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Probamos la Honda África Twin 2016 DCT: ¡a por ella!

Cuesta probar motos como la nueva Honda África Twin 2016 DCT y que no te decepcionen, aunque sea un poco, por ser uno de los lanzamientos más esperados - si no, el que más- en el mundo de las dos ruedas. ¿Y qué ha sucedido en este caso? Sigue leyendo y lo sabrás...

Ya te lo contamos en cuanto empezaron a confirmarse las primeras noticias de que volvía el mito, de que la leyenda se actualizaba por fin... Y además de relamernos pensando en tenerla en el garaje, los enamorados de las dos ruedas y de esta trail en particular ya empezamos a cuadrar huecos en la agenda. ¡Yo no podía esperar! Y, sin embargo, cuando iba a recogerla al concesionario oficial, sentí un pequeño resquemor ante tanta expectación: ¿de verdad me parecerá tan buena cuando pruebe realmente la Honda África Twin 2016 DCT? ¿Y si decepciona? ¿Una moto como esta y con cambio automático? ¿En una semana con semejantes cambios de tiempo y firmes tan deslizantes sobre asfalto y tierra? Bueno, lo cierto es que si algo llevaba esta motocicleta en su ADN era el concepto de 'aventura' grabada a fuego en su chasis. Así que... ¡a por ella!

Nada más sentarme, me sorprende en esta versión tope de gama (por encima de la Honda CRF100L Africa Twin y de la que está dotada con ABS -esta tiene ABS y cambio DCT-) es muy manejable a pesar de ser la más pesada con las fichas técnicas en la mano (242 kg frente a los 228 kg de la de acceso a gama y los 232 kg de la que monta el ABS y de costar 14.720 euros, frente a las dos primeras, de 12.700 y 13.600 euros respectivamente). Y ya, cuando me meto en harina, toca familiarizarse con lo más importante de esta unidad: el cambio automático DCT y el multimodo de conducción HSTC. Te cuento: 

La moto arranca en punto muerto siempre (N) y con el botón del puño derecho puedes seleccionar el modo D (totalmente automático) o el modo S (Sport), automático y configurable en varias posiciones pero con distintos desarrollos para las seis marchas de las que dispone esta caja de cambios de doble embrague. Y cuando engranas cualquiera de los dos, basta con dar gas para que la moto comience a andar. Así de fácil... o no, porque hay que mentalizarse los primeros instantes de que llevas un scooter y junto al estribo izquierdo no hay ninguna palanca de cambios. 

Prueba Africa Twin 2016 acción carretera

En carretera, su comportamiento es impecable: ágil, veloz y muy cómoda. 

Por contra, en el puño del mismo lado, siempre cuentas con unos botones (el '+' para subir marchas está delante, donde en muchas motos tienes las ráfagas/luces largas, y se acciona con el dedo índice; el '-', más cerca de ti, se activa con el pulgar) a modo de levas. Están pensados para usarlos cuando seleccionas en otro botón de la mano derecha 'R/M' el modo manual, aunque, al igual que sucede en los coches automáticos, siempre dispones de esta opción si quieres reducir sin tocar el freno ante una retención inesperada o para realizar un adelantamiento rápido, por ejemplo, o no quieres estirar tanto una marcha, practicar una conducción más eficiente...

Además: Marc Márquez y Joan Barreda, con la nueva Honda Africa Twin (Vídeo)

¿Y los frenos? El delantero se acciona con la mano derecha, el trasero, con el pie del mismo lado... ¿Y la maneta izquierda? En esta nueva Honda Africa Twin DCT 2016 es, simplemente, un freno mecánico de estacionamiento de lo más curioso en este segmento, que resulta muy útil porque en cuesta no puedes dejarla aparcada con una marcha engranada (se pone automáticamente el neutral). Afortunadamente, los ingenieros de Honda han pensado en todo y, con el fin de que no lo confundas con el embrague y lo pulses a tope por despiste al cambiar de marcha, está lo suficientemente separado como para que no llegues bien: para ponerlo no basta con estirar los dedos de la mano, sino que hay que adelantar más la mano izquierda de manera 'forzada'.

