Kia cee´d 1.6 CRDi 128 CV, a la altura

El Kia cee’d 1.6 CRDi 128 CV que tengo entre manos es un compacto de cinco puertas muy bueno casi desde cualquier punto de vista. Y lo digo así de rápido porque realmente me ha sorprendido cómo la marca coreana se han currado su nuevo modelo. Es justo reconocérselo. Pero para que nadie me tache de pro oriental o de vaya usted a saber qué, empiezo a disparar datos. El primero tiene que ver con la calidad percibida y la sensación de bienestar a bordo. Si en su generación anterior el Kia cee’d ya recibía buenas críticas en este sentido, ahora sobrepasa a los rivales generalistas y se mide cara a cara con los más top.

La elección de materiales es bastante acertada en casi todos los casos y, sobre el diseño, creo que no lo han hecho nada mal. Pero esto último ya es más subjetivo, así que cada uno juzgue a su criterio. Sobre la ergonomía y funcionalidad, tras esta prueba queda claro que se ha cuidado, aunque no por completo. Igual que en la consola central todo es fácil y cómodo de manejar por la disposición de sus botones, no puedo decir lo mismo del volante, que está demasiado recargado.

Quizá echar un vistazo a la manera en la que muchas marcas premium resuelven esto con la mayor limpieza y simplicidad no estaría de más. Sigo analizando el interior, que parece amplio y, tras sacar el metro para medir todas sus cotas, me dedico a compararlas con las de una larga lista de compactos, como por ejemplo un Audi A3. Mi sorpresa llega cuando veo que tanto en anchura como en altura (en ambas filas de asientos) obtiene siempre la primera o segunda mejor puntuación. Sobre el maletero, por volumen y aprovechamiento, está ligeramente por encima de la media. Llega el momento de empezar a rodar y... ¡no me lo creo! Ha desaparecido aquella dirección tremendamente artificial y poco precisa de la generación anterior. Esto si que es un avance. Las sensaciones ahora son buenas. También tiene un botón para modificar la respuesta con tres modos (normal, confort y sport). Esta función me ha gustado menos, sobre todo por el tacto del programa deportivo, que endurece la dirección, pero al mismo tiempo parece menos precisa.

En cualquier caso, se ve que en Kia han hecho los deberes en este apartado. Sobre la suspensión, el cee’d es un coche cómodo. Pisa bien y puede ser medianamente divertido entre curvas, aunque sus pretensiones no van más allá. No busca ser deportivo. Tampoco su motor CRDi de 128 CV es nada explosivo. Consume poco, eso sí, pero su capacidad de aceleración no llega al nivel de, por ejemplo, un TDI de Volkswagen de potencia parecida. Nuestro dispositivo de mediciones lo deja bien claro. Y ahora, falta hablar del quebradero de cabeza por excelencia: el precio. El Kia cee’d 1.6 CRDi 128 CV más caro de la gama en versión manual (el automático sube su factura 3.400 euros) cuesta 21.000 euros. Su equipamiento es bastante cerrado, solo queda un pack en opción que, por 2.000 euros redondos incluye esto: aparcamiento asistido, mantenimiento de carril, xenón, faros direccionales, sensores de aparcamiento delanteros (los traseros son de serie) y tapicería de cuero.