Opel Insignia CrossFour CDTi 195 4x4 Active Select

El Opel Insignia CrossFour es una versión que deriva del Opel Insignia Sports Tourer y que, como puedes ver en las fotos que acompañan a esta prueba, se distingue por una serie de elementos estéteticos como la pintura gris oscuro que recorre todo el perímetro de la carrocería es su parte más baja, pasos de rueda incluídos, las taloneras en símil aluminio y las protecciones de bajos tanto delanteras como traseras.

Todos estos elementos cumplen una función práctica, que es la de proteger las partes del coche que quedan más expuestas cuando se circula fuera del asfalto. Y si además de esto te digo que el Opel que estoy probando tiene tracción total, todo te llevará a pensar que estamos ante una versión con un cierto toque offroad, ¿verdad? Pues sí, y no. Me explico. Efectivamente, con las cuatro ruedas motrices tienes más garantías fuera del asfalto o en superficies resbaladizas de cualquier tipo, y también es cierto que esos aditivos que añade el preparador Irmscher a la carrocería -no es un Insignia más de la gama, se trata de un kit añadido- cumplen su función protectora... Pero nada más allá. Lo cierto es que el Opel Insignia CrossFour cumple una función más estética que otra cosa, porque ni cuenta con más altura libre al suelo ni tiene una suspensión adecuada a la conducción campera.

Es más, el Opel Insignia CrossFour que ha pasado por mis manos (CDTi biturbo de 195 CV) tiene un tacto de chasis muy firme. El coche va como una tabla, tiene una pisada muy plana, y esto es algo que sólo se lleva bien con la conducción por carretera. Aquí sí cumple a la perfección con su papel, ya que ofrece un aplomo sobresaliente, unido a unas prestaciones muy buenas, aunque inferiores a lo esperado. El porqué de esto último reside en su cambio automático, que tiene un resbalamiento excesivo y hace que parezca que alguno de los 195 CV se queda en el camino al pisar el pedal derecho. Aunque no he tenido ocasión de probar la versión manual, estoy convencido de que con él esta sensación desaparecerá por completo y se le podrá sacar más partido los buenos niveles de potencia y par (400 Nm) que ofrece.

Como rutero, el Insignia CrossFour pone el listón muy alto por su agilidad de reacciones y por su amplio habitáculo que, frente a un Insignia berlina, añade más espacio en la fila trasera. Los ocupantes de estas plazas disponen de mayor altura libre al techo y, dicho sea de paso, también pueden llevar más equipaje gracias a que el maletero crece 40 litros hasta alcanzar los 570 de volumen mínimo. Una buena capacidad, que lo es aún más gracias a que las formas de la zona de carga son muy regulares y cuadradas, lo que facilita hacer un buen 'tetris' a la hora de introducir los bultos.

Por sus dimensiones exteriores, el Opel Insignia CrossFour es comparable a modelos como el BMW Serie 5 Touring o el Mercedes Clase E Estate, si bien sus verdaderos rivales -más pequeños por fuera, pero más amplios por dentro- son otros familiares como el Ford Mondeo Sportbreak o el amplísimo Skoda Superb Combi.

El paquete CrossFour está disponible para todos los Insignia SportTourer -en berlina no lo puedes pedir-, en cualquiera de sus acabados, con los motores diésel CDTi de 160 o 195 CV, y tanto con tracción delantera como total. El PVP sin impuestos del kit fabricado por (web) es de 1.812 euros en el caso del CDTI 195 de esta prueba. Este es el precio a pagar por tener un Insignia familiar más pintón y diferente a lo que se suele ver por las calles.