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Prueba: Peugeot 205 T16. Es francés. Es un monstruo

Coche: Peugeot 205 Turbo 16. Objetivo: ser campeones del Mundo. Necesidad: producir un pequeño animal basado en el 205 y vender 200. Cuidado: algunos todavía siguen ahí fuera...

Las apariencias engañan. Un Peugeot 205 Turbo 16 no es civilizado, ni fácil de llevar ni mucho menospráctico. No. El espacio de la banqueta trasera y el maletero lo ocupa un cuatro en línea en posición transversal de 1.775 cc y 200 CV. El 205 T16 es un coche hambriento y quiere morder. Esa es su razón de existir.

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No tiene mucho que ver con sus hermanos salidos en serie. Este Peugeot con tracción integral costaba nuevo 48.000 euros, mientras que por un 205 XE de tres puertas con 45 CV pedían poco más de 6.000.

Y es que con el 205 Turbo 16 volaban los intrépidos finlandeses por estrechas carreteras de montaña. En cambio, con el 205 GR los estudiantes iban a la universidad. Pero no solo un mundo separaba al T16 del modelo convencional: también dos títulos del Campeonato del Mundo de Rallys situaban a ambos vehículos a años luz. ¿Cómo se pudo llegar tan lejos con un 205? En los más de 200 años de historia de Peugeot, nunca se ha vuelto a lograr un hito como este.

Mejor que se lo pregunten a Jean Todt, actual presidente de la FIA después de ser jefe de equipo en Ferrari y mucho antes, hace unos 30 años, campeón del Mundial de Rallys como copiloto.

Todt acompañó durante diez años a pilotos como el finlandés Hannu Mikkola, el sueco Ove Anderson o su compatriota Guy Frequelin a manos de un Peugeot 504 Coupé, aunque  el coche que le llevó a la victoria fue un Talbot Sunbeam Lotus de fabricación inglesa, una especie de Horizon salvaje con propulsión trasera y un talento especial para ir de lado.

Después de aquella gesta, Todt asesoró a los jefes de Peugeot, entre los que destacaba el presidente de la marca, Jean Boillot, sobre cómo debía ser el campeón de rallyes del futuro. Pensó en una máquina, capaz de abatir a los todopoderosos Lancia y Audi, con motor central, tracción permanente a las cuatro ruedas y mecánica turboalimentada. Todt recibió un puesto como director deportivo en Peugeot y luz verde para su ambicioso proyecto. En la cadena de montaje del Peugeot 205 en su  versión de calle con tracción y motor delanteros, se desarrolló paralelamente el T16.

Para ello, la marca francesa estudió de una manera espectacular los puntos fuertes de la competencia. Se basaron en los increíbles resultados de los Audi Quattro para incorporar tracción a las cuatro ruedas, con un cambio de 5 velocidades inspirado en los Citroën SM. Debajo del capó delantero solo se instaló el sistema de refrigeración y la rueda de repuesto. Además, el habitáculo de los pasajeros lo coronaba un chasis tubular y bajo los asientos se escondía un depósito con 110 litros que alimentaban al 1.8 con  16 válvulas y un turbo KKK.

Este motor podría ser la envidia de los aficionados actuales, porque era 100% mecánico; no había ni rastro de electrónica. Un pequeño receptáculo servía de cavidad para meter el equipaje.

La estética, tan parecida a la del coche de serie, era puro marketing. Incluso la batalla del 205 Turbo 16 era 120 milímetros más larga para favorecer la digestión de tantos caballos de potencia.

Prueba: Peugeot 205 T16. Es francés. Es un monstruo

El Grupo B tenía un reglamento bastante caprichoso. Según la FIA, Peugeot tenía que fabricar 200 modelos de su Turbo 16 para poder homologarlo para su participación en Mundial. Al final se presentaron 30 modelos Evo, primero con 350 y más tarde con 500 CV.

El objetivo del grupo Peugeot a nivel de competición no era solo dirigir al 205 Turbo al primer puesto del Mundial de Rallyes, sino también a otro tipo de carreras como los raids, y en este caso, a lo más alto del podium del París-Dakar. Y es que la prohibición de los Grupo B en el Campeonato del Mundo de Rallys hizo que Jean Todt destinara su talento a elaborar un 205 Turbo 16 para el París-Dakar. Con algunos cambios registrados como la bajada de potencia a 380 CV para asegurar su fiabilidad, Juha Kankkunen consiguió una inesperada victoria en el Dakar de 1988 a manos del 205. Su compañero de equipo Ari Vatanen era el líder de la prueba hasta que, en la última etapa, su Peugeot 405 fue robado, por lo que el finlandés no tuvo más remedio que ser declarado vencedor...

A los coches del Grupo B los denominaban sencillamente monstruos. Algo lógico  cuando mirabas a los Austin Rover Metro 6R4, Audi Quattro Sport S1 o Lancia Delta S4. Eran sencillamente los  coches más salvajes de aquella época.

Los modelos supervivientes de aquellos años bien en su versión de competición, bien en la de calle, son auténticas joyas de coleccionista, por lo que pueden alcanzar precios muy altos. Eran coches únicos: extremos y sorprendentes por concepción y estética, enrevesados en su comportamiento y muy caprichosos en cuanto a su mantenimiento. Por ejemplo, este 205 Turbo 16  es uno de los pocos que se mantienen en buen estado de conservación. Si te cruzas con uno, no es fácil de reconocer si estás despistado, pero eso sí, lo oirás desde mucho antes de que aparezca y solo lo verás durante una fracción de segundo.

Y es que, eso sí, el efecto que genera este coche al verlo en acción no engaña en absoluto: este Peugeot 205 no es en absoluto civilizado.

¿Buscas un punto de vista diferente? Mira la prueba del Peugeot 205 GTi contra el Renault Clio Williams de nuestros amigos de Top Gear.

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