Prueba Lexus GS F: 477 CV a fondo en el Jarama

Lexus GS F, así se llama la nueva berlina deportiva del fabricante oriental, y así se llama el nuevo rival de los consolidados BMW M5 y Mercedes E 63 AMG. Este 'japo' es un deportivo como los de antes: un vehículo que monta un potente V8 atmosférico capaz de entregar 477 CV al eje trasero sin reparos.

Antes de disfrutar con él al volante, me detengo a observar su aspecto exterior. Es un coche que, a no ser de optar por el color naranja, pasa desapercibido. Te tienes que fijar en las grandes tomas del paragolpes, en las pinzas de freno naranjas o en las salidas de escape para darte cuenta de que estás delante de un auténtico 'purasangre'. 

Dentro se respira calidad y buenos acabados con deportividad, sobre todo la que le imprimen los asientos deportivos, que son cómodos, pero que me gustaría que tuviesen un mayor agarre lateral. Destaca la pantalla de 12,3 pulgadas; creo que la de la sala 25 del Kinepolis es más pequeña...

He tenido la oportunidad de probar el Lexus GS F en tres escenarios diferentes: ciudad, carretera y circuito. En el primer ámbito, la berlina de 4,91 metros es cómoda gracias a que equipa una equilibrada suspensión que absorbe bien las irregularidades del firme. También contribuye la suave transición entre marchas de su cambio de convertidor de par y la posibilidad de elegir entre cuatro modos de conducción: 'Normal', 'Eco', 'Sport S' y 'Sport S+'. En el segundo escenario también es cómodo, aunque en carreteras descuidadas como las de la sierra madrileña sí se echa en falta una suspensión menos seca. En modo Eco, el soberbio sonido del motor no se filtra al habitáculo… ¡bien! Si quiero tranquilidad al volante, la tengo. En el tercer caso, el GS F es una auténtica máquina de precisión. No está fabricado en Suiza, pero como si lo estuviese. La dirección es muy precisa, la suspensión mantiene el coche sin ningún tipo de balanceos, el subviraje es mínimo y el motor… ¡qué motor! Tira desde abajo, pero es que a partir de las  4.800 vueltas despliega un empuje soberbio… ¡y qué sonido! Cuando pasas de las 3.000 vueltas, el bloque de 5,0 litros empieza a componer una adictiva melodía que se apodera de mí. ¡Bravo por los ingenieros japoneses! 

Lo mejor es que dispones de un diferencial en el eje trasero al que se le puede modificar su respuesta gracias a los modos 'Standard', 'Slalom' y 'Track' y que el GS F te da la opción de optar por los modos 'VDIM Sport', 'Expert' y 'Normal'. Respecto a este último apartado, he podido probarlo en circuito y se nota la diferencia entre uno y otro. Es perfecto para que el conductor vaya ganando confianza hasta que, finalmente, pueda dominar el modo 'Expert', donde los controles están desactivados casi por completo y con el que el conductor puede deslizar la zaga de esta berlina de más de 1.800 kilogramos de peso.

El hándicap del Lexus GS F es que no tiene suspensión regulable. Es raro, porque todos sus rivales, incluso algunos vehículos de categorías -por no decir precio- inferiores pueden equiparla. De esta forma, es el conductor el que puede optar por una suspensión más blanda para el día a día o decantarse por una más dura con el objetuivo de afrontar unas curvas en un puerto de montaña. Según Lexus, han descartado este sistema porque creen que la suspensión que han instalado, que, por cierto, es más dura y está más reforzada que en el resto de los integrantes de la gama GS, tiene el equilibrio perfecto entre comodidad y deportividad.  

Circulando por carretera, el consumo se ha situado en 11,1 l/100 km, mientras que en un puerto de montaña a ritmo alegre se ha mantenido en 14,5 l/100, cifras nada desorbitadas para un coche con un bloque V8 de 5,0 litros y 477 CV y un peso cercano a las dos toneladas.

Llegará al mercado español en enero-febrero de 2016 con un precio que rondará los 115.000-120.000 euros. Aún está por confirmar, pero es muy probable que los acabados disponibles sean dos: Luxury y Executive.