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Al volante de un mito: Ford Mustang GTA Fastback de 1967

Formas musculosas, radios perforados en el volante, logo galopante: casi todo en el Mustang GTA Fastback 1967 tiene aspecto deportivo. Pero, en realidad, es más estético que otra cosa.

Probamos el Ford Mustang GTA Fastback de 1967. El mítico Ford Mustang ha cumplido 50 años (échale un ojo al Ford Mustang 2015). Medio siglo en el que ha marcado a varias generaciones, ha inaugurado un segmento ('pony-cars') y ha aparecido en más de 500 películas (llegando a ser su protagonista; de hecho, hace poco una réplica del Ford Mustang de Bullit salió a subasta). Ahora, probamos una de las primeras versiones, que aspiraba a ser un auténtico deportivo. ¿Lo consiguió?

Al principio fue un sueño. La visión del técnico de Ford en Dearborn fue un deportivo auténtico. Diseñó un dos plazas, un V4 trasero que debía propulsar las ruedas posteriores, y que más tarde debería ser el Ford 12M. El Mustang debía ser un coupé con motor trasero, pero se quedó en eso, un sueño. 

Y es que Lee Lacocca, el mánager general de Ford, inclinó el pulgar hacia abajo. “Así no haremos un superventas”, dijo, y metió mano en el proyecto Mustang: cuatro plazas, compacto, barato de producir, e increíblemente estiloso. Resultado: el Mustang que ha acabado siendo leyenda.

Cuando el Ford Mustang llegó en abril de 1964 a los concesionarios, a un precio base de 2.500 dólares de la época, nadie supuso que su éxito sería tan fulminante. Con 100.000 ejemplares vendidos al año, se convirtió en el mayor éxito de la industria estadounidense en la década de los 60. E inauguraba una nueva clase de vehículos: nacían los 'pony-cars'.

Al coupé y el cabrio se les sumó el Ford Mustang Fastback Coupé, que sirvió para seguir aumentando las ventas y fue la base para las versiones deportivas de Carroll Shelby. Los clientes normales se apuntaban a la potencia, y es que, aunque estaban disponibles con los motores de seis cilindros del Ford Falcon, su éxito se encontraba e las variantes v8, igual que en sus competidores, el Camaro y el Challenger.

El modelo de 1967, del que proviene el Ford Mustang GTA Fastback de nuestra prueba, es el tope de gama con motor V8 de 6,4 litros. En 1969 llegaría incluso un 7 litros. La caja de cambios era un automática de tres relaciones. Con todo, transmitía le confort que reclamaba el mercado americano en aquella época, pero no el que se esperaba de un deportivo compacto.

El V8 del Ford Mustang GTA Fastback de 1967 brama con vehemencia a través del escape, reacciona impetuoso al pedal del gas y tira con fuerza de las revoluciones hacia arriba. El empuje sorprende más en el plano subjetivo que por las prestaciones sobre el papel. En cualquier caso, su elevado ruido, su dirección imprecisa y el blando chasis no animan mucho a dejar salir el 'Bullit' que lleva dentro.

El cambio automático de este Mustang GTA Fastback del 67, además, inserta las marchas con suma suavidad y discreción, lo que me convence definitivamente que este es más un coupé para pasear relajadamente y lucirlo.

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Formas musculosas, radios perforados en el volante, logo galopante: casi todo en el Mustang GTA Fastback 1967 tiene aspecto deportivo. Pero, en realidad, es más

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