Honda Africa Twin 2016 guardabarros

La horquilla invertida de largo recorrido es regulable. 

Una vez adaptado a esto, toca salir por las calles de Madrid entre el tráfico, en plena hora punta. Y la verdad es que aquí es donde se empieza a agradecer esta caja de cambios automática, así como la agilidad de esta montura, tanto por sus escaso peso como por sus contenidas dimensiones (echa un vistazo a la ficha técnica de abajo).

El modo automático y con la D pulsada puede resultar algo perezoso para los que buscan respuestas muy 'racing' a golpe de acelerador. Pero en honor a la verdad, hay que decir que no hay semáforo que se le resista, y que la salida siempre es buena, sobre seco y sobre superficies más deslizantes, por la lluvia o, simplemente, por obra y gracia de todas aquellas trampas urbanas y del extrarradio que 'nos encantan' a los moteros: tapas de alcantarillas, rejillas de ventilación, pintura plástica, charcos en los túneles, asfalto líquido... Y siempre puedes seleccionar el modo 'sport'. 

¿Sólo 95 CV?

Por autopista, y por todas partes, el corazón de esta Honda brilla con luz propia. Reconozco que cuando anunciaron sus características técnicas, me pareció un propulsor muy escaso, cuando el mercado de las maxitrail de referencia parte de potencias en torno a los 125 CV (como, por ejemplo, la BMW R1200GS) y supera los 150 CV y los 160 CV en trail más ruteras (véase la prueba de la BMW S1000XR) o topes de gama (lee aquí la prueba de la KTM 1290 Superadventure), por ejemplo. Sin embargo, aquí se pretendía lograr altas prestaciones para dentro y fuera de asfalto con un motor de 'sólo' 1.000 cc y 95 CV y alejarse de esas 'mil' más pensadas para el asfalto que para otra cosa, incluso para iniciarse en esta configuración y limitándolas para el A2.

Pues bien, aplaudo, doy una ovación y hago una ola a los japoneses: el rendimiento de este bloque bicilíndrico de 8 válvulas es impecable, relativamente silencioso -con un sonido muy bonito, a su vez, sin resultar excesivo ni incómodo-, con una patada progresiva pero rotunda y un tacto general muy pero que muy bueno, lo configures como lo configures con el dedo índice y una tecla en el lado izquierdo.

Motor Africa Twin 2016

Detalle del ligero y compacto motor bicilíndrico de la Africa Twin 2016.

Otra vez en carreteras abiertas, sus neumáticos mixtos Pirelli Scorpion van francamente bien. Y ya por rizar el rizo, en circuito cerrado, decido darle gas a fondo para acercarme su velocidad punta. Pero cuando estoy a 205 km/h y encantado de que nada vibre en la banda de rodadura más de lo normal -el roce aerodinámico es otra cosa, y con todo, el carenado y la cúpula fija de serie protegen más de lo que parece-, prefiero aminorar antes de que las ruedas se puedan sobrecalentar, pues no están diseñadas para este uso tan deportivo.

La frenada también es de lo más satisfactoria y el ABS no puede hacer otra cosa que completar esta sensación de aplomo. Lástima que el antibloqueo no venga de serie en la Africa Twin más económica, aunque volvemos a lo mismo: si vas a hacer un uso eminentemente campero, es mejor ahorrarte el peso y las molestias de tener que andar desconectándolo. 

Ahora empieza a caer el típico aguacero de primavera, así que, lejos de torcer el gesto, sonrío, porque voy a tener la ocasión de probar moto y cambio en todo tipo de condiciones. El agarre es estupendo incluso cuando la moto sube de marchas o reduce en plena curva -a lo que sólo tiende si frenas un poco o bajas en exceso la velocidad, todo sea dicho-. Es muy progresiva y el control de tracción hace muy bien su trabajo. Sólo incomoda un poco que a muy baja velocidad, cuando entras en una rotonda muy lenta en segunda, el sistema engrane primera incluso cuando vas en modo manual: ahí sí que notas un ligero tirón en la rueda trasera, pero claro, como tampoco tienes la opción de dejar deslizar el vehículo jugando con la maneta del embrague (porque, sencillamente, no la hay) la reacción del sistema DCT es lógica e inevitable.

