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Prueba BMW 225i Active Tourer

Corre mucho y es espacioso. ¿Algo más?

El Active Tourer es sin duda el modelo que le faltaba a BMW y  no pasa inadvertido. No tanto porque tenga un diseño llamativo, sino por lo inusual que es ver un coche así con la hélice de BMW en el morro. Es alto (1,56 metros), práctico, un familiar en toda regla y con líneas atractivas. La variante 225i rinde 231 CV. No cabe duda de que es el GTI entre los monovolúmenes. El motor turbo de dos litros le ayuda a alcanzar los 100 km/h en 6,6 segundos y en una autovía alemana rueda sin problemas a 240 km/h. Lo mejor: tiene buen empuje en cualquier zona del cuentarrevoluciones. Además, su sonido es contenido la mayoría del tiempo, aunque de vez en cuando acaricia tus oídos con matices deportivos.

BMW Serie 2 Active Tourer lateral
BMW Serie 2 Active Tourer lateral

Comparativa: Serie 2 Active Tourer, Mercedes Clase B y VW Golf Sportsvan

En asfalto mojado llega la primera pega: al ser tracción delantera, cuando entrega todo el par tira violentamente de la dirección y te planteas si no sería necesaria la tracción integral. El cambio automático de ocho velocidades fabricado por la empresa japonesa Aisin hace su trabajo con eficacia y es increíblemente rápido. Además, como su desarrollo es muy acertado, el consumo se queda en unos contenidos 7,5 l/100 km. En zonas de curvas el Active Tourer se muestra como un coche muy manejable para tratarse de un familiar, aunque en comparación con cualquier BMW está por debajo. El comportamiento es muy neutral, pero son inevitables los leves subvirajes típicos de un tracción delantera y algunos balanceos en la carrocería, por su altura. La dirección deportiva variable (415 euros) es intachable: cómoda, directa y precisa. No tanto el comportamiento del coche en autovía, ya que a velocidad elevada hay que ir corrigiendo constantemente la trayectoria.

En el apartado del confort, este cohete familiar tiene alguna debilidad. Y no es porque su amortiguación variable (595 euros) tenga un tarado demasiado duro, sino por las llantas opcionales de 18” (1.067 euros). Filtra las irregularidades leves de forma ejemplar, pero por asfalto con baches cortos y repetidos sacude perceptiblemente a los ocupantes. Y es que la gomas de 225 con perfil 45 apenas absorben lo que pasa en la carretera. Además, los asientos, pequeños y con un mullido delgado, no ofrecen la mejor protección. Sin olvidar los reposacabezas delanteros, que están demasiado inclinados hacia adelante. Por otro lado, me ha gustado su desahogado y modulable interior, con unos acabados de calidad y ajustes sólidos. Puedes hacerte por este modelo desde 38.600 euros, aunque por 1.200 euros menos accedes a un 320i Touring de 184 CV. Eso sí: no te mirarán tanto...

Con el Active Tourer, el segmento monovolumen se vuelve ‘sexy’. Sin duda, es un capricho, un modelo con el que BMW trae algo de aire fresco al aburrido segmento de los monovolúmenes. Pero queda la pregunta de si es lógico optar por este sobremotorizado 225i que es caro y penaliza el confort con sus llantas de 18 pulgadas. Lo que es indudable es que este monovolumen tendrá su legión de fans, también en sus versiones 218d y 218i, que completan la gama de forma más racional.

Valoración

Nota8

Probamos el BMW 225i Active Tourer, un monovolumen muy dinámico que con este motor además se convierte en un veloz transportador de personas. Y va muy bien,

Lo mejor

Rendimiento del motor, conducción comparada con otros monovolúmenes

Lo peor

Alguna debilidad en confort en carreteras rotas, maletero estrecho

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