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Cara a cara: Jaguar F-Pace vs BMW X4

El nuevo SUV de Jaguar no tiene formas coupé, pero sí un espíritu indudablemente deportivo. Lo enfrentamos a un duro rival. Cara a cara: Jaguar F-Pace vs BMW X4

Motorizaciones comparadas:

Cuando, en 1999, apareció el BMW X5, muchos miraron incrédulos aquella propuesta extraña de lanzar un SUV, en una marca de clara tradición deportiva. Hace tiempo que la competencia dejó sus dudas a un lado, visto el éxito de ventas del modelo. Luego le siguió el X4, aún más arriesgado, con formas coupé. Y ha es todo un superventas. Lo enfrentamos al nuevo SUV de Jaguar, para ver si el alemán es capaz de seguir manteniendo su hegemonía. Cara a cara: Jaguar F-Pace vs BMW X4 .

Hemos elegido las variantes BMW X4 xDrive 35d (313 CV) y Jaguar F-Pace 30d AWD (300 CV), las dos diésel, la motorización más demandada en este segmento. Empecemos por el diseño. Aquí el Jaguar se lleva la palma: imponente, estiloso, elegante... Una de las carrocerías más bellas de su categoría. Impone más aún que el X4, lo que cual no es de extrañar: con 4,73 metros, es seis centímetros más largo que su rival. 

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Esto se traduce en un mayor espacio en el habitáculo. Mientras el del BMW X4 es extremadamente deportivo, especialmente en las plazas traseras (con el perjuicio que eso conlleva), los pasajeros de la segunda fila del Jaguar irán realmente cómodos. 

El británico tiene también mucho regusto deportivo, especialmente en las plazas delanteras. Los asientos deportivos opcionales son excelentes. Con su baja postura al volante y su salpicadero envolvente uno olvida enseguida que va a bordo de un SUV. 

Una pena que los acabados no estén a la altura de esta categoría de precios. Todo está bien ajustado, peor la calidad de algunos plásticos es similar a la de muchos compactos. En este apartado BMW ha hecho mejor sus deberes. Superficies mullidas, cuero refinado y botones de metal pulido inundan su habitáculo perfectamente rematados. 

En cuanto al manejo, también se pone por delante. Se nota la larga experiencia de BMW en conectividad. Los menús tienen un recorrido lógico y sencillo, el iDrive permite un control intuitivo y directo. No tanto en el caso de la pantalla táctil del Jaguar, en la que los menús son algo más farragosos. Pero veamos cómo se comportan. ¿Logrará mantener el ritmo de su rival el Jaguar, a pesar de su mayor peso?

Resumiendo: ¡Sí! Es realmente sorprendente el brío con el que se mueve. Las suspensiones son duras para mantener la carrocería en las curvas, pero aun así permite un rodar confortable. El motor es vivo, gira con ganas hasta la zona roja del cuentavueltas y el acertado tarado del chasis hace que desde  el primer giro te olvides de que llevas dos toneladas entre manos. 

El BMW X4, con todo, filtra mejor y su comportamiento es aún más ágil. Y su motor de seis cilindros en línea en combinación con su excelente (y ya famoso) cambio automático de ocho velocidades lo da todo con rapidez y suavidad al mismo tiempo. Un maridaje perfecto. 

Conclusión

Lo cierto es que el Jaguar es un SUV muy logrado que logra mirar de tú a tú al BMW X4. Es más elegante y ofrece mayor espacio. Su rival, por otro lado,  tiene un comportamiento más afinado y unos acabados superiores. Y los dos proyectan una gran imagen de marca. La decisión no es fácil. ¿Con cuál te quedarías? Si estás buscando coche, te ayudamos a encontrar el tuyo rápidamente en nuestro recomendador

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