, empuje del motor.

Lo peor

Más subvirador de lo deseado para tener cuatro ruedas directrices. Funcionamiento del climatizador.

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