Range Rover 4.4 TDV8, el mejor todoterreno

Range Rover, o lo que es lo mismo: la perfecta unión entre el lujo y las aptitudes camperas. Lo lleva haciendo mejor que nadie desde 1970, año en el que los chicos de Land Rover (con Spen King a la cabeza) diseñaron el primer modelo. Ahora voy a hacer la prueba el tercero. El coche ya no tiene nada que ver con el anterior, pero sigue manteniendo la misma estética que la del modelo original.

¿No te parece que le sucede lo mismo al nuevo Porsche 911? Por ejemplo, la forma de la zaga o la del capó son elementos característicos de su diseño. La actual generación se puso a la venta en 2004 y ya lleva casi ocho años en el mercado. Fue desarrollada bajo la batuta de BMW (sí, fue uno de los frutos del idilio que tuvieron los alemanes con los ingleses a finales de los noventa) y se nota en detalles como la ruleta que activa las luces o los botones de los antiniebla. Son los mismos que los que llevaba al antiguo Serie 3 (Las seis generaciones del BMW Serie 3). También sucede con el portagafas o las pantallas de iluminación interior. Pertenecen a una época pasada. Eso sí, todos los elementos tienen un tacto excelente. Las principales novedades del nuevo Range Rover 2012 se centran sobre todo en el exterior.

Por ejemplo, los faros delanteros y traseros ahora tienen el interior pintado en negro (parece poca cosa, pero le da un giro deportivo al coche) y las branquias laterales ahora van pintadas en el mismo color que la carrocería. Lo que no ha cambiado nada es en el apartado mecánico. Debajo del enorme capó de aluminio se esconde el conocido diésel V8 de 4,4 litros y 313 CV. Su respuesta es tan contunde que no tiene problemas para poner a esta mole de 2,5 toneladas de 0 a 100 km/h en 7,9 segundos (justo en el mismo tiempo lo hace un pequeño Abarth Punto Evo de 165 CV). Pero tanto poderío tiene sus inconvenientes, ya que el consumo medio del Range Rover 4.4 TDV8 es irremediablemente alto: 10,8 l/100 km.