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Comparativa: Hyundai i30 2017 contra sus rivales

El Hyundai i30 2017 se enfrenta a sus rivales más directos en esta comparativa. El nuevo compacto coreano es un producto muy equilibrado. Nos lo demostró la primera vez que lo probamos. Ahora llega su primera comparativa con motor de gasolina. ¿Estará al nivel de sus rivales?

Motorizaciones comparadas:

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No es un coche que destaque especialmente, pero su atractivo precio, su generoso equipamiento y excelente garantía de cinco años lo convierten en una buena opción. Esa ha sido siempre la fórmula usada por el compacto de Hyundai. El Hyundai i30 2017 se enfrenta a sus rivales más directos en esta comparativa, siendo una de las opciones más discretas. Ahora vamos a comprobar si también tiene argumentos de éxito para ganarse a la clientela. 

Nada mejor que una comparativa a fondo en AUTO BILD, enfrentándolo a modelos de la competencia con una motorización similar. En este caso, tomamos un Hyundai i30 1.4 T-GDi de 140 CV y lo encaramos a los siguientes modelos: un Mazda3 Skyactiv-G 120 de 120 CV, con motor gasolina de dos litros. Un Opel Astra 1.4 Turbo con un bloque de cuatro cilindros con 150 CV. Un Peugeot 308 PureTech 130, con un propulsor de tres cilindros de 130 CV y, por último, un Renault Mégane TCe con 132 CV. Todos con potencias similares, equipamientos equivalentes y con cambios manuales de seis velocidades. Una comparativa justa, por tanto. 

Vídeo: comparativa entre Hyundai i30 y Opel Astra:

A pesar de todo, vemos diferencias de enfoque: el Hyundai i30 quiere ser una de las referencias en ayudas electrónicas a la conducción. Mazda apuesta por un motor muy especial, con una elevada cilindrada, y el Peugeot desea destacar con su peculiar puesto de conducción. El Opel llega con una batería de sistemas tecnológicos y Renault juega la baza del compacto dinámico con líneas deportivas. En las siguientes páginas comprobarás cuál de ellos es la compra más acertada y, sobre todo, sabrás cuál es el modelo que más te interesa comprar. Un adelanto: la batalla de estos compactos de gasolina va a ser muy reñida.

Peugeot 308 1.2 PureTech 130

EL REFINADO. Es uno de los ejemplos de que menos, puede ser mucho más. Su motor de tres cilindros rinde 130 CV y 230 Nm de par y, en aceleración, se impone incluso al Mégane, que tiene 2 CV más. El bloque del Peugeot 308 sube de vueltas con ganas y ofrece la sensación de llevar un motor mucho más grande bajo el capó. Las vibraciones se mantienen en unos límites aceptables y uno se acostumbra enseguida a su peculiar sonido, que nunca llega a ser excesivo y resulta hasta deportivo.

El problema es que el comportamiento no se corresponde con tan brillante mecánica. No es tan estable como el Mazda y tampoco es tan confortable como el Renault. La dirección, con un volante muy pequeño, no es lo precisa que debiera, por lo que obliga a ir atento para mantener la trayectoria. La suspensión no filtra bien en asfaltos bacheados y, si vas con el coche cargado, los golpes se notan en exceso en el interior, lo que no es agradable para los ocupantes. Lo cierto es que la diferencia de comportamiento depende mucho de cuántos pasajeros vayan montados. A todo esto hay que añadir un espacio interior poco generoso. Por ello, ha quedado en la última posición.

Renault Mégane TCe 130

EL ESPECIAL. Es un coche que busca diferenciarse y lo logra, aunque no siempre para bien. ¿Maletero grande y capaz? Eso lo deja para otros. ¿Buena ergonomía? El salpicadero la sacrifica en favor de diseño y charme francés, con una enorme pantalla táctil que es muy bonita pero no precisamente intuitiva. En el Renault Mégane el diseño va siempre un paso por delante de la practicidad.

Sus puntos fuertes comienzan al arrancar. El motor de 1,2 litros con 132 CV y 205 Nm es potente... Pero obliga a su conductor a llevarlo alto de vueltas todo el rato debido al excesivo tiempo de respuesta del turbo. Esto enganchará a quienes les gusten las mecánicas turboalimentadas de la vieja escuela, pero un motor refinado es otra cosa. En carreteras amplias es capaz de mantener un buen ritmo, con aplomo y cierto confort, pero si entramos en zonas de curvas y queremos realizar una conducción todo lo deportiva que promete su diseño... la dirección y los frenos enseguida encuentran sus límites. ¡Una pena! 

