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Prueba del Mercedes GLA: ¿el rey de los mini SUV?

Los Clase B, CLA y GLA reciben nuevo equipamiento y mejoras
El Mercedes GLA se presentó en el Salón del Automóvil de Frankfurt y es un coche que trata de rivalizar con los SUV compactos premium ya existentes. Con la misma plataforma que estrenó la Clase B, este modelo se disfraza de campero para convertirse en el más capaz de los hermanos ‘A’.

El Mercedes GLA es un SUV premium que se pone a la venta en marzo de 2014 y del que ya te hemos presentado todas las novedades. Ya lo hemos conducido por primera vez, así que no te voy a aburrir con mil datos, sino que me voy a centrar en las sensaciones que me ha transmitido.

Para empezar, su diseño y concepto. El nuevo GLA es un coche de tamaño compacto y que no da la impresión de tener una carrocería muy elevada, es decir, que no parece un SUV convencional. De hecho, me pregunto si un usuario de la calle sería capaz de diferenciarlo del Mercedes Clase A en el que está basado. Su aspecto es más robusto y musculoso, pero no precisamente campero. Según los responsables de tendencias de la marca de Stuttgart los demandados todocamino van a ir adaptándose a este diseño, sobre todo, teniendo en cuenta que así se logra una figura más aerodinámica y, sobre todo, más eficiente.

De hecho, el Mercedes GLA es el mejor de su categoría en el indice CX: 0,29, lo que supone que la versión diésel de acceso a la gama consuma solo 4,3 l/100 km.

Una vez al volante del GLA veo que la posición de conducción es cómoda y muy similar a la que tienes en un Clase A. Eso es bueno si estás acostumbrado a conducir turismos urbanos o compactos, pero si esperas una postura más elevada que te de una mejor visión de la carretera y, por tanto, más sensación de seguridad y control, puede que sientas que le falta algo. Por lo demás, el interior es casi idéntico al del modelo del que parte y con él comparte instrumentación y sistema de entretenimiento: de hecho, el 70% proviene del compacto de Mercedes.

La segunda fila de asientos no resulta excesivamente amplia, pero en eso no desentona respecto a sus oponentes, ya que ninguno de ellos destaca por un habitáculo especialmente amplio. Por su parte, el maletero cubica 421 litros, lo cual está muy bien, ya que mejora en 70 litros la cifra que ofrece el Clase A.

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Y ya que te hablo del maletero del Mercedes GLA, con un borde de carga alto (73 cm) sus 421 litros se quedan muy atrás de los 460 de un Q3 y tiene que mirar la capacidad de un Range Rover Evoque con prismáticos: ¡575 litros! Al menos supera al BMW X1 (420 litros). En la práctica no es tan grave: puedes meter el equipaje de unas vacaciones jugando un poco al tetris y sin pasarte con el tamaño de las maletas.

La gama mecánica está compuesta, por el momento, por dos diesel el 200 CDI y el 220 CDI, con 136 y 170 CV y dos gasolina: 200 y 250 con 156 y 211 CV, respectivamente. Además, en el mes de julio llegará el GLA 45 AMG, que con 360 CV pasará a ser el más potente de la categoría. Salvo el gasolina menos potente, he podido conducir toda la gama, incluido el AMG y si tengo que elegir uno, creo que el más compensado es el 220 CDI. Tiene potencia de sobra y su consumo oficial es de solo 4,4 l/100 km.

El 200 CDI es un coche perfectamente capaz y va de sobra para viajar a cruceros legales, pero se queda un poco justo de fuerza y te obliga a jugar demasiado con el cambio manual de seis velocidades al que va unido (la versión 4 Matic monta la caja 7G-DCT de doble embrague). Y de esa manera, mucho me temo que, en una prueba más a fondo, dispararía el consumo.

El 250 gasolina es una delicia, tiene empuje de sobra como para que no desees más empuje (eso lo piensas hasta que te subes al AMG, claro), pero es 6.000 euros más caro que el 220 CDI y su consumo oficial de 6,0 litros en la realidad del día a día se puede disparar peligrosamente…

Y, finalmente, me queda hablar del impresionante GLA 45 AMG, un maquinón que te hace preguntarte si vas al volante de un SUV o de un coche de carreras. Viene de serie con tracción integral y cuenta con una configuración específica de dirección y chasis. Lo he conducido con el asfalto mojado y he visto que pese a las dificultades de adherencia es un coche que tracciona de maravilla y se agarra en las curvas como si le fuera la vida en ello. Eso sí, me ha parecido un tanto nervioso en las frenadas, con una trasera que se insinúa si apuras demasiado. Aunque es algo que atribuyo a las condiciones del asfalto, porque no creo que en seco su respuesta sea tan juguetona…

Del comportamiento del nuevo GLA ya te he contado algunos detalles, pero me gustaría aclarar que, en general, es un coche con un rodar relajado si circulas tranquilo, pero que no se arruga en las curvas, donde se muestra muy firme y afinado. Su dirección no es tan directa como la del Clase A, pero tiene un buen guiado. Además, he podido conducirlo en campo por una ruta no demasiado exigente, lo cual me ha servido para comprobar que su aspecto no tan campero no significa que no sepa apañarse fuera del asfalto. De hecho, si te decantas por una versión con 4 Matic, debes saber que se añade de serie el paquete 'Offroad', que incluye el DSR (control de descenso) y una configuración específica del control de estabilidad y el ABS, además, permite que el motor gire más arriba de vueltas y la relación de cambio se modifica ligeramente. No es un todoterreno extremo, desde luego, pero con este pack y con la suspensión elevada opcional (333 euros), que sube la carrocería tres centímetros, su respuesta en campo es mejor que la de sus rivales directos.

Lo que menos me ha gustado del Mercedes GLA es su estética, ya que parece un Clase A hormonado con formas exageradas. Pero, evidentemente, esto es algo muy subjetivo y debes ser tú quien decida si le gusta o no. Lo que sí está claro es que no es un Mercedes tradicional y, por tanto, puede suponer la llegada de nuevos clientes para la marca de la estrella. Ese, sin duda, sería un gran éxito para los de Stuttgart.

 

En nuestro comparador de seguros hemos calculado lo que costaría asegurar un Mercedes GLA 220 CDI 4Matic. Para calcular el precio, tomamos como referencia un hombre de 40 años, con 10 de antigüedad de carné y sin siniestros, que vive en Madrid, utiliza el coche a diario, aparca en un garaje colectivo y recorre hasta 20 000 kilómetros al año. Con estos datos, el seguro a todo riesgo más asequible lo ofrece Qualitas Auto, por 686 euros.
Este coste podría ser menor si optas  por una póliza a todo riesgo con franquicia. En este caso, la más barata sería también la de Qualitas Auto. Cuesta 327 euros con franquicia de 290 euros.

Valoración

Nota8

Prueba del Mercedes GLA se presentó en el Salón del Automóvil de Frankfurt y es un coche que trata de rivalizar con los SUV compactos premium ya existentes

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