Prueba Range Rover Velar D300

Durante esta prueba del nuevo Range Rover Velar D300 me he encontrado con un SUV grande, diésel y con llantas de 22 pulgadas. ¿Miedo? Ninguno. Vamos a ello. Los ingleses llevan fabricando coches desde 1948 y, lo cierto, es que durante muchos años no se apartaron de las granjas, los cortijos andaluces o los picos de las montañas más altas. Ahora, las localizaciones en las que sueles ver un Land Rover han  cambiado mucho. Fieles a su ADN, siguen siendo auténticos todoterreno, pero es más sencillo encontrarte los coches de este fabricante en un campo de golf o en un restaurante de moda, que vadeando un río. Sobre todo si es un Range Rover, porque no hay que olvidar que este modelo (el original de 1970) fue el primer automóvil que supo combinar las capacidades offroad con el lujo. Hoy en día, casi 50 años después, los ingenieros ingleses siguen utilizando la misma fórmula. La primera pregunta que me hago sobre el Range Rover Velar es... "¿Dónde se posiciona dentro de la gama?"

¿Dónde se sitúa el Velar?

La propia marca expone que el Velar se sitúa entre el Range Rover Evoque (4,3 metros de longitud y desde 36.250 euros) y el Range Rover Sport (4,8 metros de largo y con un precio inicial de 71.100 euros). El Velar también tiene una longitud de 4,8 m pero la versión más económica (el diésel D180) te costará 60.250 euros. Una notable diferencia de dinero, que sirve para colocar al protagonista de estas páginas de un plumazo. Eso sí, aunque las versiones de acceso del Velar compitan contra los Audi Q5 o BMW X3 (sobre todo con el modelo nuevo, que se lanza a finales de este año) en precio, la unidad que he probado (el diésel D300) compite contra los BMW X6 y, por supuesto, su primo hermano: el Jaguar F-Pace. Incluso se enfrenta contra el Range Rover Sport. Las diferencias de precios con el motor diésel de 300 CV son mínimas. Como puedes ver, el Range Rover Velar no le tiene respeto ni a su familia.

Es previsible que canibalice las ventas del Range Rover Sport y del F-Pace pero, al final, todo queda en casa. Si por algo destaca el Velar es por su lenguaje de diseño. El ADN Evoque funciona y este todoterreno deportivo tiene una imagen que entra por los ojos, sobre todo, si viene equipado con el paquete R-Dynamic (3.750 euros), como el de nuestra unidad de pruebas. Los paragolpes tienen un diseño más agresivo y deportivo. En cierto modo, se utiliza un recurso estilístico como el del Porsche Cayenne. El coche alemán, sin duda, es otro de los objetivos del inglés, sobre todo si valoramos la estabilidad. Es cierto que el Porsche está un escalón por encima, pero hay que reconocer que el Range Rover Velar tiene un dinamismo excelente y, sin duda, es el Land Rover con mejor comportamiento. La versión que he probado es la First Edition e incorpora la suspensión neumática con varios modos de funcionamiento: desde uno confortable a otro muy deportivo.

Lo mejor, el modo Dinámico de Range Rover

En el primero, te encuentras con un agradable compañero de viaje; y en el modo Dinámico, con un excelente aliado en una carretera con curvas. Sí, es cierto que un todoterreno (no uso la denominación SUV, ya que el Velar es un coche adaptado para rodar fuera del asfalto) de 2.029 kilos puede parecer excesivo pero los ingenieros de Land Rover han conseguido disimular las dimensiones del Velar y crear un todoterreno muy dinámico. La pregunta del millón... ¿Es más deportivo que un Porsche Cayenne? No, pero sí que está muy cerca. El Velar que he analizado también ha estado a punto de superar las cifras oficiales. He obtenido una aceleración de 0 a 100 km/h en 6,6 segundos (el dato homologado por la marca es de 6,5 s), pero debes tener en cuenta que este tiempo es con las llantas de 18 pulgadas y los neumáticos 235/65 R 18. La versión que he probado (First Edition) montaba unas enormes llantas de 22", con unas ruedas en medida 265/40 R 22. Aun así, con todo este exceso de goma, se ha quedado a tan solo una décima del tiempo oficial.

También ha sido contundente en la recuperación de 80 a 120 km/h, que es capaz de realizar en 4,6 segundos. Y la capacidad de frenada es excelente. Se detiene desde una velocidad inicial de 100 km/h en un máximo de 36,6 metros. Esta distancia es mejor que la que realizaba el anterior Ford Focus RS, con un peso de 1.502 kg. Me han gustado menos los consumos de su motor diésel. He obtenido un gasto medio de 8,5 l/100 km. No es una cifra escandalosa, pero sí queda lejos de los 7,4 litros (reales) que consume un Audi Q7 3.0 TDI con 272 CV. Eso sí, el bloque AJD-V6 de Land Rover y Jaguar es muy suave y apenas presenta vibraciones. Un interior con amplitud relativa ¿Cómo es el habitáculo del Velar? Muy ancho. En las plazas delanteras he medido 146 cm a la altura de los hombros y en las traseras 142. También he comprobado que no hay un espacio excesivo para las piernas en la segunda fila de asientos. La cota máxima es de 90 cm. ¡Ojo! Es un buen dato (un SUV compacto con carrocería deportiva como el Toyota C-HR ofrece un hueco de 87 centímetros) pero no hay que olvidar que el Velar mide 4,8 metros de longitud. Donde no hay discusión es en el maletero: desde 673 a 1.731 litros, si abates los respaldos de los asientos.  

Llegó el momento de hacer números. Antes te he comentado que las versiones más sencillas del Velar podrían competir contra el Audi Q5 o el nuevo BMW X3 y que por 60.250 euros te podrías llevar un Velar a casa. Ahora te voy a dejar helado, el Range Rover Velar con el acabado First Edition que aparece en estas páginas tiene un precio de 119.400 euros. ¡Cuesta casi el doble que el modelo de acceso! Esta versión solo va a estar disponible durante un año y su equipamiento de serie incluye todo lo que puedas imaginar. Lógicamente, con este coste, el Velar también entra en juego en el segmento de SUV como el BMW X6 o el Mercedes GLE Coupé. Como ves, este coche inglés no teme a nadie.