Prueba Renault Clio TCE 120

Desde verano de 2016, el  fabricante francés renovó su utilitario e introdujo en la gama este Renault Clio 120 TCe que he probado durante una semana. El propulsor BVM6, con el nombre comercial de 120 TCe, ya fue estrenado por el Renault Captur y, salvo variantes equipadas con el 1.6 turbo, este es sin duda el Clio con el toque más deportivo. No solo gracias a los 205 Nm de par disponibles desde un poco antes de las 2000 rpm -el turbo comienza a soplar perceptiblemente desde las 1.750 rpm-, también a que esta unidad en concreto está equipada con llantas de 17 pulgadas que, por cierto, cuestan solo 250 euros y encuentro casi una ganga.

El toque más deportivo pone al Clio TCe 120 de la prueba a la altura de los Ford Fiesta y Peugeot 208 de similar potencia y es lo más destacable de esta variante, además de que tiene unos consumos más elevados. Durante la semana de prueba, haciendo recorridos eminentemente urbanos, pero con tramos de carretera a diario, me hizo los 6,8 l/100 km que, por otro lado, es el dato homologado en ciudad para este motor. Si quieres que tu Clio baje de los cinco litros, no tienes otra opción que irte a por uno de las cuatro ofertas en motorización diésel (75, 90 y 110 CV) que hay dentro de su gama.

De hecho, las prestaciones de este nuevo motor de gasolina del Renault Clio que, en realidad, ofrece 118 CV son similares a las de la variante de gasóleo de 110  CV. En carretera, el diésel ofrece un par algo mejor, además de un consumo más bajo por supuesto, pero el gasolina gana claramente en sensaciones, control y, sobre todo, empuje en bajos regímenes, cuestión de gustos. Renault ha decidido que esta motorización esté solo disponible en el más completo acabado Zen. Esto hace subir su precio en unos 3.000 euros, pero también te permite disfrutar, previo pago de otros 1.000 euros por el paquete R-Link Evolution, de sus novedades tecnológicas.

Además de una pantalla de 7 pulgadas integrada en el salpicadero y de un equipo de sonido Bosé (luego vuelvo con él), el nuevo sistema de conectividad ofrece navegación con TomTom con la cartografía de toda Europa y alertas de Coyote por un año. La versión que he conducido no disponía de cámara marcha atrás, pero sí del sistema Easy Park Assist que, siempre que vayas por debajo de 30 km/h, lo enciendas y selecciones qué clase de aparcamiento buscas, te ayuda de manera activa en la maniobra. El acabado Zen lleva asistente de arranque en pendiente, luces diurnas y de carretera full LED, volante de cuero y unas tapicerías exclusivas que contribuyen a mejorar mucho la sensación de calidad y la experiencia a bordo.

Los asientos recogen en el cuerpo a la perfección; gracias al apoyo lumbar, puedes conducir durante horas sin sentir cargada la espalda y como te envuelven el cuerpo desde los omóplatos, conducir por carreteras reviradas con este coche es algo muy, agradable. Más aún cuando tienes un pomo del cambio situado en la posición ideal, desde el que manejas una transmisión con unas relaciones cortas. La dirección es bastante precisa y comunicativa y el volante tiene el grosor ideal.

Llámame maniático, lo seré, pero el sistema de radio Bosé del paquete R-Link no me ha gustado especialmente, seguro que es mejor que el original, pero la calidad del sonido no es para tirar cohetes. Intenté ecualizarlo de diferentes maneras, pero en cualquiera de las opciones el resultado siempre me ha parecido excesivamente bass para mi gusto. Eso sí, vas a agradecer el volumen extra que ofrece  porque el ruido aerodinámico del Renault Clio a partir de 90 km/h me resulta desagradable. Como en algún otro modelo de la marca, procede claramente de los espejos retrovisores y no entiendo cómo Renault no ha tomado ya cartas en el asunto. Solo por estas dos últimas cuestiones, el Clio TCe 120 no se lleva un sobresaliente.