Chevrolet Malibu 2.0 VDCI: berlina interesante

El Chevrolet Malibu 2.0 VDCI ocupa el hueco del ya desaparecido Epica. Mide 4,85 metros de largo, solo dos milímetros menos que su hermano dentro del Grupo GM, el Opel Insignia. De hecho, se basa en la misma plataforma que el modelo alemán. Su batalla es de 2,7 metros, lo que asegura un interior muy espacioso. Además, su maletero ofrece nada menos que 545 litros. Lo malo es que no se puede aprovechar como debería porque no tiene unas formas del todo regulares y, en lugar de portón, cuenta con tapa de maletero.

Interior del Chevrolet Malibu 2.0 VDCI

La posición de conducción del Chevrolet Malibu es buena. Para conseguirla ayuda el volante regulable en altura y profundidad y los asientos eléctricos (de serie en toda la gama), que permiten acomodarte a tu gusto. Además, su mullido blando te hace sentir cómodo desde el primer kilómetro. Se nota su origen americano (aunque se fabrica en Corea) en detalles como los relojes del cuadro de mandos, que recuerdan lejanamente a los del Chevrolet Camaro y también por su aspecto robusto de formas musculosas, similar al de otros modelos llegados anteriormente desde el otro lado del Atlántico, como el Dodge Avenger.

Pero ahí se quedan sus reminiscencias yanquis, porque el Chevrolet Malibu es un coche que sorprende por su empaque y calidad. Por dentro, unos ajustes bastante cuidados (no impecables) y detalles cromados aquí y allá hacen que la sensación de calidad aumente. Aunque puestos a pedirle al Chevrolet Malibu 2.0 VDCI, mejoraría los plásticos que rodean la palanca de cambios, el volante y los paneles de las puertas por otros con acabado tipo pintura de piano, que no encarecerían el coste final y tienen mejor aspecto. El equipamiento de serie es otra de sus grandes bazas, porque es mucho más completo que el de sus rivales directos. Los únicos extras que puedes añadir son la pintura metalizada y el techo solar.

Comportamiento del Chevrolet Malibu 2.0 VDCI

Al volante en esta prueba, tampoco tiene nada que ver con el tacto de los coches americanos. Se puede enfrentar sin problemas a las carreteras de curvas y mantiene una buena dosis de confort. Por establecer una comparación, diría que tiene una pisada similar a la de las berlinas francesas como el Renault Laguna, aunque el modelo de la marca del rombo comparable por tamaño sería el Latitude. En esta prueba del Chevrolet Malibu 2.0 he podido conducir la versión turbodiésel 2.0 VCDI de 160 CV (también hay un gasolina de 2,4 litros con 167 CV). Un motor que va unido a un cambio manual de seis velocidades con una sexta velocidad muy larga, que se encarga de mantener a raya el consumo. Pese a que el nuevo Malibu no tiene Start-Stop, algo que se echa en falta, en este test ha logrado un gasto medio de 6,2 litros. Este propulsor de cuatro cilindros no muestra una respuesta vibrante desde bajas vueltas, pero trabaja de manera holgada y sus prestaciones son bastante buenas. Acelera de 0 a 100 km/h en 11,0 segundos y tiene suficiente par (350 Nm desde 1.750 rpm) para permitirse hacer adelantamientos rápidos, ya que pasa de 60 a 100 km/h en solo 6,6 segundos.

Precio del Chevrolet Malibu 2.0 VDCI

Sobre el papel, el nuevo Chevrolet Malibu es incluso un poco más caro que el Opel Insignia. Eso no parece jugar a su favor, pero ten en cuenta que equipa el mismo motor turbodiésel de 160 CV, que su maletero es más amplio y que su equipamiento de serie es bastante más completo. Creo que lo lógico sería que el modelo de la pajarita entrara en las quinielas de aquellos que plantean comprarse una berlina del tamaño del citado Insignia o del Ford Mondeo. Calidad, espacio y argumentos no le faltan... El Chevrolet Malibu 2.0 VDCI con acabado LTZ cuesta 31.450 euros, pero si le restas el descuento promocional, pagarás 28.890 euros.