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Prueba: Bentley Mulsanne Speed. Deportivo de alto standing

537 CV, 1.100 Nm de par, reparto de pesos al 50% y propulsión trasera. ¿Hemos dado con el deportivo perfecto? No exactamente. Esta es la prueba del Bentley Mulsanne Speed.

Motor V8 de 537 CV, propulsión trasera, un reparto de pesos perfecto 50%:50%... Muchos deportivos radicales soñarían con estas cifras. Pero nosotros estamos hablando de una de las berlinas más lujosas del mundo. Prueba: Bentley Mulsanne Speed. Deportivo de alto standing.

Ok, pesa 2.739 kilos en vacío, pero eso es una minucia comparada con su poderío. Estamos ante un ejemplar que aspira a lo que dijo su fundador, Owen Bentley, a comienzos del siglo pasado: “Fabricamos los coches más rápidos del mundo”. Mira en este vídeo cómo es su interior:

Tal vez no sea el más veloz de todos, pero desde luego es muy rápido. Y es que el Mulsanne Speed entrega unos apabullantes 1.100 Nm de par desde solo 1.750 vueltas. Si pisas a fondo, la estela de humo en las ruedas traseras está asegurada. Solo cinco segundos para pasar de 0 a 100 km/h, y en 17,4 esta mole ya vuela a 200. 

Por carreteras

Pero ten en cuenta que esta es una máquina preparada para rodar a velocidades fulminantes en amplias autovías. Si te aventuras por una carretera de curvas, no ayudan las inercias de su volumen y peso, ni mucho menos una dirección excesivamente suave y muy poco comunicativa. El subviraje sobreviene mucho antes de los esperado, avisándote de que te acercas al límite. Aquí se trata de flotar a la velocidad de la luz, no de batir al crono en circuito. 

Por dentro

Con todo, el comportamiento transmite seguridad, y es que a pesar de sus casi 5,60 metros de largo, al volante se siente mucho más ligero. Aunque Bentley pertenece al grupo Volkswagen desde 1998, por suerte mantiene su sabor británico. Nada de lo que te encuentres en su interior te recordará a otros vehículos de gran tirada. Los botones de metal pulido, los gruesos revestimientos de cuero, la madera noble que recorre el habitáculo logran que sentarse aquí dentro sea una explosión para los sentidos: la vista, el tacto e incluso el olfato. 

Otra cosa que nos ha entusiasmado de este coche: Bentley, al igual que Mercedes y Rolls Royce, mantiene la tradición de mantener la figura de su emblema sobre el capó, en el ángulo de visión del conductor. En este caso, además, no supone ningún peligro para los peatones, ya que si detecta un peligro de colisión, el Flying Bird se sumerge automáticamente.

Por ciudad

Un Mulsanne está más pensado para viajar entre ciudades que para circular dentro de ellas. La suavidad de su suspensión hará que te olvides de los baches. Básicamente, que te olvides de que estás circulando. Pero si se trata de rodar por calles estrechas como las del centro de Madrid, una mole como esta no es desde luego la más adecuada. Aun así, ver cómo se giran las cabezas de los viandantes y los otros conductores ante esta descomunal  joya sobre ruedas, es todo un espectáculo. 

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537 CV, 1.100 Nm de par, reparto de pesos al 50% y propulsión trasera. ¿Hemos dado con el deportivo perfecto? No exactamente. Esta es la prueba del Bentley Mulsanne

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