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Prueba: Honda HR-V 2015 1-6 i-DTEC: un nuevo comienzo...

Así se las gasta la variante diésel

En esta prueba del Honda HR-V 2015 1-6 i-DTEC comprobamos que esta segunda generación del HR-V llega con una carta de presentación en la que destacan cuatro aspectos: diseño, espacio, modularidad y tecnología.

Tiene tintes deportivos, como demuestran los faros afilados, la línea en pendiente a lo largo del lateral, las manetas ocultas de las puertas posteriores y, sobre todo, la línea descendente del techo. Dentro, también: la consola elevada, la pequeña palanca y las molduras en Piano Black, que se mezclan con plásticos duros pero de buen aspecto visual, lo ponen de manifiesto. Otro punto a destacar es el espacio del habitáculo; los pasajeros tienen hueco suficiente para rodillas y cabeza. Asimismo, el maletero cuenta con una capacidad de carga de 470 litros, ampliables a 1.533. El HR-V también equipa el sistema Magic Seats, que permite múltiples configuraciones para sus banquetas posteriores.

En tecnología, la marca nipona ha dado el todo por el todo y ha introducido avisador de colisión frontal (de serie), limitador de velocidad inteligente, avisador de cambio involuntario de carril, luces de carretera automáticas y reconocimiento de señales de tráfico. El motor diésel, la mejor opción He probado el motor 1.6 i-DTEC de 120 CV y no me ha sorprendido su buen rendimiento, puesto que ya lo comprobé en el CR-V, un vehículo con 200 kg más. Solo puede ir aso- ciado a un cambio manual de seis relaciones (el gasolina puede equipar un CVT) de recorridos cortos y precisos, que proviene del Accord. La única pega que le pongo a este bloque es su rumorosidad, y eso que, según Honda, se han empleado técnicas y materiales fonoabsorbentes. Tiene un precio de partida de 21.200 euros (23.000 el diésel). Y a eso hay que restar los 2.000 euros de la promoción de lanzamiento.

El HR-V 2015 1-6 i-DTEC solo está disponible como 4x2, pero creo que no será un impedimento para que triunfe en el segmento. Cualidades no le faltan, pero los SUV compactos que están desde hace tiempo juegan con ventaja. Aun así, el precio acompaña.

Nuestro coche de test montaba el conocido 1,6 litros i-DTEC diésel, que ya habíamos probado en el CR-V. Por eso no nos sorprende que en este HR-V, menos pesado (en torno a las 1,4 toneladas) tenga aún más brío, acoplado a una caja de seis marchas. Sus 120 CV pueden parecer algo justos, pero los compensa con unos generosos 300 Nm de par. Por eso, incluso acelerando cuando vas a elevadas velocidades muestra un empuje más que aceptable.

En esto tiene mucho que ver su lograda aerodinámica, que se ha cuidado en extremo, por eso incluye incluso un recubrimiento para los bajos. Esto también se traduce en unas buenas cifras de consumo: según el fabricante, solo gasta cuatro litros de media.

El chasis muestra un logrado compromiso entre dinamismo y confort. Incluso por las bacheadas carreteras, este Honda filtra bien las irregularidades, y en tramos de curvas la carrocería nunca balancea en exceso. El buen agarre lateral de los asientos redondea sus facultades deportivas. Los frenos, además, son potentes y muy dosificables. En definitiva: un SUV atractivo, práctico, confortable y divertido de conducir. Le auguramos un futuro de éxito en nuestro mercado.

Valoración

Nota7

El HR-V fue uno de los precursores de los SUV compactos. En esta segunda generación se reinventa y presenta un aspecto más deportivo y mucho espacio interior.

Lo mejor

Maletero amplio, espacio interior, sistema de plegado de asientos traseros

Lo peor

Solo disponible como 4x2. No hay opción de cambio automático

Etiquetas: Honda

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