Logo Autobild.es

Caterham CSR 200 contra Lotus Elise Supercharged: locura por un día

Puntos de carné. Es lo que más necesitarás para probarlos a fondo. Caterham CSR 200 y Lotus Elise Supercharged protagonizan un cara a cara de auténtica locura. ¿Cuál te vuelve más loco?

Motorizaciones comparadas:

Ha amanecido soleado en Barcelona, la temperatura es muy buena. He quedado temprano con un amigo que me va enseñar los juguetes que le han traído los Reyes Magos. Entro en su garaje y me enseña lo que hay debajo de dos lonas… “Tú has sido muy bueno este año, ¿verdad?”, le digo. “¿Cuál te pides primero?”, me responde. Los ojos se me van directamente al Caterham.

Si con un Porsche, Ferrari o Lambo la gente te mira por la calle, no hay palabras para explicar lo que se siente dentro de este coche circulando por la ciudad. Todos (y cuando digo todos son todos) con los que te cruzas, te contemplan. Pararse en un semáforo junto a un autobús es una experiencia cachonda, ya que una sola rueda podía aplastarme y nadie se daría cuenta. Ni yo, claro. El Caterham es la mayor sensación de automovilismo en estado puro que se puede tener.

Todo pasa tan deprisa que, si no piensas por delante de la siguiente curva, lo puedes lamentar. El volante es tan pequeño como un plato de postre y la palanca de cambios se ajusta como un guante a mi mano. Los asientos no recogen, abrazan y los pedales son duros, pero no tortuosos.

Ahora toca el Elise. Desde que soy pequeño veo las revistas inglesas machacando con el Elise todos los meses. ¿Qué tendrá ese coche? ¿Por qué no me cruzo nunca con ninguno? Tampoco es tan caro… ¿Entonces? La respuesta la tengo muy clara: desconocimiento. Cuando conduces un Elise por primera vez te das cuenta de que llevas algo muy potente, ligero y manejable. Eso sí, una cosa muy importante: no te montes nunca en un Elise justo después de haberlo hecho en un Caterham, porque las sensaciones que tendrás serán tan distorsionadas que parecerá que conduces un Rolls-Royce. Aunque, afortunadamente, a los pocos metros se te pasa.

Te transmite deportividad desde el principio. Me gusta que su decoración sea espartana y que no haya ni rastro de cualquier elemento que denote confort. Sin embargo, por carretera es muy factible ir cómodo a sus mandos. Seguro que el peinado de tu acompañante también te agradecerá que vayas bajo su hard top, como en una cápsula, aunque existe la posibilidad de utilizar un techo de lona muy fácil de retirar en los meses de verano.

¿Con cuál te quedarías tú? Es una pregunta muy difícil. Yo lo tengo ‘medio’ claro: el Caterham, porque es un coche fascinante que solo te puede dar alegrías cada vez que te subas a él. Sin embargo, el Elise es una compra un poco más cabal, con la que siempre tendrás una sonrisa en los labios. Tú decides... si tienes esa suerte, claro.

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Autobild España.