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Comparativa: Porsche Cayenne Diesel contra Infiniti FX30d

En esta comparativa del Porsche Cayenne Diesel contra el Infiniti FX30d queda claro que, pese a su aspecto demoledor, ambos disponen de versiones diésel con consumos bastante razonables. El contrincante japonés del Porsche tiene argumentos de sobra para plantarle cara incluso en el apartado dinámico.

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Esta comparativa del Porsche Cayenne Diesel contra Infiniti FX30d promete altas dosis de emoción. Infiniti, la última marca premium nipona en llegar a nuestro país, se enfrenta a Porsche, el icono de los coches de lujo deportivos. Para ser más exactos, en este cara a cara se baten en duelo el FX30d con el Cayenne Diesel. La pregunta sobre si un todocamino con motor de gasóleo puede llegar a llamarse Porsche la dejo en el aire... Lo realmente decisivo ahora es que la marca de lujo de Nissan apunta, así por las bravas y de forma muy decidida, al mismo 'target' de clientes que el Cayenne.

El Infiniti FX30d muestra maneras deportivas en formato SUV con su largo morro, sus formas abultadas, su techo tipo coupé, esa boca tan agresiva y todas esas curvas que harían palidecer a la mismísima Sofía Vergara de la serie 'Modern Family'. Ante tal derroche de poderío, el Porsche Cayenne de esta prueba ha decidido vestirse de amarillo para robarle algo de protagonismo a su amiguito nipón...

Precio del Porsche Cayenne Diesel y el Infiniti FX30d

De momento, me pongo a los mandos del FX30d en su versión S, que cuesta 66.330 euros. Pese a tratarse de un SUV de lujo con 238 CV, la verdad es que no es una baratija. Al fin y al cabo, el Porsche Cayenne Diesel, que en su ultima generación eleva la potencia a 245 CV, cuesta 69.816 euros. Todo cambia en cuanto le echas un vistazo a la lista de extras del Porsche: cada elemento opcional del coche de pruebas (suspensión neumática, dirección asistida variable, asientos deportivos, llantas de 20 pulgadas) eleva la factura final en casi 10.000 euros. Si le añades los extras de seguridad y confort que el Infiniti ofrece completamente gratuitos (tapicería de cuero o faros bixenón adaptativos), el resultado final para el cliente de Porsche se pondría fácilmente cerca de los 85.000 euros. Sabiendo eso... ¿a que miras con otros ojitos al Infiniti? Pues no lo pierdas de vista, porque todo lo que promete con su atractivo diseño exterior se queda a medias por un interior más bien convencional y un montón de botones ordenados de manera un tanto caótica y, a veces, difíciles de manejar... por no hablar de que los materiales apuntan más al estandarizado mercado americano que a las aspiraciones premium de los clientes europeos.

Comportamiento del Porsche Cayenne Diesel y el Infiniti FX30d

Los diseñadores de Infiniti han apuntado bien alto al darle aires deportivos a este SUV... Algo que queda un poco en entredicho cuando arrancas su motor V6 turbodiésel, ya que te recuerda más a un tractor que a un deportivo en toda regla. Su buen comportamiento te quita el mal sabor de boca con una arrancada en condiciones, aunque, eso sí, no se puede hablar de un temperamento tan apasionante como el de su oponente alemán. Sobre todo, si tengo en cuenta el tiempo que se toma su cambio automático de siete velocidades para pasar de una marcha a otra. Las mediciones dejan bien clarito que se posiciona en un nivel ligeramente inferior. Si quieres un coche que esté a la altura de su agresivo diseño, entonces píllate un Infiniti FX50 con un propulsor gasolina V8 de 390 CV. Que al bloque del Infiniti le falta un puntito de picardía lo deja claro el Porsche, que solo rinde siete caballos más, pero parece jugar en otra división.

Aunque parezca mentira, el motor turbodiésel del de Stuttgart da un espectáculo de los buenos y llega hasta la zona alta del cuentavueltas con la elegancia y el buen hacer de su cambio automático de ocho velocidades. Eso sí, no te equivoques: es imposible aspirar a la deportividad de un Porsche con un motor diésel. Te dejo una última ventaja frente al Infiniti: en el consumo obtenido en esta prueba, el Cayenne ha marcado una media de 1,5 litros inferior que la del FX. Respecto al comportamiento dinámico, hay que aclarar que el FX30d, a pesar de lo que promete su exterior, no es tan fiero como parece. Eso sí, sus prestaciones no están nada mal, se conduce con comodidad, amortigua con suavidad y no resulta difícil de manejar. Hay que decir que le falta precisión en sus reacciones, algo de lo que te das cuenta cuando tienes que hacer correcciones en las curvas.

Llegados a este punto de la prueba, toca dictar una sentencia de lo más firme: en este gran asalto entre los pesos pesados de la categoría, ninguno de ellos logra el KO técnico, pero el Porsche deja claro que es el justo vencedor a los puntos.

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