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Comparativa: Audi A4 Avant vs BMW Serie 3 Touring 2016

Cara a cara: Audi A4 Avant vs BMW Serie 3 Touring 2016. Espaciosos, potentes, ahorradores y refinados. Estos coches lo tienen todo. Lo comprobamos enfrentándolos.

Cuando alguien nos habla de un familiar diésel, no podemos reprimir un bostezo. Pero aún hay coches de esta categoría capaces de generar emoción: basta con que lleve un refinado seis cilindros, un paquete de diseño y una buena batería de asistentes multimedia. Es el caso de nuestros dos rivales. Cara a cara: Audi A4 Avant vs BMW Serie 3 Touring 2016.

Concretamente, son los modelos Audi A4 Avant 3.0 TDI quattro y BMW 330d Touring. El Audi rinde 272 CV y 600 Nm de par, tiene un diseño atractivo y atemporal y lleva toda la tecnología que puedas imaginar: cockpit virtual, WLAN Hot Spot, carga de móvil sin cables, sonido 3D envolvente, faros Matrix-LED y una batería de asistentes a la conducción. 

Su nueva carrocería de aluminio y acero le permite ahorrar 15 kilos respecto al armazón de modelo anterior. Pero también los nuevos ejes de cinco brazos o la construcción ligera del motor contribuyen a que, según equipamiento, el nuevo Audi A4 pese hasta 120 kilos menos que su antecesor. Su rodar es aplomado, se merienda los viajes más largos sin dar fatiga a sus ocupantes, es un coche tan cómodo que puede tutearse sin problema con modelos del segmento superior.

El BMW 330d Touring (BMW Serie 3), por su parte, hereda la tradición dinámica de la marca bávara. Eso lo vemos nada más entrar. Su cockpit es más sobrio, la instrumentación es analógico, los asientos deportivos excepcionales en sujeción lateral, la M de este acabado se impone en la enorme corona del volante de tres radios.

Pero ojo, que su mayor sobriedad no lleve a engaño: el sistema multimedia está al día, e incluso es la referencia en muchos aspectos. 

La motorización sigue dicatdos clásicos. Y es que a diferencia del 330i, que ha sido “degradado” a un cuatro cilindros, el 330d mantiene un seis cilindros en línea. Tres litros de cubicaje y 1,7 bares de presión arrojan 258 CV a 4.000 vueltas, mientras sus 560 Nm de par máximo ya están dando guerra entre las 1.500 y 3.000 revoluciones. Y no hay que olvidar que el BMW pesa 60 kilos menos aún llevando la tracción integral xDrive opcional.

Y aunque la relación peso/potencia sea casi igual, lo cierto es que el BMW se siente algo más dinámico. El seis cilindros en línea mantiene un gran empuje con el acelerador pisado y sube de vueltas de forma lineal hasta las 5.000. Y siempre apoyado en su excepcional aliado, el cambio ZF de ocho velocidades, siempre con inserciones fulminantes y fluidas, y dejando margen para que el motor suba de vueltas a placer. Un dato que prueba eso: este BMW solventa el 0 a 100 km/h en solo 5,2 segundos.

El motor del Audi no tiene una respuesta tan deportiva, lo que no quiere decir que su cambio automático no de alas al brío del motor, con inserciones aún más suaves que en su rival. Pero la respuesta de su V6 busca más el refinamiento, aparte de su generosa potencia. 

Pero necesita siempre un par de revoluciones más que el BMW para llevar su ritmo, cuando el turbo está soplando al máximo. Con todo, su rodar es ágil y bajo el pedal del acelerador siempre guarda una buena reserva de potencia.

Conclusión

Estos dos coches siempre darán muchas satisfacciones a quienes no quieran renunciar a punto de dinamismo por necesitar más espacio. El Audi A4 Avant, rival del Volvo V60, es increíblemente equilibrado y confortable. Pero le falta esa pizca de explosividad que sí tiene el BMW. ¿Te convencen? ¿Estás buscando coche? Pásate por nuestro recomendador para encontrar el tuyo rápidamente. 

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