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Lamborghini, Porsche, Audi: 1.227 caballos para fundir el hielo

Reunimos un Porsche 911 Cabrio, un Lamborghini Gallardo Spyder y un Audi TT S Roadster. Acelerar a fondo con la capota quitada en una pista helada no parece muy sensato, pero sí muy divertido. Y de eso se trata. Descubrimos cuál es el cabrio 4x4 más excitante para derrapar

Enseguida me doy cuenta de que este inmaculado trío no pasa desapercibido en mitad de los Alpes. De hecho, gracias a sus capotas oscuras, la máquina quitanieves se ve obligada a dar un rodeo para no pasar por encima de los 400.000 euros que suman los tres juntos. Para que la cosa no termine en tragedia, la tracción integral es un requisito indispensable...

Aunque los tres proceden del mismo grupo, a la hora de ponerse los esquís 4x4, cada uno cuenta con su propio estilo: motor frontal, central o trasero; roadster, spyder o cabrio… ¿Alguien da más? El TTS tarda 18 segundos en retirar su capota y dejar que el conductor respire el aire puro de la montaña.

Piso el pedal derecho a fondo y, con sus escasos 272 CV, el Audi demuestra que para acelerar en condiciones no hacen falta diez cilindros rugiendo tras el conductor. Sus cuatro cilindros con turbo proporcionan, a través de su diferencial Haldex, potencia de sobra a las cuatro ruedas. ¿Le quito el ESP? Sí, no hay problema, el sistema antideslizante sigue trabajando sin descanso. Ni los más novatos pueden meter la pata con este coche.

El Lamborghini, por supuesto, también cuenta con una calefacción muy potente, pero… ¿realmente la necesita? Los 228.463 euros que cuesta y sus 560 CV son suficientes para entrar en calor. Su motor V10 ruge como si fuera el monstruo de las nieves, pero gracias a que va colocado en posición central y a que el ESP tiene un tarado ejemplar, logra enlazar las curvas con la elegancia de un esquiador. La electrónica es espectacular, gracias a ella este purasangre italiano no pierde nunca el rumbo.

Con el Porsche más vale que te dejes de exhibicionismos. Es un coche de los de siempre. El Carrera 4S trabaja desde 2008 con una tracción integral optimizada, que mejora la comunicación entre el diferencial y el eje delantero. Para ello usa un embrague multidisco. El 911 no es solo el que se agarra mejor a la nieve cuando arrancas a toda máquina, sino también el más efectivo al frenar. Por eso se convierte en un auténtico caballo ganador. El Porsche es el que mejor se comporta sobre la pista helada: su motor trasero de 385 CV empuja con todas sus fuerzas mientras el coche gira a la izquierda y a la derecha. El sobreviraje es tan previsible como las tormentas de nieve en los Alpes. Es más, si eres un manitas sabrás transformar cada cambio de carga en un ligero derrape con tan solo un suave toque al acelerador… así conseguirás que el 911 supere el eslalom con la trayectoria perfecta.


El Porsche consigue la vuelta rápida, por delante del Audi. Es el mejor deportivo con tracción integral, también sobre nieve. Da igual que sea blanco, rojo o verde: lo importante es que sea un 911.

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