Otro 'pero' con muuuuchos matices: a 60 km/h, en plena vía de servicio, veo tarde una salida en ángulo recto a la izquierda cuando voy circulando cómodamente con un pasajero (la suspensión trasera es regulable -y tiene precarga- con sólo girar una rueda) y cuando freno un poco más fuerte de lo normal, la horquilla delantera invertida Showa se hunde demasiado. Exclamo un improperio, pero... ¿tengo motivos para enfadarme, realmente? Me temo que no: es de largo recorrido para adaptarla a las exigencias off-road y es completamente regulable con herramienta. ¡Y no la he tocado aún! Si fuera por botón, no me hubiera dado ninguna pereza modificarla, aunque esto encarecería el precio y haría de esta moto una montura más sofisticada y, quizás, menos campera y duradera... menos Africa Twin.

Y ahora, ¡al campo!

Toca dejar al pasajero en su casa y abandonar el asfalto de una vez, que ya no veía el momento. Para ello, subo un puerto de montaña en el que se alternan zonas de sol y sombra, asfalto seco y roto, charcos, lluvia, niebla y otra vez sol. La Africa Twin 2016 responde de maravilla, pero -llámame cobarde- he puesto el modo manual, que si hay un susto, que sea porque me equivoque yo y no la centralita.

Prueba Africa Twin 2016 acción campo

Su manejabilidad en todos los terrenos sorprende y para bien. 

Por pistas de tierra, me vuelvo a reencontrar con una moto muy manejable y que la puede llevar por trialeras fáciles cualquiera, siempre que le lleguen los pies al suelo de forma holgada (la altura del sillín puede variar de los 870 mm de la posición estándar a los 850 mm del asiento bajo). Y para los más endureros, se pueden desconectar el ABS -como comentaba más arriba- y las ayudas electrónicas del HSTC mediante los botones que tienes a la derecha del cuadro, como he podido comprobar en primera persona en este test. 

Conclusión: yo me la compraría

Las trail son en las motos como los SUV en los coches: tienen forma campera y están de moda, pero sus líneas a veces son puro 'postureo' (con ruedas de chapa, neumáticos de carretera) o, por el contrario, sí que van acompañadas de verdaderas cualidades off-road, según los modelos. En este caso, esta prueba de la Honda Africa Twin 2016 -oficialmente denominada Honda CRF100L Africa Twin ABS DCT- nos ha dejado un sabor de boca excelente, por su concepto, estética, prestaciones y versatilidad real. Sin duda, es una moto para todo que no se achanta ante nada. 

Prueba Africa Twin 2016 conclusiones

El color de esta unidad de pruebas (Blanco Perla Brillante, Azul Spencer y Rojo Rally) es uno de los más bonitos y 'clásicos'. También la tienes en Rojo Rally, en Plata Digital Metalizado y Negro Mat Ballistic.  

Es capaz de satisfacer las necesidades del que va a trabajar a diario con una montura ágil -y especialmente cómoda y ahorradora con su cambio automático de doble embrague en ciudad- como del que quiere viajar (dispones de maletas y otros muchos accesorios ruteros) de forma confortable, solo o en compañía, o hacer excursiones más extremas y bien lejos del asfalto. Todo lo puede, aunque su autonomía (es capaz de consumir 5,2 litros a los 100 km y a buena velocidad, pero tiene 18,8 litros de depósito) no es su punto más fuerte. 

Ha nacido una estrella, con un precio que no nos resulta excesivo por sus cualidades, que ofrece versatilidad y diversión para todos los niveles de pilotaje y que pronto se convertirá en una 'nueva clásica' de su segmento... si no lo es ya.

Lo mejor: comportamiento, prestaciones, versatilidad, tacto, acabados, línea, respuesta del cambio automático de doble embrague, horquilla regulable.

Lo peor: ABS como extra, autonomía algo escasa para viajar.  

Fotos: Álex Aguilar. 

Equipación: Casco Givi X 0.1 Tourer, chaqueta Axo Madison, guantes Hevik Stoccolma, pantalón Axo y botas Axo Road Waterproof.

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