Comparativa: SsangYong XLV/Renault Kadjar/Hyundai Tucson
Motorizaciones comparadas:
Novedad de Corea: el SsangYong XLV. La idea es posicionarlo por encima del Tivoli dentro de los SUV compactos. Comparten base tecnológica, pero da la impresión de que le hubieran pegado 24 centímetros más de chapa detrás. No suena muy elegante, pero lo cierto es que le aporta un maletero generoso. No es su única virtud. Para comprobar de lo que es capaz, lo medimos contra sus principales rivales. Comparativa: Renault Kadjar/Hyundai Tucson/SangYong XLV.
Los centímetros extra los dedica completamente al maletero. Por eso, el espacio detrás permanece inalterado. Aunque no nos parece la opción más lógica. ¿Quién necesita 720 litros si no siempre van a querer viajar cuatro ocupantes? Porque el espacio detrás no es para tirar cohetes. En este sentido, el Renault Kadjar, y sobre todo el Hyundai Tucson hacen un reparto más equilibrado. Y con los asientos plegados, incluso logran más espacio de carga.
SsangYong XLV en acción:
Al primer vistazo, el SsangYong XLV se ve moderno y funcional. Pero lo cierto es que comparado con el Renault y el Hyundai los materiales se ven algo más baratos, y los asientos ofrecen poca sujeción y apoyo para viajes largos. Tampoco los del Kadjar, con su mullido tan blando, son los más indicados para pasar muchas horas al volante, aunque están mejor contorneados. Pero su segunda fila es más incómoda, con una banqueta demasiado corta. Subámonos al Tucson. En todas las plazas uno viaja con bastante relajación y desahogo, el mullido ofrece un buen compromiso entre confort y sujeción, y el conductor encontrará la mejor postura al volante.
Esto pensamos del Renault Kadjar:
En SsangYong tienen que ponerse al día en conectividad. El manos libres por Bluetooth, por ejemplo, aún requiere de un PIN. En el apartado del navegador, destaca Hyundai con los mejores gráficos en un monitor muy legible, y al igual que en el Renault trabaja con información de atascos en tiempo real. Esto último falta en el SsangYong. Los tres llevan pequeños motores diésel y tracción delantera. Al XLV, con 1.413 kilos, le rinden bien sus 115 CV, que le permiten acelerar de 0 a 100 km/h en unos honrosos 11,4 segundos. Es el más rápido de los tres. Por desgracia, con 6,1 litros de consumo medio, es 0,5 más tragón.
Hyundai Tucson en movimiento:
Aunque tiene su justificación: con 300 Nm a partir de las 1.500 vueltas ,el XLV es el que tiene más par, y sobre todo en sexta marcha se nota más rápido que el Hyundai que, con una multiplicación más larga, se queda por detrás. Este Renault de prueba venía con el suave, pero no demasiado despierto cambio automático de doble embrague. Con el kick down tiene bastante empuje, pero no es tan rápido como el SsangYong, aun cuando su impreciso cambio manual no ayude mucho a sacarle el máximo partido.
Aunque no recomendamos exprimirlo al máximo: en nuestro test, se ha detenido de 100 km/h en 39,5 segundos, aun calzando una buenas gomas Pirelli-Cinturato-P7. El Kadjar se para un metro antes, y el Tucson en 37,5 metros. No es un valor extraordinario, pero es aceptable, y el mejor de la comparativa.
Sobre asfalto en mal estado, el SsangYong tiene un filtrado escaso, y solo con dos ocupantes enseguida llegan golpeteos al interior. Su comportamiento, que también acusa balanceos, solo nos convence en carreteras en perfecto estado. El Renault, también de tarado blando pero con algo más de margen en sus suspensiones, aporta un buen confort, pero se vuelve algo nervioso sobre irregularidades. El más aplomado, especialmente si hay baches, es el Tucson. Su firme chasis mantiene la carrocería en su sitio, y filtra correctamente, lo que lo convierte en el más apto para viajes largos.
Conclusión:
El XLV queda por detrás en comportamiento, distribución de espacio, acabados, tecnología, frenos... Lo único que lo pone por delante es que es más prestacional que sus rivales. Y también juega la baza del precio. ¿Sigues sin decidirte? Si buscas un SUV, encuéntralo rápidamente en nuestro recomendador.
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