Prueba Peugeot 208 GTI 30th aniversario

Coincidirás conmigo en que la gran mayoría de los constructores de automóviles han tenido en su gama un coche que ha hecho historia, que ha marcado un antes y un después, ya sea en la propia firma o en el dilatado mundo del automóvil. BMW, Citroën o Ford con sus respectivos M3 E30, DS y Mustang son claros ejemplos. Pues bien, Peugeot también ha sacado pecho con un coche que este año cumple la treintena: el 205 GTI.  La compañía francesa se encargó de pregonar, a bombo y platillo, que había creado un digno sucesor de este icónico modelo: el 208 GTI. Lanzado al mercado en mayo de 2013, el utilitario de corte deportivo tenía un enorme peso sobre sus espaldas. Cuando lo probé tuve una sensación agridulce: Peugeot había creado un buen coche, deportivo en algunos aspectos, pero bastante cómodo y poco radical. Sinceramente, me sentí un poco defraudado; por más que buscaba no encontraba ese espíritu GTI del que tanto presumían.

A finales de año, el fabricante con sede en París anunció la creación de una edición especial realizada a partir de su utilitario. Su nombre, Peugeot 208 GTI 30th Aniversario -y que hoy pruebo-, era toda una declaración de intenciones, al igual que su imagen. Esta edición limitada a 500 unidades, de las cuales solo 20 llegan a España, irradia deportividad. Equipa llantas específicas en negro de 18”, pinzas de freno rojas, distintivos 208 GTI 30th, escape doble, asientos tipo bacquet, alfombrillas en rojo, misma tonalidad que el piso del mítico 205 GTI, y pintura en blanco perla nacarado -existen dos más: rojo rubí y bitono-. Pero es que, además, su altura ha sido rebajada 10 mm y sus vías, ensanchadas 22 mm, la delantera, y 16 mm, la trasera. ¡Ahora sí, Peugeot, ahora sí!
Al sentarme me sorprenden gratamente sus asientos: sujetan muy bien el cuerpo, pero es que, a pesar de sus refuerzos laterales, el acceso es realmente cómodo. Lo mismo me resulta su posición al volante. Por cierto, este elemento ha sido criticado en multitud de ocasiones por su justo diámetro. A mí me gusta y me parece que es perfecto tanto como para atacar un puerto de montaña como para desenvolverte por ciudad. El problema es que por su tamaño me tapa el cuadro de instrumentos, algo bastante molesto.

Enciendo el motor y comienzo la prueba dinámica. La primera vez que piso el pedal derecho ya percibo una nueva diferencia: su respuesta es inmediata y el sonido que emite su escape, más ronco. Asimismo, Peugeot Sport ha metido mano al 1.6 THP para lograr ocho caballos más, con lo que suma 208, y 25 Nm, 300 en total. Su entrega de potencia es bastante progresiva, pero más contundente que la del 208 GTI, sobre todo a partir de las 2.000 rpm. Gracias a su rendimiento no es necesario subir o bajar de marcha, puesto que dispones del 95% del par desde las 1.700 vueltas. Y hablando del cambio, equipa una caja manual de seis velocidades realmente rápida y muy precisa con una relación específica heredada del RCZ-R. De su hermano mayor también adopta el diferencial Torsen de deslizamiento limitado, que consigue mayor estabilidad en la frenada y menor subviraje, realizado un paso por curva muy veloz. También han influido, sin ninguna duda, los cambios realizados en la mecánica: se han reemplazado los triángulos inferiores delanteros y las estabilizadoras son más finas y ligeras, pero más rígidas. Además, se ha variado las caídas en ambos trenes, con mayor divergencia en el delantero y convergencia en el trasero.

Si el 208 GTI se caracterizaba por su nobleza, esta edición especial es todo lo contrario, mucho más exigente: el eje trasero permite redondear las curvas soltando el acelerador en plena curva y su ESP es mucho más permisivo. Si quieres uno de estos Peugeot 208 GTI 30th como el de la prueba, he de darte una mala noticia: las 20 unidades, con un precio de 26.930 euros cada una, están todas vendidas. Lo siento, porque has dejado pasar la oportunidad de tener en tu garaje uno de los coches más divertidos del mercado.

En nuestro comparador de seguros hemos calculado lo que costaría asegurar un 208 GT 30 th. Para calcular el precio, tomamos como referencia un hombre de 40 años, con 10 de antigüedad de carné y sin siniestros, que vive en Madrid, utiliza el coche a diario, aparca en un garaje colectivo y recorre hasta 20.000 kilómetros al año. Con estos datos, el seguro a todo riesgo más recomendable por su calidad-precio lo ofrece Allianz, por 2.381 euros.

Este coste podría ser menor si optas  por una póliza a todo riesgo con franquicia. En este caso, la más barata sería la de Mapfre. Cuesta 1.735 euros con franquicia de 300 euros.