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Prueba Chevrolet Camaro V8, la versión europea

Hasta ahora, teníamos que elegir: o un muscle-car americano con un portentoso motor de ocho cilindros y un comportamiento precario en carrerteras de curvas, o un deportivo europeo imbatible en carreteras reviradas pero con motores más pequeños y eficientes. Esta prueba del Chevrolet Camaro V8 demuestra que las cosas están cambiando.

Prueba: Chevrolet Camaro V8 (versión europea). Es un poco paradójico: los americanos son conocidos por el dicho "bigger is better" (cuanto más grande, mejor). Y entonces llega todo un icono como el Chevrolet Camaro y, en su sexta generación, es seis centímetros más corto, dos más estrecho y cuatro más bajo. Y ha perdido 100 kilos. ¿Qué está pasando? Te respondemos al volante.

Aún hay más (o más bien, menos) Chevrolet ofrece ya un motor de cuatro cilindros. ¿ha perdido el Camaro su encanto americano? Nosotros, al menos, aunque probamos una versión destinada a Europa, hemos elegido la V8. La tradición es la tradición.

Dejemos a un lado el diseño exterior, porque nada más sentarme en su cómodo asiento veo las consecuencias en el interior. La línea de las ventanillas es tan alta que olvídate de ir con un codo fuera. 

Mejor pongo las dos manos en su compacto volante, con el que este Camaro se deja guiar sorprendentemente preciso. El mando de los modos de conducción me deja elegir entre cuatro programas (Nieve y Hielo, Tour, Sport y Track). En los dos últimos, las suspensiones y la dirección se vuelven más firmes. 

Ya he dicho que la conducción es mucho más directa y comunicativa de lo que uno espera en un coche americano. Hay que tener en cuenta que, aunque se haya sometido a dieta, este Camaro pesa, en vacío, 1.659 kilos.

En definitiva: el cockpit es americano, pero modernizado; las sensaciones al volate, europeas. Una combinación que me encanta. Y tengo frente a mí dos pantallas de ocho pulgadas, la de la consola central con el sistema de conectividad e infoentretenimiento Apple CarPlay. ¿Hay algo más americano que Apple?

Camaro

Pero más americano aún se siente su V8. Y es que se basa en la clásica receta a base de cilindrada. A lo bestia: 6,2 litros. Eso se nota especialmente al salir de un semáforo en rojo, por ejemplo. En cuanto piso el acelerador, la aguja del cuentavueltas sube frenética desde la zona baja con un rugido estremecedor. Te doy unos cuantos datos para que veas su magnitud: 4,6 segundos para pasar de 0 a 100 km/h, 290 km/h de punta, gracias a sus 435 CV y 617 Nm de par. Consejo: mejor el cambio manual de seis velocidades, con el que exprimirás más cada inserción. El cambio automático de ocho velocidades es algo más lento. 

Conclusión

También puedes viajar relajadamente, ojo, a 90 km/h en sexta y a 1.200 revoluciones, con el motor borboteando. Pero en cuanto pisas a fondo desde aquí, el V8 se desata y empuja como si no hubiera un mañana. Un motor americano en el mejor sentido de la palabra. Y con un comportamiento de deportivo europeo. ¿Cabe mejor combinación? Si te olvidas de su consumo anunciado de 12,8 litros (que en la práctica serán más), este coche te hará la persona más feliz del mundo. 

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Valoración

Nota8

Hasta ahora, teníamos que elegir: o un muscle-car americano con un portentoso motor de ocho cilindros y un comportamiento precario en carrerteras de curvas, o un

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