Mazda3 Skyactiv-G 120

EL TIPO CON CARÁCTER. Es el único de la comparativa que prescinde del turbo y, en su lugar, recurre a un dos litros de inyección directa con una compresión inusualmente alta (14,0:1). Ofrece 120 CV y 210 Nm de par y, aunque tiene fuerza suficiente en cualquier situación, le falta el enérgico empuje de un turbo. 

En cambio, ofrece una entrega de potencia lineal, no tiene problemas en subir de vueltas y se muestra muy alegre ante cualquier insinuación sobre el pedal del gas. Sencillamente, da la impresión de ir más sobrado que el resto. El Mazda3 es un coche agradable de conducir, a lo que ayuda mucho su cambio manual de recorridos cortos y precisos y, a pesar de ser un 2,0 litros, es más ahorrador que cualquiera de sus rivales. En general tiene un comportamiento aplomado y seguro. Lo único achacable es un tarado del chasis demasiado duro, que se resiente en asfalto irregular. El motor, aunque tiene un sonido atractivo, puede llegar a ser demasiado ruidoso cuando se le exige. Su habitabilidad tampoco resulta brillante y las plazas traseras son más pequeñas que las del Opel o Hyundai. Además, su interior produce cierta sensación de agobio. 

Opel Astra 1.4 TURBO

EL MODERNO. Sistema de frenada de emergencia, dirección activa con asistente de trayectoria, navegador con información de atascos en tiempo real, wifi... En el Opel Astra, como en el Hyundai, no se ha escatimado en tecnología. Eso queda claro desde el primer momento que te pones al volante.

Es una pena que su motor de 150 CV con 230 Nm se vuelva demasiado ruidoso a partir de las 4.500 vueltas, que la suspensión no sea todo lo equilibrada que debiera y que, por ello, el confort de rodadura se resienta en algunas ocasiones. También hay pequeños detalles que resultan mejorables: el grafismo de la instrumentación, por ejemplo, es demasiado pequeño y cuesta leerlo, al plegar las plazas traseras queda un escalón y la visibilidad periférica es escasa. En cambio, el Opel Astra tiene un comportamiento muy estable y aplomado, transmite agilidad, deportividad y sus frenos son intachables. La sensación de seguridad que ofrece a su conductor es muy elevada. Este compacto ha estado muy cerca de llevarse la victoria y se ha quedado a dos escasos puntos.

Hyundai i30 1.4 T-GDI

EL VENCEDOR. El coreano no tiene fallos destacables. Tampoco especiales virtudes, pero eso lo convierte en un coche equilibrado y satisfactorio en general. Esta, si nos atenemos a la lógica, es la fórmula perfecta para conseguir la victoria en las comparativas de AUTO BILD. Eso sí, nos gustaría que el mullido de los asientos fuera un poco más firme o que el consumo de su motor de gasolina fuera un poco más bajo (aunque eso lo podemos decir de todos los coches de la comparativa).

Pero, aparte de eso, estamos ante un compacto práctico, bien fabricado y atractivo. La suspensión tiene una respuesta más propia de un segmento superior, la dirección es precisa, comunicativa y el motor de 140 CV con 242 Nm de par máximo podría mantener el tipo en coches más grandes y pesados: es silencioso, potente y tiene un funcionamiento muy refinado. El i30 es el más prestacional de los coches que hemos comparado. Por otro lado, su habitáculo es práctico, moderno y está muy bien acabado. Es evidente que el Hyundai ha ido sumando puntos, poco a poco, hasta llevarse el triunfo.

Conclusión

¡Mucha sensación de solidez pero muy poca imagen! No debería verse como una crítica, pero lo cierto es que si hablamos de prestigio y atmósfera 'premium', en este grupo no lo vamos a encontrar. Eso sí, el mayor grado de bienestar lo encontramos en el Hyundai: silencioso y con una buena suspensión. La mayor diversión al volante corre a cargo del Mazda y su alegre motor. Los otros, por desgracia, no pueden destacar en las otras disciplinas, aparte del Opel, que lo hace brillantemente en manejabilidad. No hay que preocuparse, en el segmento de los compactos, con este nivel de potencia, lo que se busca es discreción y practicidad en un coche que se va a utilizar todos los días.

Vídeo: comparativa entre Volkswagen Golf, Audi A3 y Opel Astra:

Clasificación

1º Hyundai i30: Muy equilibrado, bien equipado y con los mejores frenos. ¡Aquí tenemos a un justo vencedor!

2º Opel Astra: Mucha tecnología y agilidad. Pero sus pequeños defectos le cuestan la victoria.

3º Mazda3: Es el coche que trasmite más sensaciones, pero tiene limitaciones en materia de confort.

4º Renault Mégane: Tiene un aspecto deportivo pero es mejorable. Debería ofrecer un motor más afinado. 

5º Peugeot 308: A pesar de tener un motor de tres cilindros bajo el capó, se las apaña muy bien.

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