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Range Rover Sport 3.0 TDV6: justo en el clavo

Juan Antonio Corrales

El Range Rover Sport se actualiza potenciando todas sus virtudes, a la vez que estrena como acceso a la gama un nuevo motor turbodiésel V6 de 245 CV que es una delicia

Desde su lanzamiento en 2007, el Range Rover Sport ha sido el todoterreno más deseado de la marca británica. La espectacular y poderosa silueta de su carrocería, de dimensiones razonables, no como la de su hermano el Range Rover o el larguísimo Audi Q7, caló rápida- mente entre el público.

Para que no pierda punch en el ránking de ventas, el nuevo Range recibe por fuera un lavado de cara que afecta a los faros, (bixenón y con tegnología led), los paragolpes, los retrovisores y los pilotos traseros.

Por dentro, los cambios se centran en una mejor disposición de los mandos del salpicadero, asientos con más reglajes eléctricos y una iluminación ambiental interior muy atractiva.

Como novedad, el nuevo Range Rover Sport puede contar con un sistema de cinco cámaras exteriores que muestran todo lo que ocurre alrededor del coche. También estrena elementos de equipamiento como un nuevo mando a distancia para la entrada y arranque sin llave, luces largas de accionamiento automático y conexiones para dispositivos de audio auxiliares.

Hasta ahora, la gama diésel estaba compuesta por un V6 de 190 CV y un V8 de 272 CV. Este último se mantiene, pero el primero, que resultaba muy justo para mover con soltura las dos toneladas y media que pesa el coche, se ha sustituido por un 3.0 V6 de 245 CV. Éste ofrece un par de 600 Nm a 2.000 rpm y lleva dos turbos que trabajan de forma secuencial. Lo más sorprendente es que, a pesar de tener 55 CV más, gasta 0,8 l/100 menos que el anterior.

El rendimiento de este motor es sencillamente magnífico. Parece mentira que tire con tanta facilidad de los 2.535 kg que pesa el coche. Lo consigue gracias a que empuja con mucha fuerza desde la parte baja del cuentarrevoluciones y no cesa hasta pasadas las 4.000 rpm.

De serie, va acoplado a una caja de cambios automática de seis velocidades que se puede manejar desde la palanca o bien a través de unas levas ubicadas detrás el volante. Su funciona- miento en posición D es muy suave y en modo Sport cambia de marcha con rapidez.

El sistema de amortiguación es nuevo y, según Land Rover, analiza 500 veces por segundo las condiciones del terreno para adaptar la dureza. En la práctica, se nota una mejoría notable tanto en el aplomo en curva como en el filtrado de irregularidades. En campo, al circular por caminos pedregosos, el confort de los ocupantes es muy alto y el volante apenas transmite vibraciones. El Terrain Response mantiene los programas (conducción normal, hierba/gravilla/nieve, arena, barro y surcos, y rocas) pero con algunas modificaciones en los modos de arena y rocas. En este último se interviene menos en los frenos para evitar balanceos. El control de descensos también ha mejorado y al bajar una pendiente muy fuerte, si el conductor levanta el pie del freno, el sistema mantiene la presión de frenado y la va liberando poco a poco.

En definitiva, el Range Rover Sport es más efectivo en cualquier terreno, gracias, sobre todo, al brillante motor de 245 CV.

CONCLUSIÓN

La versión 2010 gana muchos enteros en materia de equipamiento y soluciones tecnológicas, pero lo que más sorprende es lo bien que va con el propulsor 3.0 V6.

Valoración

Nota9

El Range Rover Sport se actualiza potenciando todas sus virtudes, a la vez que estrena como acceso a la gama un nuevo motor turbodiésel V6 de 245 CV que es una

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