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Prueba: Mercedes GLC, no te va a hacer falta nada más

El sustituto del Mercedes GLK, el nuevo Mercedes GLC aúna la capacidad ‘offroad’ de la Clase G, con la comodidad del Clase C, una combinación que da como resultado uno de los vehículos más versátiles del mercado. Ya hemos probado los dos motores diesel que llegarán a España en septiembre, con 170 y 204 CV.

Desde 2008 se han vendido más de 650.000 Mercedes GLK, el predecesor de nuestro protagonista, el nuevo Mercedes GLC. La clásica y más cuadrada imagen todoterreno de aquél da paso ahora a una estética más moderna, mucho más acorde con el diseño al que nos tiene acostumbrados Mercedes de un tiempo a esta parte y que también ha servido para reducir su coeficiente aerodinámico Cx de 0,34 a 0,31.

Pero no todo es diseño, también hay ingeniería, y mucha. Por eso el consumo se ha reducido en un 19% y en su peso se han ahorrado hasta 80 kilos (dependiendo de la versión) ya que solo el chasis procedente del actual Mercedes Clase C ahorra 50 kilos respecto a la antigua plataforma del GLK gracias a la utilización de una combinación de aluminio y acero.

Tanto el BMW X3 como el Audi Q5 y el Volvo XC40 van a tener en el Mercedes GLC un duro rival, por lo visto y comprobado en las carreteras cercanas a Estrasburgo. Y es que ya hemos podido probar los dos motores que llegarán a España el 24 de septiembre. Ambos diésel con el mismo bloque motor pero con denominaciones y potencias diferentes: el 220d ofrece 170 CV y el 250d alcanza los 204.

Pero antes de comentarte lo que me han parecido ambas mecánicas en esta breve toma de contacto, quizá quieras leer todo lo que te ofrece el nuevo Mercedes GLC en este completo artículo. Además, te quiero recordar que aunque se trate de un SUV y no tenga reductora, su capacidad todoterreno me ha sorprendido como hace tiempo no lo hacía un vehículo de este segmento. De serie, la altura libre al suelo es de 180 mm, que se puede incrementar si adquieres el paquete ‘offroad’ (1.825 euros e incluye un frontal que aumenta su ángulo de ataque de 23 a 28 grados) hasta los 200 mm y que podrá alcanzar los 227 mm si adquieres también la suspensión neumática opcional y que significan casi 50 mm más alto que la altura normal.

Todo esto, junto a su tracción integral de serie (a España no llegará una versión 4x2 debido a su escaso diferencial de precio: 2.000 euros) hacen que afrontar obstáculos que realmente resultarían complicados para algunos todoterrenos ‘de verdad’ que ya han pasado por mis manos, resulte coser y cantar. Así, es el único SUV del segmento que se puede equipar con esta suspensión neumática que Mercedes denomina ‘Air Body Control’.

El paquete técnico ‘offroad’ del nuevo Mercedes GLC comprende cinco programas seleccionables, donde la principal novedad es el llamado ‘suelo resbaladizo’, al que se suman cuatro programas más de conducción específica para cualquier terreno: ‘offroad’, ‘pendiente’, ‘ balanceo para liberar el vehículo’ y ‘remolque’. Este último facilita, por ejemplo, el arranque con el remolque acoplado si el vehículo se encuentra sobre hierba mojada. Todos estos modos de conducción, así como los del sistema ‘Dynamic Select’ se pueden visualizar en el display multimedia central.

mercedes-glc

Y es que el GLC también dispone de serie de este sistema de control dinámico que pone a tu disposición cinco programas de conducción denominados ‘Eco’, ‘Confort’, ‘Sport’, ‘Sport+’ e Individual. Ni que decir tiene que en el primero prima la eficiencia, pudiendo alcanzar un consumo de alrededor de cinco litros cada 100 km. En los modos Sport y Sport Plus, la altura del vehículo se rebaja automáticamente 15 mm, con lo que sale beneficiado el dinamismo, el aplomo y el paso por curva. Además, el acelerador responde de forma más inmediata a los requerimientos del conductor.

Todo esto, unido a una caja de cambios de construcción Mercedes, automática por convertidor de par de nueve velocidades y con modo secuencial con levas tras el volante, hace que la conducción se adapte prácticamente a cualquier tipo de conductor o situación.

