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Comparativa Skoda Octavia RS Combi/Ford Focus ST Sportbreak

El Ford Focus ST Sportbreak de 250 CV es el rey entre los compactos familiares. Sin embargo, ahora tiene un hueso duro de roer: el Skoda Octavia RS Combi se presenta como un grandísimo rival en esta comparativa

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Camuflados en carrocerías familiares esta comparativa de Ford Focus ST Sportbreak y el Skoda Octavia RS Combi ofrece un nivel de prestaciones muy a tener en cuenta: los dos se ponen a 100 km/h desde parado en 6,8 segundos. El Ford Focus, eso sí, pierde tres décimas respecto al dato oficial de la marca. Esto quizás se deba a un chasis que no digiere como debiera semejante torrente de potencia: cuando piso a fondo, incluso sobre asfalto seco, las ruedas delanteras patinan hasta en tercera marcha. Y eso se deja notar también en el capitulo de las recuperaciones, donde el Skoda Octavia (pese a ser menos potente) se pone por delante del Focus. Pero si hablamos de carácter y diversión, ambos modelos rayan a gran altura, con una puesta a punto eminentemente deportiva donde destacan unas suspensiones mucho más duras que sus hermanos de gama.

El Skoda Octavia RS Combi más potente de la gama recibe un motor ilustre, salido de las estanterías del grupo Volkswagen. Se trata del mismo TFSI de dos litros sobrealimentado que monta el sempiterno Volkswagen Golf GTI. Produce 220 CV y su respuesta es muy agradable, elástica y contundente. Por su parte, el propulsor del Ford Focus ST es aún más potente y destierra definitivamente el peculiar sonido que producía el cinco cilindros de origen Volvo que montaba su antecesor. Es un bloque con un carácter más contundente y seco, menos progresivo que el TFSI. Y es que el Focus en general es más duro, más radical... como se demuestra por ejemplo en la dirección cuando aceleras desde baja velocidad: reacciona con más precisión que su oponente, aunque al límite no tiene la facilidad de manejo del Skoda. Y es que el compromiso entre deportividad y confort para el uso diario que han conseguido los checos resulta encomiable.

Así es su comportamiento dinámico

El comportamiento del Ford Focus ST Sportbreak no da concesiones: circulando al límite, la zaga del Ford se insinúa con una facilidad que sorprende, incluso con el ESP conectado tiende a querer ponerse a la altura de las ruedas delanteras. Esto sin duda es un factor de diversión para los más expertos al volante y un extra de adrenalina para los conductores comunes. En cualquier caso, los sobrevirajes de este Focus son bastante controlables. Teniendo en cuenta el carácter de ambos, me ha sorprendido el resultado que he obtenido en el circuito de pruebas de Continental en esta comparativa Skoda Octavia RS Combi y Ford Focus ST Sportbreak: el Skoda Octavia, aunque está más concebido para un uso diario, logra ponerse por delante en el circuito, con unos respetables 1,3 segundos a su favor. Si hablamos de velocidad máxima, cambian las tornas: el Ford alcanza los 248 km/h, cuatro más que su oponente. Sin embargo, en autovías rara vez logrará rodar más rápido que su oponente, ya que el tráfico nos obliga a frenar constantemente y ya hemos dicho que en recuperaciones el Focus se queda ligeramente por detrás. Además, es complicado que la gente se aparte del carril izquierdo cuando ve por el retrovisor un coche familiar, por mucho que vaya pintado de rojo chillón emulando a algún que otro caballo enfurecido.

Así son por dentro, ¿cuál es más práctico?

El aspecto de estos dos familiares es bastante discreto para lo que esconden en su interior. El Ford Focus ST de la prueba se muestra más agresivo y no solo por el ya mencionado color rojo, sino porque se viste con elementos que lo delatan, como la espectacular salida de escape central. El Octavia es más sencillo: un frontal sin grandes tomas de aire y el color blanco de su carrocería le asemejan a cualquier compacto familiar aburguesado. Te tienes que fijar para encontrar los típicos detalles que incorporan los Skoda más deportivos. Lo mismo pasa en el interior, que antepone la funcionalidad a la deportividad, aunque al igual que en el exterior, el Focus deja más claro que estás dentro de un verdadero deportivo: instrumentación añadida, pedales de aluminio y bacquets Recaro que sujetan a la perfección... pero que harán sufrir a los de mayor talla. No solo tendrás que ejercitarte físicamente para entrar en sus asientos, el sistema multimedia y (en general) la disposición de los mandos en el salpicadero requiere de un cerebro muy ejercitado. El maletero es un factor generalmente determinante en este tipo de vehículos y aquí el Octavia también ofrece más capacidad. Eso sí, hay que reconocer que el sistema de plegado de los asientos traseros no resulta nada cómodo, ya que no permite abatir por completo los respaldos y no consigue una superficie completamente plana, como sería deseable. El Focus se conforma con una capacidad máxima de 1.516 litros, algo más de 200 litros por debajo del modelo checo, pero el Ford sí consigue una superficie de carga prácticamente plana y además es ligeramente más ancho que el del Skoda. Dicho esto, llegamos al último apartado, el del consumo: el Ford ha requerido 9,4 l/100 km en nuestra prueba, mientras que el Skoda se ha conformado con 7,7 litros. Aquí, se vuelve a poner por delante.

En conclusión, el Octavia se impone como el mejor familiar deportivo. Eso no significa que el Focus sea un mal coche: en circuito es fascinante y proporciona más adrenalina que el checo porque es más exigente. Pero no deja de ser un familiar y el perfecto equilibrio entre deportividad y uso diario ha llevado al Skoda Octavia RS Combi a la primera posición.

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