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Mini Paceman JCW: todo un 'Pace Car'

El Mini Paceman JCW de esta prueba puede que sea la carrocería más atractiva del coche inglés. Y si a esto le unes su motor 1.6 turboalimentado y la tracción integral, estás ante un pequeño deportivo.

En prácticamente todas las carreras de coches, el 'Pace Car' tiene la función de neutralizar la competición para agrupar a los participantes tras un accidente o por causas meteorológicas.

Este vehículo debe reunir una serie de características, como potencia, dinamismo y una mínima imagen deportiva. Pues todo eso lo tiene el Mini Paceman JCW de esta prueba.

Equipado con una mecánica 1.6 de gasolina, este Paceman depende mucho del turbo para moverse con alegría. No es que sus 218 CV sean pocos, es que sus casi 1.500 kilos son demasiados. Pero, a pesar de esto, su comportamiento es lo suficientemente ágil y su sonido lo bastante atractivo para que solo tengas ganas de llevarlo en la parte alta del cuentavueltas; en este coche, a partir de las 4.000 rpm. Porque es ahí y hasta las 6.000 revoluciones donde encontrarás la verdadera quintaesencia de este Mini Paceman JCW.

Por debajo, lo dicho, el peso ejerce de lastre implacable. Y tampoco el cambio manual de seis velocidades ayuda demasiado a que se desenvuelva con rapidez. Los recorridos largos hacen que el motor se quede colgado más de una vez, esperando a que insertes la siguiente velocidad. Claro que esta sensación la he tenido al querer circular deprisa en la prueba por tramos revirados o haciendo las prestaciones que, por cierto, no han estado nada mal: se planta a 100 km/h desde parado en 7,3 segundos, recupera en sexta velocidad en poco más de 10 segundos y frena desde 100 km/h en unos 37 metros. Claro que exprimiéndolo así, notarás que el consumo se eleva hasta acercarse y superar en ocasiones los nueve litros.

Bastante razonable si piensas que esta versión del Mini Paceman también cuenta con tracción integral. Esta es la responsable de una eficaz transferencia al suelo de toda esa potencia, que unida a su autoblocante, hace que el paso por curva sea tan rápido o más que el de deportivos de mayor entidad.

Una dirección tan directa que parece que lleves un 'kart' gigante colabora para que con este coche te guste ir 'deprisita'. Además, la firme suspensión echa el resto... bueno, mejor dicho, es el interruptor 'sport' el que pone la guinda a este 'pastel racing', mejorando la respuesta del acelerador, endureciendo la dirección y aumentando su sonido deportivo.

Entorno especial

El interior de este Mini Paceman es, cuando menos, llamativo. Cuatro asientos individuales y un maletero que no queda plano al abatirlos... no es que sea práctico, pero queda muy 'col'. También se nota cierta sensación de lujo gracias al diseño de su salpicadero, al ajuste de sus componentes y a la calidad utilizada en ellos.

Algo menos 'guay' es la política de opciones de la marca: empaquetar un montón de ellas que, individualmente, costarían menos. Y es que los casi 40.000 euros que vale, ya son para pensárselo. Como para añadir más dudas a un coche que, sinceramente, no se las merece.

Conclusión

El Mini Paceman John Cooper Works es un auténtico coche de capricho. Seguro que no necesitas un motor turbo con 218 CV y, ni siquiera su tracción integral... pero con esta mecánica y un chasis equilibrado como pocos, se puede circular muy rápido y, lo que es mejor, con una muy alta dosis de seguridad. Esto, unido a su alta calidad de construcción, tiene un precio. Y no es precisamente bajo.

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El Mini Paceman JCW de esta prueba puede que sea la carrocería más atractiva del coche inglés. Y si a esto le unes su motor 1.6 turboalimentado y la tracción

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