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Prueba: Volkswagen Passat 2.0 TDI DSG R Line

El Volkswagen Passat 2.0 TDI R Line no es ningún jovencito. Está basado en la quinta generación que se presentó en 2005. No obstante, sigue en el candelero gracias a varias cualidades. Entre ellas, un motor diésel de 177 CV.

El Volkswagen Passat 2.0 TDI R Line es todo un veterano en el segmento. Todavía recuerdo cuando probé la anterior generación del Passat (B6). Fue allá por 2005, yo era bastante más joven y tenía más pelo. Es más, no existía ni la revista en España. Ahora, después de mucho tiempo, me vuelvo a reencontrar con la berlina media de Volkswagen. Como ya sabes, la versión actual data de 2010, cuando el señor Da Silva le dio un lavado de cara al modelo precedente. Por lo que, técnicamente no podemos hablar de coche nuevo. Es más, pronto aparecerá el Volkswagen Passat 2014.

Siempre me he preguntado cuál es el tipo de cliente que se compra este Volkswagen. Está claro que suelen ser conductores que hacen muchos kilómetros al año, con una familia y que necesitan mucho espacio. Esta berlina nunca suele destacar por su aspecto deportivo, es más, hay más de un Passat por ahí circulando con tapacubos. Pero para los que quieren que su compañero de viaje tenga un toque más deportivo, existe la versión R Line.

Lo que más me ha gustado del Volkswagen Passat 2.0 TDI R Line es que te permite conducirlo de forma decidida sin que tu espalda se resienta lo más mínimo. últimamente hago muchos kilómetros cada vez que pruebo un coche, y valoro mucho que un vehículo sea capaz de transmitir dinamismo y un buen grado de confort. A los que nos gusta conducir también sabemos apreciar llegar a casa descansados y, sin duda, este Volkswagen Passat lo consigue con creces.

Del motor TDI de 177 CV pocos secretos me quedan por contarte: siempre se desmarca con unas prestaciones de primer nivel y un consumo medio contenido (6,0 l/100 km). La caja de cambios automática de doble embrague también es una vieja conocida. Esta vez no voy a caer en el típico 'aprovecha todas las cualidades del motor diésel'. En cambio, durante mis días de pruebas he comprobado que hay que tener bastante cuidado a la hora de aparcar, ya que puede resultar demasiado brusca en las distancias cortas y es fácil pasarse de largo. Por cierto, otra de las grandes virtudes del Volkswagen Passat 2.0 TDI R Line es su interior, donde elementos como los asientos delanteros ponen su granito de arena para ofrecer en todo momento ese sensacional nivel de confort del que te hablaba antes. Tanto la banqueta como el respaldo te ofrecen espacio de sobra para que viajes como un marqués. Además, las plazas traseras son lo suficientemente amplias como para que muchos Volkswagen Passat estén siendo utilizados como vehículo de transporte público.

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El Volkswagen Passat 2.0 TDI R Line no es ningún jovencito. Está basado en la quinta generación que se presentó en 2005. No obstante, sigue en el candelero gracias a

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