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Prueba: Opel Astra BiTurbo

Llega el Opel Astra Biturbo. Por si un turbo te parece poco, Opel monta dos en un compacto tan potente como deportivo, pero algo tosco en sus maneras. Ya lo hemos probado a fondo.

Este Opel Astra Biturbo es especial y pasa de refinamientos. Si no eres un tiquismiquis, sigue leyendo, porque Opel ha creado un conjunto que te va a encantar si lo que te gusta, por encima de todo, es conducir y disfrutar de las prestaciones. Porque el corazón BiTurbo del Astra diésel más potente de la historia es todo un tiro. Incorporado tras la actualización que Opel realizó a toda la gama, es un propulsor de dos litros de cilindrada y la friolera de 400 Nm de par que se entregan entre 1.750 y 2.500 rpm.

Esa franja marca el esplendor de este Opel Astra, pues por debajo de 1.500 vueltas (por mucho doble turbo que tenga), le cuesta ponerse en marcha. Eso sí, una vez pasado ese límite, el empujón es considerable y superior a, por ejemplo, cualquier 2.0 TDI 184 CV de Volkswagen. Debo jugar con el cambio de seis velocidades (y accionamiento algo tosco) para que se mantenga siempre por encima de este umbral y garantizar una entrega de potencia inmediata. Por debajo, temblores. Por encima, hasta 3.500 vueltas el Opel Astra Biturbo respira con fuerza y no te recomiendo que estires mucho más, pues el consumo en modo deportivo se puede ir por encima de los 10 litros sin problemas.

Por eso, mejor respeta la franja mágica y conseguirás gastos medios reales en la prueba en torno a siete litros, muy justificables para un coche de casi 200 caballos de potencia. Fuerza de sobra, pero perfectamente digerida por un chasis que soportaría sin problemas más caballería. Guiado desde una dirección muy rápida y directa (me encanta el grueso aro de su volante) y apoyado en un eje delantero tremendamente ágil, la respuesta en curva es una de las grandes virtudes de este Opel Astra Biturbo. Al nivel de un Ford Focus. Su bastidor está tan bien puesto a punto que incluso se percibe poca diferencia entre el motor Sport y el Tour de la suspensión, aunque si vas a circular por ciudad te recomiendo el segundo programa. Más que nada porque los baches que comentaba al principio se digieren un poco mejor y no te acuerdas tanto de las llantas de 19 pulgadas y neumáticos de bajo perfil que monta.

Tengo claro que este Opel Astra está hecho para divertirte al volante y cuanto menos personas vayan dentro, mejor. Por dos motivos. El primero es que el peso del conjunto en orden de marcha es alto y se acerca a los 1.600 kilos, por lo que cuanta menos gente metas más ganarás en reacciones deportivas. Y, segundo, porque las plazas traseras se quedan algo escasas de espacio, sobre todo en anchura. El maletero, en cambio, se mueve en las cifras de la competencia y su equipamiento es correcto (extras como la cámara trasera, los faros adaptativos o los bi-xenón son opcionales).

Valoración

Nota8

Llega el Opel Astra Biturbo. Por si un turbo te parece poco, Opel monta dos en un compacto tan potente como deportivo, pero algo tosco en sus maneras. Ya lo hemos

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