Porque eso es lo que hace grande y especialmente atractivo a este coche: las posibilidades de adaptación a tu conducción o a las situaciones que en cualquier momento puedas encontrar en la carretera o fuera de ella. Y si te encuentras con una emergencia, tranquilo, porque en este Mercedes la seguridad tanto pasiva como activa ha tenido un peso importante en su desarrollo y se han aprovechado elementos comunes en la casa, procedentes del Mercedes Clase C, del Mercedes Clase E e incluso del Mercedes Clase S. Podrás equiparlo con elementos como, por ejemplo, el ‘Collision Prevention Assist Plus’, asistente para viento lateral, ‘distronic Plus’ con servodirección inteligente, cámara de 360 grados, ‘head-up display’ o dirección inteligente con ayuda al mantenimiento de carril.

Todo esto, por supuesto, lo puedes encontrar en un interior (puedes ver su salpicadero aquí) que aumenta todas las cotas de su habitabilidad respecto al GLK (excepto la altura en las plazas traseras, que se reduce en 7 mm), incluido un maletero con capacidad para 80 litros más que aquél y que incluye un doble fondo de más de 100 litros para ocultar cosas de la vista exterior,  y en el que te rodea el típico lujo y confort de la marca alemana y que no admite crítica alguna.
 

Mercedes GLC 220 d 4MATIC

Con sus 170 CV no vas a necesitar nada más, es decir, pagar los aproximadamente 2.000 euros de diferencia que hay con la siguiente mecánica, de 204 CV. Y es que esta mecánica ya es el modelo más vendido en el Mercedes Clase C. Porque su relación precio-prestaciones-eficiencia es muy buena.

Este motor de cuatro cilindros con turbocompresor doble e inyección directa llama la atención, lo primero, por su bajo nivel de vibraciones y de sonoridad a bordo. Y es que en Mercedes han trabajado a fondo en minimizar estas dos molestas consecuencias de un motor diésel. Y doy fe de que lo han conseguido con creces. Tanto que me ha parecido llevar un gasolina, a no ser porque en la parte alta del cuentavueltas sí que se empieza a detectar una subida de rumorosidad apreciable.

Con un tacto de dirección muy preciso, guiar al GLC ya sea por carreteras de curvas o por autopista se hace muy fácil y placentero. Por supuesto, la suspensión regulable ayuda en modo confort a pasar por los baches como si viajaras en una alfombra mágica. Bueno, no tanto, pero casi. Y en modo Sport y, sobre todo, Sport+, la respuesta es más rápida y evidente. Con esto, no te encontrarás falto de potencia en prácticamente ninguna situación y en la única que te recomendaría rascarte un poco más el bolsillo para adquirir el 250 d sería en el caso de que tuvieras familia numerosa y constantemente a bordo para afrontar largos viajes con largos repechos incluidos.

También me ha gustado bastante la caja automática 9G-TRONIC que, a pesar de no ser de doble embrague, tiene un convertidor de par que funciona lo suficientemente rápido para no mostrar tirones apreciables cada vez que cambia de relación. Circulando en novena velocidad a unos 90 km/h (en los modos deportivos circularás en octava), al dar un pisotón y bajar cuatro velocidades de golpe, no se hace lenta de reacciones. Lo único criticable es que si cambias al modo manual secuencial para su manejo a través de las levas del volante, a los pocos segundos vuelve a cambiar al modo automático por su cuenta y riesgo.

 

Si optas por el GLC 250, con la misma mecánica tetracilíndrica de 2.143 cc, pero con 34 CV más, es decir, de 204 CV, notarás mayor contundencia a la hora de necesitar una rápida aceleración. Y prácticamente el mismo y minimizado nivel de vibraciones y sonoridad a bordo. Sus 100 Nm más de par (alcanza los 500 Nm) sí que pueden notarse mucho más cuando el coche vaya cargado a tope y tengamos que afrontar una pendiente en la carretera, pero no he podido probar el GLC en estas condiciones. Dirección, suspensión y unos frenos de buen tacto y alargada fatiga, funcionan igual de bien que en Mercedes GLC 220 d 4MATIC.  Además, también el consumo es idéntico aunque, evidentemente, las cifras de prestaciones no lo sean, ya que la aceleración de 0 a 100 km/h baja de 8,3 a 7,6 segundos, es decir, 0,7 segundos... como ves... bastante inapreciable.

Dinámicamente las dos versiones también se comportan de forma idéntica, ya que el peso es el mismo: 1.845 kilos. Pero en ambos, te puedo asegurar que, en marcha, parecen muchos menos.

Ya lo sabes, cualquiera de ellos podrá ser tuyo a partir del 24 de septiembre. ¿Es el coche ideal? Puede que no... pero también puede que sea uno de los más versátiles del mercado y uno de los que más me han gustado de todos los que he probado en los últimos meses... ¿o quiza años?

Valoración

Nota9

El sustituto del Mercedes GLK, el nuevo Mercedes GLC aúna la capacidad ‘offroad’ de la Clase G, con la comodidad del Clase C, una combinación que da buen resultado

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